Situación después del terremoto

Ocupación militar estadounidence en Haití:

El académico canadiense y experto en geoestrategia Michell Chossudovsky de la Universidad de Ottawa en su artículo reciente “La Militarización de la ayuda de emergencia a Haití”, ha reafirmado nuevamente su pregunta irónica: ¿Es una operación humanitaria o una invasión?- El catedrático canadiense ha sido muy preciso en su opinión y más aun cuando su país es parte integrante del selecto “Club de Reconstrucción de Haití” compuestos por Brasil, Estados Unidos, República Dominicana y la Unión Europea de que “La presencia militar estadounidense en Haití será utilizada para establecer un punto de apoyo en el país y también persigue los objetivos estratégicos y geopolíticos de Estados Unidos en la Cuenca del Caribe, que están en gran medida dirigidos contra Cuba y Venezuela”.

Estados Unidos en esta crisis humanitaria hecho otra cosa en Haití y en el trascurso del hilo conductor histórico latinoamericano que de saquearlo inmisericordiamente apoyándose en sucesivas intervenciones militares, no pueden hacer nada por otros sin humillarlos, violentarlos, invadirlos y des-humanizarlos para hacer también futuros negocios. A igual que en Honduras, Washington busca en Haití implantar otra base que le permita desde allí lanzar futuras acciones militares a los Países de la Alianza – ALBA – TCP, es un juego de poder.

Para comprender esta acción directa de la ocupación militar norteamericana en las calles de Puerto Príncipe se debe mencionar a lo que el filosofo francés Michel Foucault denominaba “economía de gobierno”, que en el caso de Estados Unidos es sinónimo de industria militar, negocios inmobiliarios o reconstrucción financieros, y de producción de infraestructura, así como también el control social sobre la fuerza de trabajo excedente a escala regional y global, todo esto encubierto como “ayuda humanitaria” y “seguridad nacional”, claro está, para ellos no para el pueblo haitiano.

Esta practica de invadir y Re-construir de los Estados Unidos ya a sido refinada en las dos ultimas invasiones de Irak, la Corporación Norteamericana de multiservicios Halliburton que realizó negocios multimillonarios en Bagdad, ahora muy probablemente se presentará en “la Reconstrucción de Haití”, esta política humanitaria que seguro tendrá su pequeño componente de ayuda requerirá sacar del medio a las Naciones Unidas y la Unión Europea, para convertir a Haití en un protectorado norteamericano sin competencia o sin competidores.

Es importante acotar que no son los recursos naturales el motivo de la acción del imperio sino la Geoestrategia de implantar otra base en el Caribe y muy cerca del ahora Campo de Concentración y base norteamericano de Guantánamo en Cuba.

Una intervención continuada.

En este mismo sentido el drama humano que vive hoy Haití debe ser analizado en el contexto histórico de las intervenciones militares a la que ha sido sometida este pueblo hermano. En primer lugar, el país isleño fue ocupado militarmente por EEUU hace diez años. El presidente Bush decidió poner fin a la democracia en ese país exiliando a su presidente, Jean Bertrand Aristide, a África del Sur. EEUU le pasó el mandato de la ocupación militar a Brasil y contingentes armados de otros países de América Latina. En este período de ocupación militar, Haití ha sido sometido al saqueo y a la represión de su población.

EEUU ocupó por primera vez a Haití en 1915. La presencia norteamericana duró 19 años, período en el cual subordinó las finanzas del país a la banca de Nueva York, la convirtió en una fábrica de azúcar y se aseguró que su población siguiera en la pobreza extrema.

Décadas después, en el marco de la histeria del “anticomunismo”, EEUU instauró la dictadura de François Duvalier, “Papa Doc” que se extendió por más de treinta años (incluyendo el período de Jean-Claude Duvalier, “Babee Doc”).

