
Sábado,16 de septiembre, IAR Noticias
/ En
un franco proceso de derechización, el presidente interino de Bolivia,
Alvaro García Linera concluyó la noche de este viernes por desmantelar el equipo
petrolero de la "nacionalización" de Evo Morales, al echar del gabinete al
ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz Rada, y reemplazarlo con el ministro que
privatizó el gigantesco yacimiento de hierro del Mutún, señala este
sábado Econoticias Bolivia.
El ex ministro, un antiguo militante contra el
poder de la petrooliogarquía petrolera en Bolivia, finalmente habría servido
como variable de ajuste de las diferencias que mantiene el gobierno de Morales
con las trasnacionales sujetas al llamado proceso de "nacionalización".
En horas de la tarde del viernes, Soliz Rada se vio obligado a presentar su renuncia, tras que el vicepresidente García Linera anulara su decisión de retomar el control estatal de las refinerías entregadas a Petrobras, Repsol y Total.
García Linera, que reemplaza temporalmente en el cargo a Morales, que está en la cumbre de los no alineados en Cuba, tomó esta decisión tras recibir, por vía telefónica, la protesta del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Soliz Rada ya había perdido la conducción directa de la política hidrocarburífera de Bolivia y de las negociaciones con las petroleras, que ahora están a cargo de García Linera y de otros cuatro ministros del gabinete de Morales, quienes sostienen un posición "conciliadora" enfrentada a la radicalización del ex ministro.
Soliz Rada utilizó las denuncias públicas de los fraudes y delitos de Repsol, Petrobras y Shell, y su caída era previsible, al igual que el recambio de la política de confrontación verbal con las petroleras por otra que busca acuerdos inmediatos y cualquier precio.
De esta manera, al frente del ministerio de Hidrocarburos fue dessignado Carlos Villegas, ex ministro de Planificación y responsable directo de la privatización del Mutún y de la millonaria subvención en gas natural (al menos 100 millones de dólares) que entregará Bolivia a la transnacional Jindal para que explote ese yacimiento que contiene la reserva de hierro más grande del mundo.
El reemplazo de Soliz Rada por Villegas confirma, además, el cambio de orientación que se da en el sector de hidrocarburos desde mediados de agosto, cuando se destituyó al ex presidente de la petrolera estatal boliviana, Jorge Alvarado, al superintendente de Hidrocarburos, Víctor Hugo Saínz, y al viceministro de Hidrocarburos, Julio Gómez, todos ellos amplios conocedores del tema petrolero y muy leales a Evo Morales.
De esta manera, el nuevo equipo que está negociando los nuevos contratos con las petroleras extranjeras está conformado por el nuevo presidente de la estatal petrolera, Juan Carlos Ortiz, ex gerente comercial de Petrobras, Walter San Miguel, ex abogado de Petrobras y leal servidor de los empresarios nacionales y brasileños que desfalcaron a la empresa área nacional, Luis Alberto Arce, un burócrata forjado en la escuela del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, Carlos Villegas, ex ministro de Planificación del Desarrollo y ahora de Hidrocarburosa, Juan Ramón Quintana, un ex militar especializado en temas de defensa continental y miembro de Resdal, una entidad financiada desde Estados Unidos por la Fundación Nacional para la Democracia, creada por Ronald Reagan para combatir a la izquierda y al comunismo.
Como se verá, y con estos personajes al comando de la negociación, la nacionalización petrolera se convierte definitivamente en una farsa en Bolivia.
(Ver más información sobre Bolivia: http://www.econoticiasbolivia.com/ )
En horas de la tarde del viernes, Soliz Rada se vio obligado a presentar su renuncia, tras que el vicepresidente García Linera anulara su decisión de retomar el control estatal de las refinerías entregadas a Petrobras, Repsol y Total.
García Linera, que reemplaza temporalmente en el cargo a Morales, que está en la cumbre de los no alineados en Cuba, tomó esta decisión tras recibir, por vía telefónica, la protesta del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Soliz Rada ya había perdido la conducción directa de la política hidrocarburífera de Bolivia y de las negociaciones con las petroleras, que ahora están a cargo de García Linera y de otros cuatro ministros del gabinete de Morales, quienes sostienen un posición "conciliadora" enfrentada a la radicalización del ex ministro.
Soliz Rada utilizó las denuncias públicas de los fraudes y delitos de Repsol, Petrobras y Shell, y su caída era previsible, al igual que el recambio de la política de confrontación verbal con las petroleras por otra que busca acuerdos inmediatos y cualquier precio.
De esta manera, al frente del ministerio de Hidrocarburos fue dessignado Carlos Villegas, ex ministro de Planificación y responsable directo de la privatización del Mutún y de la millonaria subvención en gas natural (al menos 100 millones de dólares) que entregará Bolivia a la transnacional Jindal para que explote ese yacimiento que contiene la reserva de hierro más grande del mundo.
El reemplazo de Soliz Rada por Villegas confirma, además, el cambio de orientación que se da en el sector de hidrocarburos desde mediados de agosto, cuando se destituyó al ex presidente de la petrolera estatal boliviana, Jorge Alvarado, al superintendente de Hidrocarburos, Víctor Hugo Saínz, y al viceministro de Hidrocarburos, Julio Gómez, todos ellos amplios conocedores del tema petrolero y muy leales a Evo Morales.
De esta manera, el nuevo equipo que está negociando los nuevos contratos con las petroleras extranjeras está conformado por el nuevo presidente de la estatal petrolera, Juan Carlos Ortiz, ex gerente comercial de Petrobras, Walter San Miguel, ex abogado de Petrobras y leal servidor de los empresarios nacionales y brasileños que desfalcaron a la empresa área nacional, Luis Alberto Arce, un burócrata forjado en la escuela del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, Carlos Villegas, ex ministro de Planificación del Desarrollo y ahora de Hidrocarburosa, Juan Ramón Quintana, un ex militar especializado en temas de defensa continental y miembro de Resdal, una entidad financiada desde Estados Unidos por la Fundación Nacional para la Democracia, creada por Ronald Reagan para combatir a la izquierda y al comunismo.
Como se verá, y con estos personajes al comando de la negociación, la nacionalización petrolera se convierte definitivamente en una farsa en Bolivia.
(Ver más información sobre Bolivia: http://www.econoticiasbolivia.com/ )