Durante actos de protestas contra Héctor Bustamante Gómez

FELAP repudia agresiones a periodistas en Chile

La Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) rechazó las detenciones que sufrieron trabajadores de la prensa en Santiago de Chile y la amenaza que recibió el periodista chileno Ernesto Carmona, secretario Ejecutivo de la Comisión de Investigación de Agresiones a Periodistas.

El sábado 18 de agosto, carabineros chilenos detuvieron por más de dos horas al camarógrafo argentino Benjamín Ávila y a integrantes de su equipo de filmación, mientras realizaban tomas de un acto de protesta que protagonizaban organizaciones chilenas frente al domicilio del cabo Héctor Bustamante Gómez.

Héctor Hernán Bustamante Gómez, participó en el intento de golpe ocurrido el 29 de junio de 1973, conocido como “El Tanquetazo”. En esa ocasión fracciones sediciosas del ejército, apoyadas entre otros por el Frente Nacionalista Patria Y Libertad, realizan el primer intento de derrocar por la fuerza al Presidente Salvador Allende, electo constitucionalmente por el pueblo chileno.

Durante “El Tanquetazo”, Bustamante estuvo a cargo de una patrulla de la Compañía de Tiradores del Regimiento Blindados 2, que se dirige al frontis del Banco Central, entre las calles Agustinas y Morandé, en las inmediaciones de La Moneda. En este lugar se encontraba Leonardo Henrichsen, reportero argentino-sueco que había sido enviado a cubrir los sucesos por la radio televisión sueca y que, ante los despliegues de las fuerzas sediciosas junto a su colega el periodista sueco Jan Sandquist, procede a capturar las primeras imágenes de esos sucesos.

En esta circunstancia llega al lugar Héctor Bustamante con sus hombres y, al evidenciar la presencia de Leonardo Henrichsen ordena con impresionante sangre fría que se le dispare, consecuencia de esto Henrichsen cae muerto en el lugar. Aferrado a su cámara filma en un acto sin precedente su propia muerte. Cae lentamente al suelo siempre con el dedo en el obturador. Se aferró tan fuertemente a la cámara que el soldado no pudo arrebatársela aunque lo arrastró varios metros por la calle y tuvo que cortar el correaje para sacársela. El soldado abrió la cámara y arrancó la película, arrojó después la filmadora, sin saber que en el otro chasis estaban los seis minutos que registraron su asesinato.

Los hechos motivaron la apertura de una investigación criminal en la segunda fiscalía militar de Santiago, a cargo del coronel de justicia Francisco Saavedra Moreno, la que fue sobreseída por la justicia, quedando en la impunidad los criminales. En octubre de 2005, sus hijos Josephine y Andrés Henrichsen Macfarlane, interpusieron una nueva querella en el Segundo Juzgado del Crimen, a cargo de la Magistrada Romy Grace Rutherford Parentti.


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