Tres días en que comisionados pasaron de garantes a mediadores con intransigentes funcionarios del gobierno de Uribe

En el aeropuerto de Villavicencio, ciudad a 75 kilómetros al sur de Bogotá, permanecen cuatro helicópteros del gobierno venezolano a la espera de que las Farc entregasen las indicaciones del lugar en donde soltarían a los retenidos.

En el aeropuerto de Villavicencio, ciudad a 75 kilómetros al sur de Bogotá, permanecen cuatro helicópteros del gobierno venezolano a la espera de que las Farc entregasen las indicaciones del lugar en donde soltarían a los retenidos.

Credito: Agencias

La senadora Piedad Córdoba no pudo contener la emoción al momento de despegar las dos aeronaves

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Credito: Vtv

Ramón Rodríguez Chacín, jefe de la operación "Emmanuel

Ramón Rodríguez Chacín, jefe de la operación "Emmanuel

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El comisionado de Uribe, Luis Carlos Restrepo

El comisionado de Uribe, Luis Carlos Restrepo

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En la selva, Kirchner tuvo un día de nerviosa actividad. Se reunió con los demás comisionados, con el presidente de Colombia y con Chávez.

En la selva, Kirchner tuvo un día de nerviosa actividad. Se reunió con los demás comisionados, con el presidente de Colombia y con Chávez.

Credito: Página 12

Clara González de Rojas,
abuela de Emmanuel

Clara González de Rojas, abuela de Emmanuel

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Uribe llega a Villavicencio a dinamitar la tercera fase de la 'Operación Emmanuel'

Uribe llega a Villavicencio a dinamitar la tercera fase de la 'Operación Emmanuel'

Credito: TeleSUR

El director de cine estadounidense Oliver Stone culpó a Uribe del fracaso de la "operación Emmanuel"

El director de cine estadounidense Oliver Stone culpó a Uribe del fracaso de la "operación Emmanuel"

Credito: Archivo

La "operación Emmanuel" no se ha detenido y se mantiene en marcha, se ha transformado y ha sufrido una modificación afirmó el presidente Chávez

La "operación Emmanuel" no se ha detenido y se mantiene en marcha, se ha transformado y ha sufrido una modificación afirmó el presidente Chávez

Credito: Abn

Villavicencio, 01 Enero 2007.- Los tres días que la comisión de garantes internacionales del operativo Emanuel estuvo en Colombia, fueron jornadas de interminables negociaciones con intransigentes funcionarios del gobierno de Álvaro Uribe, tanto que uno de los miembros de la comisión manifestó que 'llegamos como garantes y terminamos como mediadores'.

El nexo entre Uribe y la comisión fue el titular del Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, quien, según fuentes de los representantes latinoamericanos, buscó siempre dilatar las posibilidades de llegar a buen puerto y hasta, sospechan, fragmentar la unidad interna que se gestó entre los garantes, expresa artículo de enviado especial de la Agencia Nacional de Noticias de Argentina (Telam).

La intención de provocar el quiebre y de estancar el avance del proceso de liberación de los rehenes - Clara Rojas, su hijo Emanuel y Consuelo González de Perdomo-, tuvo su máxima expresión cuando el domingo Restrepo les dijo a los garantes que él no iba a subir a los helicópteros porque no había garantías de seguridad.

Esas condiciones de seguridad, agregó, tampoco existían para el enviado argentino, el ex presidente Néstor Kirchner, y para el brasileño Marco Aurelio García, las dos figuras más importantes de la comisión.

El intento no tuvo éxito, pero el hecho de que esta advertencia de Restrepo haya trascendido a la prensa allí apostada -según entienden fuentes cercanas a la comisión de garantes-, obligó a Uribe a participar de manera directa y sin intermediarios.

Así y fuera de programa, Uribe anunció su traslado desde la localidad de Cartagena de Indias, donde estaba descansando, hasta Villavicencio para reunirse con los garantes de la operación humanitaria.

El mandatario colombiano llegó a la base aérea Ipuy con una carta en la manga.

Enfundado en una guayabera color natural, un sombrero tipo panamá de ala ancha y una especie de poncho blanco con guardas de los colores de la bandera colombiana (que lo hacía lucir más como Juan Valdéz, aquella mítica figura
que publicitaba el café de ese país), Uribe llegó rodeado de un impresionante operativo de seguridad y acompañado de varios militares y del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.

La reunión con los garantes de la misión humanitaria tuvo ribetes tragicómicos, según confiaron a esta agencia varios de los allí presentes.

