“Definitivamente, este acto fue una agresión contra nuestro país por parte de Turquía, nuestro vecino, que también forma parte de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Ya hemos tomado medidas militares y diplomáticas como consecuencia de este hecho y las mantendremos”, ha indicado este jueves Dmitri Medvedev.
El titular ruso ha añadido que las medidas punitivas podrían incluir el congelamiento de proyectos económicos, limitar las transacciones financieras y comerciales, y cambiar los derechos arancelarios.
Medvedev también ha declarado que reforzará sus controles sobre los productos agrícolas y alimentarios turcos, aduciendo violaciones de las normas sanitarias.
Por su parte, el ministro de Economía de Rusia, Alexei Ulyukayev, ha dicho que el Kremlin podría poner limitaciones a los vuelos hacia y desde Turquía y limitar proyectos de perfil alto como el gasoducto TurkStream y una central nuclear de 20 millones de dólares que Rusia está construyendo en Turquía.
Asimismo Moscú urgió a sus ciudadanos que se encuentran en Turquía a regresar a su país, después de que el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, desaconsejara viajar a este país.
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Mapa de la trayectoria aérea del avión ruso.
Los funcionarios rusos han pedido una disculpa por el derribo del avión Sujoi Su-24, mientras que el embajador de Rusia en Ankara (capital turca) fue convocado en respuesta a ataques con huevos y piedras a la embajada de Turquía en Moscú (capital rusa).
Rusia ha insistido en que su avión nunca desvió su ruta, mientras que Turquía dice que el aparato militar ruso intervino en su espacio aéreo por 17 segundos. Al respecto, Lavrov, destacó que el derribo del avión parecía como una provocación previamente planificada.