2 julio 2015 - El presidente de la República, Rafael Correa, informó anoche sobre un supuesto intento de golpe de Estado que se realizaría en las marchas opositoras programadas para hoy.
En su cuenta de Twitter, el Primer Mandatario señaló: "Tenemos claros indicios de que los golpistas intentarán tomarse Carondelet. Van a unir la marcha de El Arbolito, convocada por los de luto (ya no en la Shyris), con la marcha del FUT y del extinto MPD. Quieren con base en la violencia derrocar a un gobierno de inmenso apoyo nacional e internacional... esto nada tiene que ver con leyes, etc. Es algo que lo venían preparando desde hace tiempo, como el 30-S. Fracasaron la semana anterior, lo intentarán mañana".
El Presidente indicó: "Intentan al menos mantenernos en enfrentamientos permanentes, como lo hicieron en Venezuela. No lo lograrán. Ahí están los de siempre: Cnel. Mario Pazmiño, exjefe de inteligencia del Ejército y muy cercano a la CIA; Cnel. César Carrión, el ‘angelito’ del Hospital Policial; millones de dólares de poderosos grupos económicos, los ‘periodistas’ de siempre, etc.".
Sobre el tema, el ministro del Interior, José Serrano, señaló que, según informes de inteligencia, se preveía "tomar el Palacio de Carondelet por la fuerza; reunir a la mayoría de personas y distribuirlas por varios frentes por los ingresos a la Plaza Grande, rompiendo a la fuerza los cercos policiales".
También se planificaba la toma de los aeropuertos de Quito y Guayaquil, así como las salidas fronterizas de Rumichaca (con Colombia) y Huaquillas (con Perú).
Entre las indicaciones estaba que se debía "usar palos con punta, para romper los escudos de la Policía; lanzar globos con pintura para que los policías pierdan la visibilidad; se debe lanzar gas pimienta a los caballos y a los perros de la Policía para que se asusten y pierdan el control", informó el funcionario de Estado.
De acuerdo al informe revelado, la preparación incluía el envío y publicación de dos cartas en los diarios El Universo y La Hora. También ubicar urnas en un parque para que los asistentes a las manifestaciones depositaran cartas en contra del régimen en Quito y Guayaquil. Estas misivas se enviarían a la Nunciatura Apostólica para hacerlas llegar al papa Francisco.
Serrano dijo que las acciones citadas tendrían una amplia repercusión en los medios de comunicación del país, de acuerdo a la organización. "En el peor de los casos, si no logran tomar el poder, crear caos nacional para que el Papa decida no venir al país (...) y mantener un paro indefinido", manifestó el Ministro del Interior.