“Si los favores atan a los hombres,

no dude Ud. General, que yo y mis

compatriotas amaremos siempre

al pueblo haitiano…..”

Simón Bolívar en carta dirigida

al Presidente Haitiano Alexandre

Petión.

Los sentimientos de cariño, estima y agradecimiento que profesó el Libertador Simón Bolívar al General Alexandre Petión, primer Presidente de la República de Haití, fueron profundos y sinceros; y no podía ser de otra manera, porque el Presidente Petión y el pueblo de Haití fueron los primeros e incondicionales amigos de la patria venezolana que apenas nacía; inclusive, ya antes de Bolívar, el Generalísimo Francisco de Miranda había recibido ayuda del Prócer Haitiano cuando navegando desde los EEUU rumbo a las costas venezolanas se aprovisionó en el puerto haitiano de Jacmel, en donde se le unieron las goletas “Bachus” y “Bee”, con armas y hombres haitianos que voluntariamente se ofrecieron a venir a combatir y derramar su sangre para ayudarnos a conseguir nuestra libertad.

Cuando se perdió la segunda República cientos de patriotas venezolanos y sus familias fueron generosa y cálidamente recibidos y atendidos en Haití por instrucciones expresas del Presidente Petión.

El 24 de diciembre de 1.815 nuestro Libertador pisó por primera vez la tierra haitiana. Era un hombre sin mayor prestigio político o militar, que venia de sufrir el desastre de la Batalla de La Puerta, en donde Bóves decretó la muerte de la 2da República. Bolívar, seguido de cerca por agentes del gobierno español, había sufrido en las islas inglesas y francesas del Caribe el trato indiferente y hostil que las grandes potencias le proporcionan a quienes ya nada le pueden ofrecer a sus intereses. Pese a todo esto, el Presidente Petión, quien aun enfrentaba el peligro de una Francia deseosa de reconquistar la perla de sus colonias y de un imperio español que aun dominaba la mitad de la isla Quisqueyana y no podía ver con buenos ojos esta acción, lo recibe el día 2 de enero del año 1816, primera de varias entrevistas, en donde le dispensa un trato respetuoso, amable y solidario.

Petión, a pesar de la destrucción y pobreza que la guerra de independencia contra los franceses había ocasionado en su país, ordena entregar al Libertador 6000 fusiles con sus bayonetas, municiones, plomo y víveres en grandes cantidades, una imprenta y una apreciable cantidad de dinero; también autoriza que todos los oficiales y tropas del ejercito haitiano que quisiera embarcarse con Bolívar rumbo a Venezuela pudieran hacerlo; mas aun, ordenó que a todos los soldados y oficiales venezolanos y colombianos que se encontraban allí se le suministrara una ración diaria de carne y de pan.

Hay que recordar que Haití acababa de salir de una brutal guerra en contra de la Francia napoleónica y su infraestructura productiva estaba literalmente destruida; sin embargo, Petión, (al igual que Chávez hoy) comprendió con claridad que el destino de los pueblos latinoamericanos era solo uno, y que de nada valdría la independencia de Haití si los demás territorios hispanoamericanos seguían esclavizados. Consecuente con este pensamiento el presidente Petión hizo incluir en la constitución haitiana de 1816 un artículo mediante el cual “todo africano, indio, así como sus descendientes en las colonias que vengan a establecerse en la republica serán reconocidos como haitianos”.

Con estas tropas y estos recursos Bolívar va a emprender la invasión de los Cayos de San Luís que no va a producir los resultados esperados por las desavenencias entre los jefes patriotas y el desconocimiento por parte de estos de la autoridad del Libertador, pero que sin embargo va a sentar las bases de la futura liberación de las provincias de Oriente y de Guayana.

Bolívar, de nuevo sólo, desconocida su autoridad y perseguido por los agentes de la corona española, no encuentra refugio donde guarecerse salvo Haití, en donde de nuevo el presidente Petión lo recibe con su proverbial generosidad y solidaridad. Esta vez le suministrara 5 barcos, 400 hombres (todos haitianos, a los que la racista historia oficial venezolana nunca ha mencionado) y armas y pertrechos, con los que Bolívar partirá el 21 de Diciembre de 1.816 a libertar definitivamente a Venezuela.

Traigo estos hechos a colación para comentar las miserables actitudes que ciertos personajes de la oposición política venezolana han asumido frente a la solidaridad que el actual gobierno venezolano ha mostrado con varios pueblos latinoamericanos, incluyendo por supuesto al de Haití.

Desconociendo la inmensa deuda histórica que tenemos con el pueblo haitiano, el más pobre del hemisferio occidental, y siguiendo el guión que les ordena azuzar el chauvinismo egoísta de ciertos sectores de nuestra población con la tendenciosa patraña, que no argumento, de que se está regalando el petróleo, sin que a la vez sean capaces de explicar como entonces las reservas internacionales venezolanas ya sobrepasan los cuarenta mil millones de dólares, tengamos la deuda externa porcentualmente más baja de Latinoamérica y haya programas sociales eficientes y extendidos a toda la población, estos personeros demuestran a partes iguales una ignorancia supina en materia de historia patria y una miserable pobreza de espíritu.

Sólo hay que entrar a analizar los datos estadísticos y contratos de Petrocaribe o El Alba para darse cuenta que no es lo mismo “regaladera” que solidaridad. No es lo mismo egoísmo que hermandad. Nunca será igual la miopía politiquera, miserable y ruin de la que ostentosamente hacen gala estos seres, que la visión geohistórica llena de hermandad y grandeza que afortunadamente para el Libertador poseyó el presidente Petión y demuestra hoy el presidente Chávez.

Venezuela debe al pueblo haitiano mucho más que un cargamento de asfalto o algunas colchonetas y alimentos enlatados. Ojala la historia y la vida nos permitan retribuirle tanto como ellos en su momento nos dieron.



Joel Sangronis Padrón

Profesor UNERMB

joelsanp02@yahoo.com