Combatiente revolucionario que fue perseguido, torturado, encarcelado y deportado por cuatro gobiernos argentinos

Reclaman en Argentina por el ex Senador peruano Ricardo Napurí

Ricardo Napurí, ex senador y constituyente revolucionario peruano residente en Argentina

Ricardo Napurí, ex senador y constituyente revolucionario peruano residente en Argentina

Credito: Web

Secuencia de fotos de Ricardo Napurí ex constituyente peruano; en una de ellas con el Che Guevara

Secuencia de fotos de Ricardo Napurí ex constituyente peruano; en una de ellas con el Che Guevara

Credito: Archivo (Entrevista Diario 16)

CENTRO DE REFLEXION - PRAXIS, Buenos Aires 28 de noviembre 2014.
 

El Centro de Reflexión – Praxis (mail: [email protected]) se congratula de que instituciones estatales y organismos de Derechos Humanos hayan reivindicado la figura del intelectual revolucionario Silvio Frondizi. Creemos que ahora hay que hacer lo propio con Ricardo Napurí, su compañero de proyecto político y que por su larga trayectoria de combatiente revolucionario fue perseguido, torturado, encarcelado y deportado.

Aquí una enumeración sucinta de las oportunidades en que los organismos represivos de cuatro gobiernos argentinos lo acusaron arbitrariamente, o sea sin prueba alguna, de ser “comunista”, “agente internacional”, o “terrorista”. De esta forma cumplimos con nuestra obligación de apoyar la reivindicación, ante la opinión pública, de mujeres y hombres que lucharon y luchan por la emancipación nacional y social de nuestros pueblos latinoamericanos.

Ricardo Napurí nació en el pueblo de Barranca, Perú, el 9 de agosto de 1925. Es hijo de madre argentina y de padre peruano. A sus 90 años, reside en Argentina, donde además de una vida longeva, mantiene los mismos ideales e ímpetu revolucionario de sus mejores años.

 

Los hechos que avalan su derecho:

 

  • Siendo un joven aviador militar de Perú fue expulsado de la Fuerza Aérea por haberse negado a reprimir -ametrallar desde su avión- a civiles y militares en la rebelión del Partido Aprista en octubre de 1948. Se convirtió así, tempranamente, en uno de los más antiguos oponentes de la denominada “obediencia debida militar”.

  • Asilado en Argentina, apenas días después de su arribo al país, fue violentamente secuestrado por miembros de la Sección Especial de la Policía Federal, cuando realizaba trámites en la Facultad de Derecho de la UBA para cursar estudios de abogacía. Ya preso, los comisarios Lombilla y Amoresano, lo acusan de “comunista, espía internacional”, y por tanto enemigo del gobierno. El hecho consta en el archivo de Silvio Frondizi en poder de la Biblioteca Nacional.

  • En enero de 1949 logró su libertad por la gestión personal de Silvio Frondizi, maestro universitario y defensor de presos políticos y sociales. Seguidamente lo invita a ingresar al grupo Praxis, después MIR-Praxis. Silvio Frondizi se convirtió en su maestro en ese centro político de orientación marxista. Ricardo Napurí, alumno de la Facultad de Derecho, devino periodista del diario La Razón, y en dirigente del Sindicato de Prensa, entre los años 1951-1958.

  • En 1960, -durante el gobierno del presidente Arturo Frondizi- es otra vez falsamente acusado de “agente de enlace entre el gobierno revolucionario cubano y determinados grupos políticos argentinos, principalmente peronistas”. El pretexto: una supuesta valija diplomática que contendría materiales subversivos. El hecho consta en los relatos del los diarios Clarín, La Razón, La Nación y otros. Perseguido, con orden militar de captura, Ricardo Napurí tuvo que exiliarse en otro país. Pero ya fichado internacionalmente como “subversivo” y “agente castrista”.

  • Retorna a la Argentina en 1964, en el gobierno del Dr. Arturo Illia. Después de visitar a Silvio Frondizi en su estudio de abogado, un grupo policial intentó detenerlo violentamente, otra vez arbitrariamente; con el apoyo de algunos transeúntes logró escapar de sus captores, exiliándose en Uruguay.

  • En el marco del Plan Cóndor -en mayo de 1978, en Lima, Perú- políticos y dirigentes sindicales, casi todos candidatos a la Asamblea Constituyente recién convocada, entre ellos Ricardo Napurí fueron secuestrados y hechos prisioneros por orden del dictador general Morales Bermúdez. Son brutalmente golpeados en la Base de El Callao de la Fuerza Aérea. Subidos a un avión Hércules, esposados a los asientos y custodiados por una dotación policial armados con metralletas. El avión, con su extraña carga humana, aterrizó en el aeropuerto de El Cadillal, de la Ciudad de Jujuy. De ahí una brigada del Ejército los condujo al Regimiento XX de Montaña, donde quedaron detenidos. Su jefe, el Cnel. Arana les dijo esto: “Desde ahora Uds. son prisioneros de guerra argentinos por el acuerdo entre los gobiernos y Fuerzas Armadas de Perú y Argentina”.

  • Posteriormente son conducidos a Buenos Aires en camiones militares y alojados en mazmorras del local central de la Policía Federal, en la calle Moreno. Ahí resistieron las presiones físicas y sicológicas. Mientras tanto, se desata una campaña internacional que exige la libertad de los secuestrados. El gobierno sueco se solidariza con los detenidos. Asimismo, comienza el campeonato mundial de fútbol. Ante el dilema, el gobierno opta por su expulsión del país, a Francia, Suecia o México. Sin embargo, comunica a los sendos gobiernos que los reciben, que van “peligrosos terroristas”. Los principales diarios de la época dan cuenta de estos hechos, unos a través de la versión oficial, y otros por autocensura o temor a la dictadura de Videla.

  • Retornado a su país, después de su forzado exilio. Ricardo Napurí es elegido Diputado Constituyente, y es uno de los redactores principales de la Constitución de 1979. Después Senador de la República como candidato de un frente campesino y popular. En 1982 logró que el Congreso peruano apoyara la reivindicación argentina por las Islas Malvinas. Personalmente trajo la moción para entregarla a la Cancillería. En 1983 acompaña al presidente Fernando Belaúnde, en tanto senador, a la asunción del Presidente Raúl Alfonsín. Este, a través de su embajada en Perú, y en carta personal, le agradece “su apoyo en defensa del derecho soberano de la Argentina sobre las Islas Malvinas usurpadas”.


        Ricardo Napurí, en su libro “Pensar América Latina”, da cuenta extensamente de su combate en tanto militante revolucionario. Sea su colaboración con el Che Guevara, con el Presidente Allende, y en otros capítulos importantes de la historia de América Latina.

        Finalmente: los giros de la vida y de la historia: el ayer acusado de “comunista”, “subversivo”, “terrorista, “agente cubano”, devuelve las agresiones de cuatro gobiernos argentinos, con su solidaridad al pueblo argentino.

        Por lo expuesto, Ricardo Napurí merece ser reivindicado y resarcido por el Estado.



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