8 de abril 2009.- Trabajadores de la salud violaron la ética médica cuando ayudaron a interrogar a sospechosos de terrorismo que fueron torturados en prisiones secretas de la CIA ubicadas en el exterior, así lo expresó el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Los trabajadores médicos, que se cree eran doctores y psicólogos, observaban a los prisioneros mientras eran maltratados en las prisiones de la CIA y aconsejaban a los interrogadores si continuar, ajustar o detener los abusos, precisó el CICR en un reporte.
El informe se basó en entrevistas a 14 prisioneros realizadas en el 2007.
Un prisionero afirmó que el personal médico observó sus niveles de oxígeno en la sangre mientras era sometido a ahogamiento simulado, una técnica diseñada para inducir pánico que es ampliamente considerada como tortura, agregó el CICR.
Otros prisioneros dijeron que mientras aguantaban con grilletes, con sus brazos encadenados sobre sus cabezas, un doctor evaluaba regularmente la hinchazón de sus piernas e indicaba cuando debía permitirseles sentarse.
El CICR entrevistó a 14 hombres que habían permanecido en prisiones secretas de la CIA ubicadas en el exterior, antes de ser enviados a la base naval de Estados Unidos ubicada en Bahía Guantánamo, Cuba, en el 2006.
Ellos son considerados por Estados Unidos como sospechosos de Al Qaeda de "alto valor", quienes habrían planificado o llevado a cabo asesinatos masivos, incluyendo los ataques del 11 de septiembre y las explosiones de bomba en el 2002 en clubes nocturnos de Bali.
Habían permanecido en instalaciones de la CIA por más de tres años, en extremo aislamiento y no se había permitido que mantuvieran contacto entre ellos cuando el CICR los entrevistó en la prisión de Guantánamo en noviembre del 2007.
El CICR señaló que "el proceso de interrogación es contrario a la ley internacional y la participación de personal de salud en tal proceso es contrario a los estándares de ética médica".
El comité mantiene sus reportes en secreto. La información, escrita en el 2007, fue publicada el lunes en la noche en el sitio web del New York Review of Books por el periodista Mark Danner, quien no reveló públicamente cómo la obtuvo.