Ex militar colombiano secuestra a más de 20 personas y denuncia nexos entre el ejército y grupos de ultraderecha

Bogotá 21 de mayo 2008 . Un ex militar armado con una granada mantuvo por casi dos horas a decenas de rehenes en una oficina de Bogotá en demanda de que se le diera trámite a una pensión que solicita y denunciara nexos entre el ejército y grupos de ultraderecha en los años ochenta.

Los hombres del grupo antisecuestro Gaula asaltaron la oficina, mientras un policía vestido de civil le arrebató la granada al secuestrador en momentos en que se leía ante las cámaras de televisión una extensa proclama, luego de que el hombre liberara a varios rehenes.

"Mi nombre es Edgar Paz Morales, soy un hombre que he defendido a mi patria y ahora no me responden mientras a los desmovilizados les dan de todo", dijo el secuestrador a la radio al comenzar la toma de rehenes.

El militar en retiro explicó que realizó la acción para pedir que se le tramite su pensión. "Yo estoy pasando trabajos mientras los guerrilleros desmovilizados la tienen toda", anotó el secuestrador en referencia a los beneficios de que son objeto los ex combatientes de los grupos izquierdistas y de extrema derecha en el país.

El militar en retiro había pedido la presencia de la prensa, de representantes de la oficina del Defensor del Pueblo (Ombudsman) y del embajador de México en el lugar, lo que fue aprovechado por la policía para infiltrar agentes de civil.

El hombre dijo haber trabajado en un batallón de inteligencia y haber participado en varias operaciones contra la guerrilla, antes de recibir entrenamiento del israelí Yair Klein y de pasar a integrar un grupo paramilitar financiado por narcotraficantes.

El documento que hizo leer ante los medios de prensa, y que tituló "prontuario de un hombre que sirvió a su país", contenía varias revelaciones sobre su supuesta participación en varios de los operativos y atentados contra dirigentes de la guerrilla del Movimiento 19 de Abril (M-19), que entregó las armas y se convirtió en partido político en 1990.

En el prolongado documento, el secuestrador dijo haber participado de un grupo que tuvo a su cargo además las operaciones contra los rebeldes que tomaron la embajada de República Dominicana en 1980.

El comandante de la policía de Bogotá, general Rodolfo Palomino, había dado la orden a sus
hombres de rodear la oficina y tomar "las medidas de seguridad para garantizar la vida de las personas implicadas".

Las versiones radiales iniciales señalaron que los rehenes eran unos 30, aunque luego bajaron sus estimativos a unos 20. El incidente ocurrió en el edificio de una compañía administradora de fondos de pensiones, situado en una de las zonas más concurridas de la capital colombiana.


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