Intervención del Embajador Jorge Valero en el Comité Preparatorio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río+20)

Nueva York, 26 de Enero de 2012

Señor Presidente,


Nos sumamos a la Declaración del Representante de Argelia, en Nombre del G77 y China.


Señor Presidente,


A continuación presentamos las opiniones preliminares de Venezuela sobre el proyecto de documento cero.


Consideramos que se está promocionando un nuevo espejismo sobre el desarrollo. Mientras se habla de una economía baja en carbono, se dejan de lado las acciones necesarias para alcanzar el desarrollo sostenible, y se continúan impulsando patrones de consumo y producción que destruyen el planeta.


Nos preocupa que el documento carezca de acciones orientadas a fortalecer los esfuerzos que los países en desarrollo han promovido, mediante planes concretos para el uso de los recursos naturales que fortalecen la inclusión social y la protección ambiental.


Defendemos la interdependencia y la complementariedad de los tres pilares del desarrollo sostenible y por eso, demandamos que no se siga dando prioridad al ámbito económico, cuyo funcionamiento – orientado a la búsqueda de beneficios para unos pocos y las corporaciones multinacionales – ha destruido los ecosistemas multiplicando la pobreza de la gente y de la tierra.


Reiteramos nuestro desacuerdo con que la Conferencia de Río+20 sirva para legitimar, a través de la mal llamada economía verde, una estrategia que pretende convertir a la naturaleza en mercancía, en el marco del actual modelo capitalista depredador.


Los patrones de consumo y producción vigentes suponen una distribución del ingreso que consolida la pobreza, y un uso intensivo de los recursos naturales, que conduce a la destrucción del planeta. Este es el nudo del problema, y debe ser atacado con medidas concretas que garanticen el desarrollo social, la justicia social y la protección ambiental.


Este modelo deja de lado la sustentabilidad ambiental, y convierte en prioritaria la supuesta responsabilidad socio ambiental del sector privado, que sólo busca jugosos negocios en contra de los ecosistemas. El propósito es la defensa de los intereses ligados al mundo de las corporaciones transnacionales y del sector financiero internacional.


Río+20 debe conducir a la reafirmación y adopción de acciones que permitan superar las brechas y vacíos que aún persisten en la implementación de los compromisos adquiridos en la Conferencia de 1992, tales como la erradicación de la pobreza, la exclusión social y la protección ambiental.


Los principios de igualdad y no discriminación son obligaciones inmediatas y transversales en los asuntos relacionados con la institucionalidad económica, política, social y ambiental del desarrollo sostenible.


Venezuela ha implementado programas y medidas concretas para garantizar el desarrollo social y la protección ambiental como los verdaderos pilares del desarrollo. Son grandes las conquistas alcanzadas en nuestro país, a través de políticas públicas que logran aceleradamente la inclusión social y la erradicación del hambre. Con los recursos del petróleo, Venezuela ha cumplido con los ODM y logrado convertirse, en América Latina, de acuerdo con informes internacionales creíbles, en el país más igualitario y en el segundo en reducción de la pobreza.


Es necesario hacer efectiva la transferencia de tecnología para lo cual se requiere crear un entorno internacional conducente a la eliminación de todas las barreras técnicas, legislativas y administrativas, neoproteccionistas. Convertir la transferencia en un negocio lleno de condicionalidades, chantajes y con afanes de dominación, impide a los países en desarrollo acceder a una justa transferencia, y les impide cumplir cabalmente con el capítulo 34 de la Agenda 21, y el Plan Estratégico de Bali.


En el mundo desarrollado hay amplios excedentes de capital, a pesar de la profunda crisis política, social, económica que atraviesa el modelo fracasado de acumulación de capital en pocas manos. A través de mecanismos diversos se ha producido una masiva transferencia de capital desde los Estados, desde las clases medias y sectores populares, hacia el sector financiero, con lo cual se ha consolidado el monopolio de un exiguo sector privado sobre el capital.


Esta dinámica permite a éste explotar no sólo a los sectores productivos no asociados al capital financiero, sino también a los Estados, a la población y a la madre tierra. El capital sólo fluye – y ésto debe ser denunciado – si se aceptan las condiciones que establecen los bancos para someter a los pueblos, a los Estados y a los organismos multilaterales, como las Naciones Unidas.


La regulación y justa distribución de las actividades económicas y financieras son indispensables para la existencia de la humanidad y el planeta. Para alcanzar esos objetivos es necesario evitar las groseras ganancias del capital financiero y de las grandes corporaciones.


Señor Presidente,


Nos preocupa que el tema energético se pueda fundamentar en la iniciativa del Secretario General sobre el documento titulado “Energía Sostenible para Todos”, que tiene un enfoque equívoco pues califica el uso de combustibles fósiles como “un problema”.


El uso del petróleo no es el problema, el problema es su uso irracional. Los combustibles fósiles deben ser reconocidos como componentes importantes en la matriz energética internacional; eso ha sido así en el último siglo y no hay nada que permita visualizar que no seguirá siéndolo en el futuro. Por lo tanto, se requieren compromisos para su producción y uso responsable y sustentable.


Quienes se benefician del petróleo, a través de los especulativos mercados a futuro y mediante el uso de insostenibles patrones de consumo y producción, si deben ser considerados un problema.


Reiteramos que el tema del acceso a la energía debe ser abordado con un enfoque incluyente, dirigido a promover la diversificación de la matriz energética mundial, para mejorar la eficiencia y conservación de los recursos naturales energéticos, renovables y no renovables. Se trata de evitar que el uso irracional de los recursos renovables, siga poniendo en peligro la seguridad y el derecho humano a la alimentación, como es el caso de los denominados agrocombustibles.


Es indispensable la utilización y transferencia de tecnologías avanzadas, menos contaminantes, tanto para el aprovechamiento de los combustibles fósiles, como para el desarrollo de las energías renovables.


Se debe asegurar el acceso a la energía a los países en desarrollo, como lo está haciendo Venezuela con los hermanos países Latinoamericanos y Caribeños, sin discriminaciones, y garantizar un justo retorno a los países productores.


Se deben reconocer iniciativas de cooperación e integración energética, para el uso sostenible y solidario de la energía, como las de PETROCARIBE y UNASUR, que persiguen combinar el uso de energías no renovables con las energías renovables.

Con relación al fortalecimiento del marco institucional, nos preocupa que no se haya incluido la propuesta dirigida a constituir un Foro Global de Ministros de Medio Ambiente del PNUMA, la cual ha sido acogida positivamente por muchos países.

Reafirmamos que los distintos mandatos relativos a la Cooperación Internacional Económica y Social, que aparecen reflejados en el documento cero, deben estar fundamentados en los Capítulos IX y X de la Carta de las Naciones Unidas. Por lo tanto, estar bajo la autoridad de la Asamblea General, el Consejo Económico y Social, con el propósito de garantizar un control del colectivo de los Estados y no de la burocracia.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río+20) debe producir un documento conciso, inclusivo, orientado a la acción. Debe incluir iniciativas que promuevan el acceso universal y seguro a los alimentos, agua, energía, agricultura, vivienda, empleo digno, justicia y democracia.


No se puede pretender que la ONU se convierta en propagador de políticas procíclicas, que multiplican la pobreza de la gente y de la tierra. En consecuencia, los países desarrollados deben cumplir con las transferencias financieras y los compromisos y objetivos internacionalmente acordados.


Ratificamos nuestro compromiso para alcanzar en la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible resultados que contribuyan a que la humanidad y el planeta, enfrenten el genocidio, el ecocidio y el geocidio.



Muchas gracias.







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