Uribe arremetió con dureza contra las Farc a las que acusó de tener una permanente conducta 'mentirosa y malintencionada' a pesar de la decisión unilateral de liberar a tres rehenes, detallando antecedentes similares, pero también se preocupó por desmentir a Restrepo en cuanto a la falta de garantías de seguridad para con los garantes allí reunidos y, si bien dijo que en la zona donde se preveía como el lugar de la entrega de los retenidos no se habían producidos combates entre el ejército y la guerrilla, para los garantes quedó flotando la duda sobre si realmente no había presencia militar que impedía que el operativo se concretara.

Sorprendió a todos cuando anunció su decisión de hacer pública la 'hipótesis' que desplegó ante los garantes y que sostiene que el niño Emanuel está bajo un nombre falso en custodia de una organización estatal que da protección a familias y niños en riesgo social.

Para ello ordenó al general Freddy Padilla que brindara todos los detalles del descubrimiento que tenía una antigüedad de sólo 48 horas.

Mientras Padilla pasaba el informe, Uribe dejó con la boca abierta a más de un delegado cuando comenzó a hacer ejercicios de yoga para relajarse, pero que no le impedía prestar atención a lo que sucedía.

'¿Y cómo está el niño en este momento, general?', preguntó Uribe con los ojos cerrados al tiempo que realizaba un estiramiento de cuello.

Cuando terminó la exposición de Padilla, el mandatario colombiano les anunció que iba a hacer pública esta información al enjambre de periodistas que aguardaba a unos cien metros de allí.

'Es usted muy audaz', le dijo uno de los enviados internacionales a Uribe, ya que entendía que la información sobre la identidad del pequeño era demasiado escasa como para hacerla pública. Uribe no respondió.

Ante el anuncio, colaboradores de los delegados entendieron que la actitud de Uribe estaba lejos de ser la de un conciliador que buscaba que el operativo humanitario se cumpliera porque con este anuncio, el colombiano buscaba demostrar que los guerrilleros de la FARC mentían sobre su intención de liberar rehenes.

Vanos fueron los intentos por encontrar alternativas para que la entrega se concretara -a pesar de que Uribe aceptó la apertura de un corredor que permitiera el desplazamiento de la guerrilla con los rehenes- y tomaron conciencia de que su rol ya era más de negociadores que de garantes.

La decisión del colombiano de dar a conocer los detalles del niño encontrado sin pruebas suficientes demostró a los garantes, según confesaron, que la misión había llegado a un callejón sin salida y había que suspenderla y por
ello decidieron reunirse a solas mientras Uribe hablaba con los periodistas.

En esa reunión se redactó el documento que da cuenta de la suspensión de las actividades humanitarias y donde instaron tanto al gobierno colombiano como a las Farc a generar las condiciones óptimas para concretar la liberación de los rehenes.

Cuando todo había concluido, fuentes de la comisión de garantes analizaban lo sucedido y coincidían en señalar que el gobierno colombiano no estaba dispuesto a permitir un éxito político a las FARC, pero al mismo tiempo señalaban como necesaria una mejor disposición por parte de la organización guerrillera a la utilización de la política como herramienta para abrir un espacio de negociación.

Sobrevuela entre los comisionados la idea de que entre las filas de la guerrilla no hay un disciplinamiento férreo frente a las decisiones que toma el estado mayor de las Farc, complicando de esta manera -amén de los problemas de comunicación- la posibilidad de encontrar salidas a la negociación.

Tal vez porque el contacto más directo era con los representantes del gobierno colombiano, para los delegados garantes la idea de que no había mucha predisposición a una gestión exitosa fue, por caso, la separación física de
los delegados una vez que arribaron a Villavicencio.

Fueron divididos en dos grupos, alojados en fincas distantes una de otra por casi 20 kilómetros no sin pocas dificultades para la comunicación telefónica.

Kirchner junto al canciller Jorge Taiana y el funcionario Rafael Follonier, estuvieron alojados en una finca donde tuvieron que convivir con un coronel, varios efectivos militares que los seguían a sol y a sombra, y el resto de los
delegados en la otra finca.

Ambas casonas siempre rodeadas de estrictas medidas de seguridad que incluyó el sobrevuelo permanentes de aeronaves de las fuerzas armadas colombianas y la sospecha de que los celulares eran escuchados por oídos indiscretos, no les impidió mantener una unidad de criterio.


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La fuente original de este documento es:
Agencia Bolivariana de Noticias (ABN) (http://www.abn.info.ve)



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