21 Feb.- El presidente Rafael Correa, aseguró hoy que Max Sullivan,
primer secretario de la embajada de EEUU expulsado del país, era el
director de la CIA en esta nación y negó que la acción contra el
diplomático pretenda desviar las investigaciones de un caso de
narcotráfico.
Hemos expulsado del país a este señor (Max) Sullivan, de la embajada
estadounidense, que, hablemos claro, era el director de la CIA en
Ecuador, dijo Correa en su informe semanal de labores.
Calificó como una "barbaridad" que el ex funcionario haya ordenado el
retiro de computadores con datos sobre seguridad interna donados por
Estados Unidos a una unidad policial.
Las computadoras se retiraron después de suspender la ayuda económica a
la dependencia policial una vez que Quito se negó a coordinar con
Estados Unidos la designación de las autoridades de esa unidad policial.
La Embajada se pone brava porque ellos son los acostumbrados a poner al
comandante policial y por eso es que se llevan las computadoras y se ha
armado todo ese escándalo, indicó Correa.
Negó que tanto un reciente cambio de jefes policiales o la expulsión de
Sullivan y la orden en el mismo sentido hace quince días contra otro
funcionario estadounidense sean una maniobra para desviar las
investigaciones por narcotráfico contra una supuesta red a la que se
vincula con las FARC.
"Dicen que estamos removiendo gente para que no se investigue. (...)
Investiguen lo que les de la gana, no tenemos nada que esconder",
añadió el gobernante.
La embajada de Estados Unidos en Ecuador confirmó ayer la salida del
país de Sullivan, a quien el Gobierno ecuatoriano le había dado un
plazo de 48 horas para que abandonara el país por "una intromisión
inaceptable en los asuntos internos" de la nación.
El pasado 18 de febrero, el Gobierno hizo pública la expulsión
inmediata de Sullivan por su injerencia en asuntos de seguridad de
Ecuador, concretamente en la Unidad de Investigaciones Especiales de la
Policía (UIES).
La salida de Sullivan se suma a la del agregado de la misma Embajada,
Armando Astorga, quien también fue expulsado por el Ejecutivo después
de que se revelara una carta en la que daba por finalizado un convenio
"verbal" e "informal" con algunas unidades de la Policía.
El gobierno ecuatoriano le dio el miércoles 48 horas al diplomático
para que abandonara el territorio nacional, tras declararlo persona no
grata y acusarlo de intromisión por hacer cuestionamientos al alto
mando policial respecto el traslado del director de una unidad especial
que recibe cooperación de Estados Unidos. Sullivan se marchó el viernes.
Según Correa, el jefe de la Unidad de Investigaciones Especiales, mayor
Manuel Silva, trabajaba en coordinación con el funcionario
estadounidense --no aclaró en qué términos--, y también encabezó las
pesquisas en un caso de narcotráfico que ha salpicado a ex funcionarios
del gobierno.
Correa admitió que el traslado de Silva obedeció a una sanción por
haber fracasado en capturar al ex secretario de coordinación política
del ministerio de gobierno, José Chauvin, pero sostuvo que la sanción
la dictó sin saber que el mayor había estado a cargo del fallido
operativo.
La tesis del Gobierno de Correa es que como país soberano no puede
permitir la intromisión de autoridades de otros países en asuntos
internos y que con estas medidas, pretende transparentar los acuerdos
de cooperación internacional en todos los ámbitos.
El pasado 2 de febrero Correa ordenó a las unidades policiales que
devolvieran a la embajada todo el material que le había sido donado por
la representación diplomática, pero en el trámite no sólo se entregaron
vehículos y computadoras sino también información reservada.