Cartas desde el bósforo

España: ¿democracia e independencia de poderes?

Es un hecho que no admite discusión, una convención general y universalmente aceptada, el que una verdadera democracia debe exhibir independencia de poderes. En el momento en el que una legislacion pueda ser cambiada, obedeciendo a presiones e instrucciones del Ejecutivo, podemos afirmar categoricamente que algo que es de cristal se ha quebrado en el sistema político, por lo cual ya no debe seguir siendo catalogado como democratico. Pero abundan los ejemplos en los que las “democracias occidentales”, esas que han hecho de la “libertad” un fetiche, han vulnerado esa independencia.

El Proceso Bolivariano se ha caraterizado por su voluntad y vocación de recuperar para el pueblo, en su totalidad, la capacidad de decisión a la hora de diseñar políticas publicas, ya que cada acción trascendental relativa  a la vida social, económica y política del colectivo conocido con el nombre de República Bolivariana de Venezuela desde 1999, es consultada abiertamente en procesos electorales, que son a su vez supervisados por un poder independiente llamado Poder Electoral. Un ejemplo es el referendo que llevaremos a cabo el próximo 15 de febrero, en el reconfirmaremos nuestra voluntad de que nuestro Comandante, Hugo Rafael Chávez Frías, siga siendo nuestro candidato y guía en este Proceso Revolucionario.

Es lo que llamamos la superación del modelo puramente “representativo”, para dar paso a un modelo “participativo”, más horizontal, donde la voluntad y el poder de decision de la gente es lo que máscuenta. Eso nos ha llevado por la senda, no pocas veces incomoda, pero siempre necesaria e ineludible, de los referendos. Gracias a ello, hoy podemos presumir de poseer uno los sistemas electorales más modernos y transparentes del mundo.

Recientemente la Ministra hebrea Tzipi Livni, declaró publicamente que el Sr Miguel Ángel Moratinos, Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación del Reino de España, le aseguró que su Gobierno buscará cambiar la legislación española, específicamente el artículo 23 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, para evitar que la aplicación de la “Justicia Universal” pueda afectar las relaciones con países amigos (como lo es Israel para España)

Todo esto viene a raíz de que un juez español, Fernando Andreu, ejerciendo su supuesta independencia e indignado por el holocausto llevado a cabo impunemente por el ejercito israelí sobre la Franja de Gaza, pretende sentar en el banquillo de los acusados al ex Ministro de Defensa hebreo, Benjamín Ben Elíezer, a quien acusa de genocidio y empleo desproporcionado de la fuerza contra la población civil de Gaza, en el año 2002.

No sería la primera vez que un gobierno español trata de entorpecer el libre y sagrado ejercicio de la justicia, pues se sabe que cuando el Juez Garzón puso en jaque al Señor Pinochet, Aznar metió sus manos para que aquel mounstruo no fuese juzgado en territorio ibérico.

Ahora parece que el PSOE va por la misma senda. Según lo declarado por la ministra israelí, se puede concluir que en España no existe, o por lo menos se suele vulnerar, la independencia de poderes, a discreción del Ejecutivo.

Ya quisiera ver a las corporaciones mediáticas, a los politólogos, internacionalistas e ideólogos del sistema y a los opinadores de oficio, poner en tela de juicio a la Democracia española por estos tan delicados hechos.

Se me viene a la cabeza aquel verso que dice:

“Quien mato a Lola"



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