¿Quién perdió en el polo?

Cuando la derecha colombiana se considera triunfadora, al derrotar a la izquierda radical liderada por Carlos Gaviria, los verdaderos perdedores es el pueblo colombiano que veía en ese partido una esperanza redentora. La derecha de todas las pelambres, prevalida en la errática decisión del II Congreso de escoger candidato presidencial mediante consulta abierta, se identificó con Petro, en tanto éste cargaba a profundidad contra la Revolución Bolivariana, mientras respaldaba al Presidente a nombre de un nacionalismo chovinista delirante. Petro no se sonrojó al declararse émulo de la Seguridad Democrática y no vaciló en llamar a unir huestes para combatir al supuesto enemigo nacional, satanizado a la hermana república venezolana y al proyecto UNASUR. Despotricando mendazmente de su digno oponente Carlos Gaviria, logró una victoria pírrica y espuria, con el abierto y desvergonzado apoyo de los grandes medios y el soterrado de los partidos de derecha. Si a los petristas les quedara algo de vergüenza lo reconocerían. 

Quizá  eso también explica por qué su mayor triunfalismo se canalizó  en la zona Caribe, tradicionalmente campeona en corrupción electoral y paramilitarismo y en Valle, zona maquinada por los grandes carteles. Lamentablemente el proyecto Polo entra en cuidados intensivos cuando el nuevo conquistador, rodeado de mercenarios con tufillo derechista, comienza a mendigar otra consulta interpartidista a las otras facciones de derecha, supuestamente antiuribistas, llámense “Trillizos”, Fajardos, ex-ministros de defensa, Vargas LLeras… dizque para derrotar a Uribe. Dudo que haya unas derechas mejores que otras. Por eso, casi todos sus supuestos émulos le están respondiendo con un portazo.

No imagino a la izquierda radical descojonándose por ellos para colmar las urnas. Se ve venir entonces en el Polo un fuerte rompimiento entre: la socialdemocracia derechizante, que ya se sintoniza con el guerrerismo de las bases militares gringas y la supuesta derrota de las FARC, de un lado, y, del otro, nuestra izquierda radical unida, que se verá obligada a replantear el Partido y su Ideario de Unidad, si es que realmente le importa sobrevivir a este limbo de una aspiración presidencial sin candidato de izquierda.

Es la culminación de serios errores estructurales que tendían a reducir al Polo a un electorerismo tradicional, cimentado en los grandes cacique santafereños, en detrimento de la construcción de un partido moderno disciplinado, orgánico, programático y conectado a manopueblo con proyectos sociopolíticos de largo aliento. Estas últimas características, incipientes en el Huila, explican el triunfo gavirista en el Departamento y en 27 de los 37 municipios, comprendida la capital Neiva y las ciudades: Pitalito, La Plata, Campoalegre, Rivera y Baraya. Infortunadamente esta estrategia de construcción partidista no se logró extender suficientemente a otras regiones, lo que se tradujo en la debacle derechizante. Sólo adoptando el nuevo perfil para el nuevo Polo Radical hará posible invertir la notoria involución respecto a elecciones anteriores. Porque la ausencia de tales características, sumadas al concierto mediático de la derecha contra los polistas radicales, y a la paliza del petrismo CONTRA SU PROPIO PARTIDO y CONTRA nuestro candidato Carlos Gaviria, mostraron un Polo dividido y errático, que finalmente desconcertó a muchos de sus simpatizantes. Esto  explica en parte el derrumbe electoral del PDA.

No obstante, la dinámica histórica no podrá detenerse indefinidamente. La derrota de la izquierda, cuando más, significará un retroceso de la revolución social de unos cuatro años, lo que le exigirá y posibilitará profundos replanteamientos para un despertar del aletargamiento de las izquierdas. El salto de madurez le exigirá al Polo Radical enseriarse con un proyecto claramente alternativo y revolucionador de las estructuras sociales. Así, la pérdida en lo nacional será a mediano plazo,  una ganancia.  Será ese el rumbo, que en el Huila se viene esbozando con el concurso de las diversas fuerzas de izquierda, y que les dio la ventaja frente al petrismo transaccionista y escuálido.

Ganamos las fuerzas que hemos trabajado por: espacios humanitarios de paz, intercambio humanitario y solución negociada al conflicto interno; redención social y defensa del territorio frente a neo-invasores gringos he hispánicos; vida digna para los desvalidos, y proyectos de desarrollo alternativo. El triunfo en el Huila, permitirá seguir reclamando unas listas propias a la Cámara, o al menos permitirá dinamizar el redimensionamiento de un Polo auténticamente alternativo.

En lo nacional, me uno a la propuesta de Ricardo Sánchez: No respaldaré al arrogante y derechista Petro, pero tampoco abandonaré el Polo. Reclamaré  a la Junta Nacional la convocatoria de un Congreso Extraordinario en el que las mayorías polistas definan decentemente el candidato presidencial  auténtico de izquierda, para oponerlo a tanta escoria derechista. Esto, siempre y cuando Uribe no vuelva a aspirar a su segunda reelección paraquista, en cuyo caso, el Polo deberá abstenerse y llamar a la ABSTENCIÓN ACTIVA.

Y si en el Congreso Extraordinario se llegara a romper el Polo… en las actuales circunstancias, más vale mano perdida que mano podrida. Esto facilitaría la estructuración de un Polo Radical que para ser realmente alternativo, deberá plantearse en serio, como meta principal, la construcción revolucionaria de una sociedad socialista a la colombiana. Así se superaría la actual montonera del Polo que tal como está, “ni es chicha ni es limoná’ ”.  

nemesiogomezg@gmail.com



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