Las relaciones comerciales entre EEUU y Haití se remontan a fines del siglo XVIII cuando Haití todavía era una colonia de Francia. Después de su independencia, producto de una insurrección de los esclavos en 1804, el presidente de EEUU, Tomás Jefferson “advirtió que (la libertad de los esclavos en) Haití era un mal ejemplo”. Diría que había que “confinar la peste en esa isla”. Sólo después que EEUU aboliera la esclavitud en su propio país el gobierno reconoció a Haití.

También sobre la esclavitud habló el vocero evangélico, precandidato a la Presidencia de EEUU del Partido Republicano, Pat Robertson, quien culpó a los haitianos de su propia tragedia alegando que ese pueblo tenía un pacto con el diablo desde su independencia de Francia. En la línea racista que caracteriza a sectores muy importantes de ese país, agregó que los haitianos le dijeron al diablo que “te serviremos si nos liberas de los franceses”, Según Robertson, “el demonio les dijo OK, trato hecho”.

En un interesante informe de la fundación ultra- derechista norteamericana Heritage, del 14 de enero de 2010, donde se expuso los verdaderos intereses encubiertos de la operación militar norteamericana en la devastada República de Haití, el autor se fundamenta los siguientes argumentos:

“Para EEUU, el terremoto tiene implicaciones tanto humanitarias como de seguridad nacional, lo que requiere una respuesta rápida que no sólo tiene que ser audaz sino también decisiva, movilizando las capacidades civiles, del ejército y del gobierno tanto para el rescate a corto plazo y los esfuerzos de socorrer a las víctimas como para un programa de recuperación y reformas a largo plazo en Haití”.1

Es así como lo muestra el anuncio la forma en que se está llevando a cabo la “ayuda humanitaria” tirando comida desde el aire a la población, como si fueran animales, y reprimiendo a periodistas, médicos, diplomáticos, miembros de organizaciones internacionales humanitarias, es decir, a los que están allí para ayudar.

La comunidad internacional pero sobre todo el ALBA debe reaccionar enérgicamente contra este nuevo atropello de los Estados Unidos y perder la ingenuidad sobre “el cambio” que prometía Obama: en tiempos de crisis económica y política lo único que salva a un presidente norteamericano es una guerra exterior y el acaparamiento monopólico de recursos obtenidos por la fuerza bruta.

La militarización actual de Haití. Estrategia ya existente.

El Comando Sur de EEUU contempla un plan para la región latinoamericana, con una duración hasta el 2018 y dividido en cinco fases. Cada dos años se revisan y priorizan las actividades del Comando, cuya actividad se desprende de los diferentes documentos que se han publicado explicando la estrategia de seguridad nacional de EEUU, conjunto de ideas que expresan, entre otros, que la pobreza y la existencia de gobiernos hostiles a EEUU son amenzas latentes. El imperio estadounidense considera que las naciones de América Latina y el Caribe son importantes para la seguridad nacional y económica futura de EEUU. Además, establece que en el largo plazo, los intereses estadounidenses estarán más atendidos en un hemisferio de naciones estables, seguras y democráticas.

Todo apunta a que el gobierno imperialista estadounidense está aprovechando la situación de zozobra en la hermana nación caribeña para ampliar su espectro de ocupación militar. Sin duda se están aplicando las estrategias de la IV Flota tipificadas en el cuadro anterior, puesto que al tener bajo su domino el aeropuerto de Puerto Príncipe, el contingente norteamericano (que ascenderá a más de 14 mil efectivos) controla la red de suministros de alimentos, agua y prestación de servicios médicos.

Al respecto, la comunidad internacional ha manifestado gran preocupación. El Comandante Hugo Chávez Frías afirmó que "en este momento el imperio está tomando a Haití, sobre los cadáveres y las lágrimas de un pueblo, delante de todo el mundo, descaradamente. Tiene el control del aeropuerto (de Puerto Príncipe) comenzaron por el aeropuerto ya llegaron al Palacio Presidencial".

