El año pasado será recordado en Cuba. En 2008 tres huracanes asolaron
la isla entre agosto y noviembre, causando a su paso un auténtico
desastre nacional. Siete muertos, 70.000 casas destruidas, otro medio
millón de viviendas afectadas, miles de hectáreas de cultivos arrasadas
e importantes daños en las infraestructuras de comunicación y
transporte. El gobierno cubano cifra las pérdidas en un total de 10.000
millones de dólares (casi ocho millones de euros).
El gobierno actuó evacuando de forma masiva las zonas afectadas,
reduciendo así al mínimo la cantidad de víctimas mortales. Llegaron a
las zonas del desastre camiones con tejas para techar y con alimentos
para los damnificados. El sistema eléctrico está otra vez en pie y el
abastecimiento de comida se estabilizó gradualmente. La escasez de
alimentos y los altos precios alcanzados se mitigaron después de que el
gobierno impusiera topes al valor de las producciones agrícolas que
venden los campesinos.
Una vez más se ha vuelto a demostrar que el control por parte del
Estado de los principales resortes de la economía es el elemento
decisivo para que estos recursos puedan ser movilizados para, como en
este caso, impedir que desastres naturales de este tipo se conviertan
en auténticas tragedias. ¡Qué diferencia con la actuación del gobierno
estadounidense con el huracán Katrina!
Remodelación ministerial
Este acontecimiento ha marcado el primer año en el que oficialmente Raúl Castro ha ejercido de máximo dirigente.
En el terreno político también se han producido hechos que pueden tener
importantes repercusiones para el futuro de la isla. Entre febrero y
marzo de 2009 se ha producido la mayor remodelación de gobierno de los
últimos quince años: un total de ocho ministros han salido del
gobierno, destacando la destitución del hasta ese momento
vicepresidente del Consejo de Estado, Carlos Lage, y del ministro de
Exteriores, Felipe Pérez Roque.
Oficialmente la explicación ha sido aséptica, corta e institucional:
"Estos cambios responden a la necesidad de tener una estructura más
compacta y funcional, con menor número de organismos de la
administración central del Estado y una mejor distribución de las
funciones que cumplen". Al día siguiente y en referencia a Carlos Lage
y Felipe Pérez Roque, Fidel Castro hacía unas declaraciones con un
contenido político más claro: "La miel del poder, por el cual no
conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los
condujeron a un papel indigno".
Independientemente de las razones de fondo que han podido llevar a la
destitución de tal o cual persona, hecho difícil de establecer, lo que
parece claro es que Raúl ha querido rodearse de personas de su más alta
confianza. Desde 2006 Raúl Castro ha declarado su intención de realizar
cambios estructurales en todos los ámbitos, incluido el económico,
aunque sin concretarlos demasiado.
Su estrategia parece ser la de preparar políticamente al gobierno, los
principales resortes del Estado y a la opinión pública cubana, para
después ir abordando esos cambios estructurales. La profundidad de esos
cambios, la dinámica propia que puedan llegar a adquirir y si acabarán
por transformar cualitativamente la estructura productiva de Cuba es
algo difícil de prever exactamente en estos momentos, ya que influyen
factores de todo tipo, no sólo económicos y nacionales. Las altas
cifras de crecimiento alcanzadas por el capitalismo chino durante esta
primera década del siglo XXI han ejercido una poderosa atracción en un
sector de los dirigentes cubanos, pero un aspecto a tener en cuenta a
la hora de hacer previsiones es el efecto que la crisis capitalista
mundial ya está teniendo en el gigante asiático, y que todo indica que
se profundizará. Otro factor a considerar es que Fidel Castro, aunque
oficialmente retirado, sigue teniendo una gran autoridad entre los
cubanos en general y dentro del PCC en particular, y de todos es
conocida su oposición a que Cuba tome el camino de la restauración
capitalista.
Maniobras de las grandes potencias
En todo caso, lo que también es un hecho, es que tanto la UE como el
nuevo gobierno de EEUU encabezado por Barack Obama, aunque este más
tímidamente, percibiendo una oportunidad en los cambios que se están
produciendo en Cuba, están tomando medidas con la intención de crear
las condiciones más propicias para una restauración capitalista en la
Isla. En octubre de 2008 la UE eliminó las sanciones impuestas en 2003
a Cuba y hace pocas semanas el comisario europeo para el desarrollo,
Louis Michel, anunció el restablecimiento de las relaciones
diplomáticas con La Habana. Por su parte el gobierno estadounidense ha
aprobado toda una serie de medidas hacia la relajación del embargo que,
aunque muy limitadas, sí son un gesto que demuestra un cambio de
estrategia. Ahora los cubanoamericanos podrán viajar a la isla una vez
al año y estar todo el tiempo que quieran, frente a una vez cada tres
años y sólo durante catorce días que impuso el gobierno Bush. También
se han relajado las restricciones para el envío de remesas y se han
eliminado las trabas para el envío de comida y medicinas y algunos
pequeños cambios más. Independientemente del alivio que estas medidas
pueden suponer para la asfixiada economía cubana, parece evidente que
no son desinteresadas por parte del imperialismo.
La única alternativa la revolución latinoamericana
La restauración capitalista sería una pesadilla para las masas en Cuba.
Todas las conquistas de la revolución en el terreno educativo,
sanitario, etc, serían arrasadas por el sistema del lucro privado y la
isla volvería a ser el país miserable que era en tiempos de Batista.
Los obreros y campesinos cubanos tienen sólo un aliado en su lucha por
alcanzar una vida mejor; éste no es otro que la revolución
latinoamericana hoy en marcha. Todo el continente está siendo azotado
por el huracán de la revolución. El triunfo de la revolución socialista
en América Latina es el oxígeno que necesita la revolución cubana.
Planificando la economía de forma democrática en todo el continente,
con la participación consciente de los trabajadores en dicha
planificación y en la toma de decisiones se podrán poner los inmensos
recursos de esta zona del mundo al servicio de garantizar a todos una
vida digna.