Asunción, julio 10 - Estados Unidos sigue presionando para evitar la aprobación hoy de una
sanción a los golpistas paraguayos durante la reunión extraordinaria de
la Organización de Estados Americanos (OEA).
Partidos y organizaciones sociales denunciaron las maniobras de
Washington, quien nunca condenó el golpe parlamentario realizado para
destituir al presidente constitucional, Fernando Lugo, a fin de evitar
una sanción a Paraguay por esa acción antidemocrática.
El
aislado gobierno de Federico Franco no escondió en momento alguno su
esperanza y la casi seguridad de que la resolución final de la OEA, en
Washington, no se asemejará en nada a la específica y directa condena al
golpe hecha por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el
Mercado Común del Sur (Mercosur).
Alimento a ese deseo de
quienes desalojaron a Lugo del poder fue la ambigua posición adoptada
durante su visita a Asunción por el secretario general de la OEA, José
Miguel Insulza, y la determinación pública de Estados Unidos, negado a
tomar una posición ante los hechos hasta que esa organización se
pronuncie.
En las últimas horas, la euforia oficial sobre el
tema se incrementó con declaraciones hechas por el embajador de Paraguay
ante la OEA, Bernardino Saguier, quien negó existieran votos
suficientes en el seno de la reunión convocada para aprobar alguna
sanción a los golpistas.
El Gobierno apuesta desesperadamente a
lograr una débil declaración en las deliberaciones porque el aislamiento
internacional mantiene vacías de embajadores las sedes diplomáticas
extranjeras y apenas tres gobiernos, alguno con reticencia, lo
reconocieron.
Por lo pronto, Ricardo Canese, secretario general
del Frente Guasú, planteó que uno de los intereses de Estados Unidos es
romper la unidad de America Latina y por ello tendrá influencia directa
en el pronunciamiento definitivo de la OEA sobre la crisis paraguaya.