Conforme pasan las horas el show de la liberación de los rehenes en poder de las FARC comienza a desbaratarse. Ahora resulta que era una operación pactada con el gobierno francés y el suizo, que hubo de por medio unos 20 millones de dólares, y que en el operativo participaron los gringos proporcionando inteligencia y tecnología, así como israelíes que aportaron expertice, tecnología y eventualmente cuadros. En suma, una operación multinacional, pagada a precio de oro molido, para que Uribe hiciera el show mediático del año.
Aunque también se tienen ya dudas crecientes sobre la coincidencia entre el operativo y la visita de MacCain, lo cual nos estaría llevando a pensar que los rehenes colombianos votan en las elecciones de Estados Unidos. En verdad es algo que entra en el ámbito de la política ficción. Lo cierto del caso es que todo apunta hacia un proceso de negociación de la liberación de los rehenes por parte de las FARC y los gobiernos de Francia y Suiza, interceptado por el gobierno colombiano.
Lo que habría que denunciar, llegado el caso y si efectivamente se verifica, es que se trató de una operación terrorista desde el gobierno de Uribe, de la cual no tardan en aparecer los muertos que se metieron al closet, y por supuesto, nada que valga la pena festejar. Salvo por supuesto, que una docena de rehenes estén sanos y salvos (en verdad muy sanos) entre su familia y con la posibilidad de reiniciar sus actividades. Lo demás es parte de la anécdota, de la historia y de los cuentos chinos o de camino como se dice.
El punto que deberá ser motivo de preocupaciones a partir de ahora, es la búsqueda de una formula política, que de las suficientes garantías para la misma, pues me parecería raro que la dirigencia de las FARC se hiciera presente a una conversación si supiera que en el camino, extraterrestres no identificados, podrían secuestrarlos o tirarles un paquete de bombas inteligentes. Es sin duda un escenario complicado y absolutamente alejado del triunfalismo del gobierno colombiano.
El proceso de negociación política apenas inicia y el mismo deberá ser sumamente cuidadoso si quiere resultados antes que un escalamiento del conflicto armado en ese país hermano. Pues a pesar de todo lo que se diga en estos días en los medios de comunicación, los problemas de fondo del país no desaparecen con un show mediático por caro que el mismo haya sido.
Es cierto que este año no ha sido bueno para las FARC. Masacraron a Raúl Reyes, falleció Marulanda, hubo un par de deserciones y ahora un show a sus costillas. Y lo que es obvio es que no tienen la iniciativa política, pero quienes conocemos de estos procesos, sabemos que la iniciativa se recupera al menor error del adversario. El tema de fondo, sin embargo, es que la guerrilla esta ahí, y parafraseando el multicitado cuento de Augusto Monterroso, podría decir, “cuando Uribe despertó las FARC estaban ahí”.
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