Isiboro Sécure y La Paz, julio 29 - Pobladores
originarios de 69 comunidades del Territorio Indígena y Parque Nacional
Isiboro Sécure (TIPNIS, nordeste amazónico de Bolivia) están siendo consultados
desde este domingo y por espacio de 3 semanas hasta el 20 de agosto sobre
la conveniencia o no de la construcción de una carretera por esa
reserva ecológica postulada por el gobierno de Evo Morales.
La Consulta, apuntalada por una ley, será supervisada por la
Organización de Estados Americanos, la Unión Sudamericana de Naciones y
la Organización de Naciones Unidas.
Y tiene base en instrumentos internacionales tales como el Convenio
169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Declaración
de las Naciones Unidas de 2007.
El Tribunal Electoral Plurinacional organiza esta suerte de
plebiscito moderno, ceñido a las formas políticas de los pueblos que
habitan el TIPNIS, declarado reserva natural en los '90, durante la
administración del presidente ultraliberal Gonzalo Sánchez de Lozada.
La construcción de la carretera, que ganó espacios preferenciales de
la agenda política boliviana de los últimos 12 meses, trata de un
proyecto sin precedentes al que se oponen, visiblemente, grupos de
dirigentes, oenegés y partidos políticos de derecha y centroderecha.
Morales denunció que los opositores a la construcción de la vía que
unirá los actualmente inconexos departamentos de Cochabamba y Beni
responden a intereses privados de explotadores de maderas preciosas, de
comercio ilegal de cueros de saurios y empresas de turismo de aventura
extranjeras que operan en la región.
Adalid de los derechos de la Madre Tierra y criticado en contrario
por su decisión de tender el camino por medio de la Reserva, que
denuncia de haber sido despojada hace tiempo de tal calidad, dada la
explotación ilegal de los recursos y riquezas que entraña, el mandatario
se dijo el sábado dispuesto a entregar su vida si los argumentos de sus
opositores, que entre mayo, junio y parte de julio marcharon entre las
ciudades de Trinidad y La Paz, para evitar la Consulta, fueran nobles.
"Hay una marcha por la naturaleza, por la Pachamama (..) quiero
decirles si esas marchas, si esas demandas, fueran por la Pachamama, yo
daría mi vida por ese sector", afirmó el mandatario durante un acto de
masas el sábado en los Yungas de La Paz.
La Consulta, la primera de su género en Bolivia, apunta al tendido
de la vía entre las ciudades intermedias de San Ignacio de Moxos y Villa
Tunari, en el centro y nordeste boscosos del país andino amazónico.
Bolivia, que nació a la vida independiente con más de 2 millones de
km2, y que producto de su inconexión interna perdió la mitad de tal
territorio en guerra con sus vecinos, es uno de los países de la región
que más carece de carreteras y cuya historia consigna movimientos de
sesgo político que le privaron de tender vías de comunicación acordes a
su necesidad de desarrollo.
Se trata de una consulta democrática que el gobierno de Morales ha
calificado de "histórica" y que se enmarca en la Constitución boliviana.
La Consulta definirá si corre o no la intangilidad del Parque
ecológico de mención y cuyos habitantes indígenas se debaten desde
siempre en la indefensión y alejados de la modernidad, es decir casi en
estadio primario.
"Se han cumplido todas las condiciones, todas para hacer la consulta", dijo el ministro de Obras Públicas, Vladimir Sánchez.
A este panorama legal se suma el fallo del Tribunal Constitucional
Plurinacional (TCP) que declara legal y constitucional la consulta en la
Reserva y el proceso de consenso que realizó el Ejecutivo con los
comunarios del TIPNIS, meses antes.
La Consulta tendrá lugar pese a una serie de recursos legales de
éxito mudable esgrimidos por los opositores a la política de Morales.
El gobierno de Morales ha otorgado las garantías que franquea el
Estado para la realización pacífica y democrática del acto de consulta.
Los opositores a la Consulta y a la construcción de la carretera han anunciado medidas de hecho para evitarla.