29 de Agosto.- Los clientes de comida rápida que busquen hamburguesas y papas fritas este jueves podrían encontrarse con que los trabajadores están en huelga.
Los organizadores dicen que miles de trabajadores de comida rápida irán a paro en decenas de ciudades de todo el país, como parte de un esfuerzo para conseguir que cadenas como McDonalds, Taco Bell y Wendy, les paguen a sus trabajadores salarios mas altos.
Se espera que esta sea la mayor huelga general de los trabajadores de comida rápida, según los organizadores. El mayor esfuerzo hasta ahora fue en el verano, cuando cerca de 2.200 de los millones de trabajadores de comida rápida de la nación, llevaron a cabo una huelga de un día en siete ciudades.
El paro previsto para hoy jueves es la continuación de una serie de huelgas que se inició el pasado mes de noviembre en la ciudad de Nueva York y luego se extendió a ciudades como Chicago, Detroit y Seattle. Los trabajadores dicen que quieren ganar 15 dólares la hora, lo que sería alrededor de $ 31,000 al año para los empleados a tiempo completo. Esto es más del doble del salario mínimo federal de $ 7.25 por hora, o $ 15.000 al año, que es lo que muchos de los trabajadores de comida rápida ganan.
En EEUU, las personas que ganan $ 30.000 al año, están ubicadas en el nivel de pobreza.
En la actualidad, los trabajadores de comida rápida dicen que lo que ganan no les alcanza para vivir.
Shaniqua Davis, de 20 años, vive en Nueva York, en el Bronx con su novio, que está desempleado y su hija de 1 año. Davis ha trabajado en un McDonalds a pocas cuadras de donde vive, en los últimos tres meses, ganando $ 7.25 la hora. Su horario varía, pero nunca llega a 40 horas a la semana. "¿Cuarenta? Nunca. Ellos se niegan a dejar que llegue a tantas horas".
Su salario semanal es de $ 150 o mucho menos. "Uno de mis cheques de pago, fue de solo 71 dólares aquí. Así que no puedo hacer mucho con eso. Mi hija necesita cosas, tengo que comprar cosas para mi casa", dijo Davis, quien tiene previsto participar en la huelga de hoy jueves.
Ella paga el alquiler con ayuda pública, pero su sueldo no le alcanza para adquirir alimentos, pañales, pagar el metro y los taxis, la TV por cable y otros gastos.
"Es muy duro", dijo. "Si no fuera porque la asistencia pública me ayuda, creo que ya estaría en la calle con el dinero que gano en McDonalds".