Por su parte, el presidente nicaragüense Daniel Ortega, planteó que "se está manipulando un drama para instalar tropas norteamericanas en Haití, y que ya han ido tomando el control militar del aeropuerto en Puerto Príncipe y esto es preocupante". Evo Morales, jefe de Estado de Bolivia, expresó el "rechazo e indignación del pueblo de Bolivia por la decisión del Gobierno estadounidense de enviar tropas en lugar de ayuda a Haití". Igualmente, el próximo ministro de la Defensa de Uruguay, Luis Rosadilla, se mostró "profundamente preocupado" por la situación haitiana y sumó a su país a las voces del mundo que señalan que el país latinoamericano no necesita armas sino insumos médicos, alimentos y agua potable.

Incluso viejos aliados de EEUU, como Francia en la persona del Secretario de Estado para la Cooperación, Alain Joyandet, señaló a principios de semana que la ONU debe tomar una decisión y precisar el papel de EEUU en la ayuda humanitaria a Haití, toda vez que "no se trata de ocupar el país, sino de ayudarle a que recobre la vida”. Paralelamente ha vivido otra historia de sometimiento y racismo. Desde la ocupación francesa, el comercio esclavista, la explotación en los monocultivos de caña de azúcar, las maquilas y las dictaduras hasta la invasión de MINUSTAH (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití).

Esta mal llamada misión de Paz hace presencia desde el año 2004, con más de 7.000 cascos azules, 2.000 policías y cerca de 1.000 funcionarios civiles que se han instalado bajo la excusa de impedir una guerra civil. Ahora 16.000 soldados de EEUU hacen presencia con barcos militares para impedir el éxodo masivo por mar y tierra.

Este despliegue militar mimetizado bajo la ayuda a este país, es una muestra de que continúa la invasión y la injerencia en esta nación. Ya se ha visto con la imposición de dictaduras, de políticas depredadoras, de maquilas, de acuerdos comerciales y de paramilitares que han convertido a Haití en uno de los países más necesitados.

Mientras la verdadera solidaridad se mueve alrededor de la catástrofe de Haití, otros quieren mostrarse generosos como es el caso del Banco Interamericano de Desarrollo, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, del presidente Barak Obama y de otros que buscan utilizar la ayuda como un instrumento de propaganda para ganar apoyo y respaldo del público que a diario se ve invadido por las imágenes desgarradoras de este siniestro.

Todo indica que este país olvidado y hoy azotado por este terremoto se convirtió en una excusa lúgubre para que EEUU pudiera continuar desplegando sus tropas y ubicarlas estratégicamente más cerca de Nicaragua, Cuba, y Venezuela.

A esto se suma la instalación de bases militares en Colombia y en Panamá, las cuales buscan controlar el territorio y sus riquezas. Lo que se deduce es que esta invasión militar es una provocación a los países progresistas de la región para inventarse una confrontación. Y para esto se utilizaría la miseria de Haití como pretexto para el uso de la fuerza en el continente.

Un ejemplo de ello, es el reporte desde Haití que entrega el periodista independiente Simone Bruno: “En este momento no hay un gobierno en Haití, los que están tomando decisiones son los Estados Unidos, a través de la ONU… Yo creo que el problema más grande es la ONU.

A mi se me hace como si fuera un elefante de tres patas, o sea una cosa enorme que está parada allá a un lado y no está haciendo nada”. Frente a la situación que hoy vive Haití, se hace necesario movilizar solidaridad, ayuda humana y recursos que verdaderamente lleguen a los más necesitados. Lo que reportan fuentes oficiales en relación con la problemática ocasionada por la entrega de los víveres, es que no se están entregando para evitar disturbios, cuando fuentes independientes informan que lo más probable es que no se entregan para generar disturbios y justificar así la creciente presencia militar.

Por eso es urgente organizarnos para acompañar y socorrer a nuestros hermanos haitianos, es necesario que desde los diferentes sectores y organizaciones sociales y populares de los países del ALBA - TCP y el mundo, unirnos para entrelazar una estrategia de asistencia, reconstrucción y resistencia solidaria, que cumpla con objetivos humanitarios y que rechace la ocupación militar a este país.

agustineln@gmail.com


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