22 de Septiembre.- El papa Francisco llegó a Washington hoy martes en su primera visita a EEUU, llevando su "iglesia de los pobres" a la mayor potencia mundial, un país polarizado en temas como la inmigración, justicia social y desigualdad económica.
Pero antes de que aparezcan las caras agrias en Capitoll Hill, la realidad es que el sumo pontífice despertó un vendaval de emociones positivas y esperanzadoras en buena parte de la población estadounidense, con entusiasmos manifiestos en las calles por donde transitó el simple auto Fiat que lo trasladó a la que será su residencia en Washington.
El viernes, en Philadelpia, se espera una multitud aún calculada en la congregación de cristianos católicos convocados por las curías de los pueblos y barrios de esa ciudad central y administrativa.
El Washington Post, uno de los más influyentes del país, publicó un editorial que permite comprender el interés despertado por esta su primera visita a Estados Unidos, que es a su vez, la tercera de un Papa a ese país.
El diario advierte que el Papa Francisco "producirá muchos enojos en mucha gente este jueves" cuando dirija un discurso al Congreso bicameral en pleno, a media mañana.
El mismo matutino aclara que los temas que les interesa a Francisco, en su cruzada de renovación de la Iglesia, "no son exactamente los temas que les interesa resaltar al stablishment de este país". Se refiere a asuntos globales de interés social como el cambio climático, el tipo de capitalismo norteamericano, llamado por el Pontífice "capitalismo salvaje", basado en la especulación financiera, la polarización social entre pobres y ricos, definido en las encíclicas como "los descastados del sistema", las políticas hacia los refugiados que dentro del territorio norteamericano se traduce en 14 millones de inmigrantes discriminados, la mayoría de ellos de origen latinoamericano, o el guerrerismo de la industria militar concentrada en Estados Unidos.
Se presume que los parlamentarios republicanos serán los más reacios al mensaje papal. Muchos líderes republicanos, entre ellos capitanes de empresas multinacionales, ni siquiera reconocen el concepto "cambio climático", menos el costo que está pagando parte de la población mundial por su uso indiscriminado.
Como un inusual homenaje al pontífice, el presidente Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden, junto a sus familias, dieron la bienvenida al Sumo Pontífice de la Iglesia Católica esperándolo al final de una alfombra roja en la pista de la Base Andrews de la Fuerza Aérea, a la que llegó el avión que transportó al Papa procedente de Cuba entre ruidosas aclamaciones de la multitud. Por lo general los presidentes estadounidenses reciben a sus visitantes importantes en la Casa Blanca.
El pontífice de 78 años se retiró con timidez el solideo y bajó las escaleras del avión para encontrarse con una guardia militar de honor, escolares, políticos y clérigos de la iglesia católica vestidos con sotanas negras.
Durante su visita de seis días por tres ciudades, el papa se reunirá con Obama, dará un discurso ante el Congreso y otro en Naciones Unidas, y participará en una conferencia de familias patrocinada por el Vaticano en Filadelfia.
En términos de la seguridad, el gobierno de Barack Obama ha desplegado un operativo acorde con la investidura, con dispositivos de prevención en todas las ciudades por donde se trasladará el Papa. Aunque el Comisionado de la Policía de Nueva York, descartó cualquier hipótesis de riesgo, a nadie que conozca la realidad interior e ideológica del pueblo profundo de Estados Unidos, se le escapa que existen varios miles de sectas fundamentalistas racistas, que pueden ver al Papa Francisco como un peligro para sus creencias religiosas.
