23 de febrero de 2015.- Ecuador ha puesto cimientos que hacen irreversible el proceso de cambios y hoy no existe marcha atrás hacia el neoliberalismo, aseguró Alfredo Serrano, coordinador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica.
Es importante sentir que hay bases capaces de parar la vuelta atrás a la larga noche neoliberal, sin embargo para sostener la revolución social y ciudadana en materia económica es fundamental el cambio de la matriz productiva, puntualizó el especialista.
El cambio, insistió el estudioso, debe ser entendido como la sustitución de productos importados desde Ecuador y la democratización del aparato productivo, capaz de generar un régimen distributivo más justo.
En declaraciones divulgadas por el rotativo El Telégrafo, Serrano afirmó que la región ofrece oportunidades para la transición económica, y Ecuador está en un punto privilegiado para insertarse en relaciones diversas y romper la dependencia de países centrales.
No solo se habla de deudas financieras, señaló, sino de compromiso del ser humano, y la prioridad radica en situar en el centro del orden económico el débito social y su erradicación con velocidades récords.
Serrano indicó que para mantener el modelo es necesario ordenar la casa ecuatoriana, y considerar que aún quedan retos en política financiera, monetaria y productiva.
Plantear la soberanía como eje transversal en un modelo nuevo, en un pacto político económico-social, sería algo inaudito en la historia de Ecuador, empero se puede hacer una revolución ciudadana a partir de total soberanía e independencia, subrayó.
Como dice el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y tantos líderes de la región -resaltó el coordinador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica- hay grandes avances en la independencia, pero aún queda mucho por hacer en la autonomía económica.
Para cambiar adentro hay que transformar las cosas afuera, una premisa fundamental del proceso de la Revolución Ciudadana bien plasmada en el Constitución en términos de inserción global, a través de una región cada vez más emancipada, aclaró.
El surgimiento de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), es muestra de la inclusión de un sur que no requiere del norte para sus políticas, afirmó.
