¿Existen riesgos de golpe en Paraguay?

El reacomodo imperial en los años 90 para la legitimación del consenso de Washington, con la transferencia de mandos de los militares a gobiernos civiles, dio la imagen de una América Latina que había sepultado definitivamente los golpes de estados militares para reivindicar la democracia representativa como modelo de estado definitivo.

Una vez fracasado el modelo neoliberal a finales de esa década y ante el debilitamiento consecuente de la hegemonía norteamericana, se crearon las condiciones para que en A.Latina emergieran en el marco de la democracia representativa, gobiernos autonomistas con proyectos desarrollistas alternativos a la subordinación imperial como Venezuela, Bolivia, Ecuador etc.

La onda expansiva de esta nueva corriente resultó un viento alentador para el resto de la región y prendió la idea de que como los golpes eran definitivamente impensables, los procesos electorales que se iban produciendo, serían un medio válido para los cambios, con el reaseguro de la democracia sin obstáculos.

El día domingo 28 de junio pasado sin embargo, amanecimos con la infausta noticia de que aquel fantasma que se creía sepultado, renacía. El presidente constitucional de Honduras era sacado violentamente de su domicilio particular por militares fuertemente armados y obligado a abandonar el país, yendo a parar a Costa Rica.

Ese violento golpe en Honduras debe ser una llamada de atención para A.Latina en general y para nuestro país en particular, porque a la luz del hecho, queda demostrado que había realidades políticas diferenciadas y que la vía de cambio institucional necesitaba de un requisito fundamental más: el sustento político orgánico. En virtud de ese presupuesto, está visto que cuando el imperio y su clientela criolla, se ven amenazados, los golpes como mecanismo de control político pueden renacer, sólo que esta vez con otras características. EEUU condena el golpe al igual que la comunidad internacional. Este nuevo escenario con distinta facha, a muchos les pareció la confirmación de la impugnación definitiva de los golpes, pero la coyuntura sin embargo, tenía los mismos resultados que los cruentos golpes de los años 60 y 70 del siglo XX: un intento de proyecto alternativo en Honduras era truncado y su posible ejecutor, el Pte. Zelaya, sacado del camino. En función a ese propósito, EEUU está claramente involucrado, sólo que con otra táctica, que consistiría en promover desde dentro la desestabilización desencadenando el golpe, para condenar después, pero consiguiendo el propósito de liberarse de un factor perturbador.

A propósito véase los planteamientos de Ramsey Clark y el Obispo Filipe Teixeira de la Diócesis de San Francisco de Asís, en su mensaje urgente al Presidente de Estados Unidos con relación al golpe en Honduras, que entre otras cosas denuncia:
“1. La cercana colaboración de los militares de Estados Unidos con el ejército hondureño manifestado por el entrenamiento y los ejercicios comunes;

“2. El papel de la base militar Soto Cano, ahora bajo el comando del coronel Richard A. Juergens, quien era Director de Operaciones Especiales durante el secuestro en febrero del 2004 del Presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide;

“3. Que el jefe del Estado Mayor del ejército hondureño, general Romeo Vásquez, fue entrenado en la Escuela de las Américas de los EE.UU.;

“4. Que el Secretario Adjunto de Estado Thomas A. Shannon Jr. y el Embajador de los EE.UU. en Honduras, Hugo Llorens estaban plenamente enterados de los conflictos que conducían al golpe militar”.

En el contexto referido, cabría ubicar a nuestro país para ver que perspectivas políticas y riesgos se pueden avizorar.

Con ese objeto, bien se puede avanzar la hipótesis de que los gobiernos con sustento político orgánico son los que podrían resistir los nuevos embates de la derecha y aquellos que lo carecen, correr el serio riesgo de ser objeto de golpes.

Decíamos más arriba que el declive hegemónico norteamericano posibilitó la emergencia de gobiernos alternativos en A.Latina, pero corresponde agregar otro factor cual es el de que los gobiernos con sustento político real para intentar esos proyectos eran aquellos que llegaron al poder precedidos de la acumulación de fuerzas en plazos razonables. Pensamos por ej. en Venezuela después del caracazo (1989), Bolivia (MAS), Brasil (PT) y Uruguay (FA).

Vemos que ese sustento sin embargo, no se dio en países como Argentina, Paraguay y Honduras. En Argentina, el triunfo de Kirchner se dio después de perder la interna ante Menem, y se fue consolidando en la medida en que su gobierno logró sacar del infierno a un país que venía de la tormentosa crisis del año 2001. La identificación de esa salida con Kirchner, fue lo que lo apuntaló y no un trabajo político de acumulación orgánica. Como dice Heinz Dieterich “Nestor Kirchner acumuló un gran capital político con la superación de la crisis del 2001, pero nunca logró construir una base social orgánica para darle sustentabilidad” (H. Dieterich :”Golpe militar en Honduras, derrota electoral en Argentina…” 2-07-09).Esa situación le llevó al gobierno de Kirchner a tener el revés electoral legislativo último.

En Paraguay, el triunfo de Lugo se produce como consecuencia de la emergencia de una figura de consenso para un espectro heterogéneo de entidades y agrupaciones en torno a la intención de derrocar al partido Colorado después de haber estado 60 años en el poder, siendo el conservador Partido liberal, la única organización importante que fungiera de sustento político .

El caso de Honduras es parecido a los dos anteriores, con la singularidad de que Zelaya es de un partido de derecha y como tal ganó las elecciones y dejó de tener el control sobre el Congreso y el respaldo de la embajada norteamericana, cuando hizo un giro hacia el ALBA. En Paraguay el gobierno inicia su gestión con ese “giro” con la hostilidad del Partido Liberal y la inquietud de la embajada americana y sin la posibilidad hasta ahora de constituir un sustento político orgánico.

Estos tres países paciera ser, están en la categoría de “eslabones más débiles”, acompañado de un “clima destituyente” mediático como dijera a Kreyness, que nos hace tan vulnerables como Honduras y Argentina.(Jorge Alberto Kreyness: “Honduras como espejo de Argentina. Los eslabones más débiles”).

Los tres gobiernos a la fecha, por razones diferentes, carecen de respaldo parlamentario y sustento político orgánico alternativo.

Si aquí se intentara un golpe de derecha como en Honduras, ese golpe tendría el apoyo del Congreso y del Poder Judicial. Cabe aclarar sin embargo, que no habría necesidad de un golpe militar cruento, sino de un Juicio político.

Todo el montaje del “clima destituyente” del que nos habla Kreyness, al igual que en Honduras, está siendo impulsado ya por nuestra prensa local: Abc presenta como una advertencia a nuestro gobierno sobre el cuidado de no tener “desvíos” peligrosos como los de Zelaya, de lo contrario estaría expuesto también al riesgo del golpe que por supuesto tendrá el beneplácito del matutino. Otro tanto se puede decir de Radio Ñanduti cuyo director está haciendo desembozadamente y de forma sistemática, entrevistas a influyentes personalidades que justifican el golpe como el que el día 7 de este mes le hizo al general retirado Regis Romero que decía que el ejército reordenará el Estado si este gobierno se desviara hacia ideologías foráneas de izquierda.

Está visto por tanto que los nubarrones de vuelta al fascismo en este reacomodo táctico de la derecha, se ciernen sobre nuestro cielo y dependerá de la consolidación de los sectores progresistas que permitan la construcción de un instrumento político alternativo, para que esto no ocurra.


Asunción.Paraguay 10-07-09
carlos@verondeastrada.net


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