El ministro de relaciones exteriores
de la Republica Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro de visita en
Ciudad de la Habana, Cuba, durante la XII reunión del mecanismo
bilateral de consultas políticas el 28 de mayo de 2008 expresó varios
conceptos que son toda una realidad paradigmática de las relaciones
soberanas entre dos pueblos del continente. Maduro destaco la
"alianza estratégica, estrecha y profunda" de ambos países,
pero agregó que la relación de Cuba y Venezuela "va mucho más
allá"(…) "Es una profunda hermandad histórica, estratégica,
que nos ha convertido en términos prácticos en un solo pueblo y nos
va convirtiendo (...) en una sola nación". (1)
El mundo vive su peor crisis política
y social al dispararse los precios de los combustibles y los alimentos.
Es un momento de necesaria unidad, de andar apretados y fundidos como
nunca, si queremos sobrevivir. Las palabras de Maduro en la Habana tienen
toda la madurez objetiva, profética de nuestros libertadores y se
juntan con otras reflexiones. El ecuatoriano Cesar Augusto Alarcón
Costta define: “frente a cualquier crisis una actitud claudicante
resulta absurda y ante el desconcierto, ninguna resignación tiene sentido.
Crisis y desconcierto son desafíos que retan el coraje”
(2)
Si la identidad es la forma originaria
de ideología y su esencia consiste en la adecuación a la realidad
que oprime la solución es viable construir grandes alianzas entre
los pueblos y gobiernos frente a la opresión monopolizadora reinante
en el mundo.
Muy avanzado es el ejemplo de Venezuela y Cuba que han suscritos decenas de acuerdos de cooperación, incluyendo la rama de los combustibles, respaldados por la concepción estratégica de la integración económica, impulsada por los gobiernos respectivos. En el sector petrolero ambos países exhiben contratos para la exploración y explotación de hidrocarburos en aguas profundas de la zona económica exclusiva, en aguas no tan recónditas, y en tierra firme.
Una muestra de la hermandad necesaria entre dos países es la cooperación energética cubano-venezolana la que se proyecta hacia la solución de necesidades actuales sin hipotecar el futuro y con la disposición permanente de extender esa influencia positiva hacia el Caribe y en el seno del ALBA (3)
El sistema eléctrico constituye uno de los objetivos del tratado, además de programas de ahorro muy similares a los vigentes en Cuba y Venezuela y que prevén la sustitución de equipos y lámparas de alto consumo por otros más eficientes.
Con estos acuerdos queda demostrado el imperativo martiano de la necesaria marcha unida como la plata en las raíces de Los Andes; y para no hundirnos y si unirnos, hace falta en América una revolución cultural que robustezca los “troncos que deben de andar unidos” por la salud de los pueblos para acabar la alta pobreza en América Latina, particularmente severa y profunda entre la población indígena y otras capas humildes del Cono Sur. Es necesaria la toma de conciencia para romper las barreras coloniales y neocoloniales del Continente.
El ALBA, un proyecto
para unir a los países de América Latina y el Caribe en un solo bloque
económico, político y social es un programa de unidad que se basa
en la cooperación firmado el 14 de diciembre de 2004, en la Habana
por Hugo Chávez y Fidel Castro; entre los principios que se establecieron
se encuentran un trato especial y diferenciado, que tenga en cuenta
los niveles de desarrollo de los diversos países integrantes y la dimensión
de sus economías, lo cual garantiza el acceso de todas las naciones
a la participación de los beneficios que se deriven del proceso de
unidad. (4)
Es indispensable elevar los conocimientos y desterrar la ignorancia de nuestros pueblos para lograr el disfrute y la aceptación de una identidad cultural con ejercicio de la independencia nacional y el progreso social en un mundo unipolar y globalizado. La justificada aspiración de todos los hombres de buena voluntad de construir una sociedad más humana justifican, no sólo la meditación espiritual, sino que la cultura sea objeto de decisiones prácticas por parte de las más diversas personalidades e instituciones sociales en todos los países.
Cuba, con un sistema
político que ha generado altos niveles de desarrollo social, está
en condiciones, como ningún otro país, de propiciar la unidad con
los demás estados del área, al poner a disposición de estos una riqueza
en el orden intelectual, profesional y espiritual en los más diversos
frentes de la economía, la ciencia y la cultura.
En la XVII Cumbre Iberoamericana desarrollada en Chile en noviembre de 2007 Carlos Lage Dávila, Vicepresidente de Cuba, describía los aspectos humanos que identifican a la sociedad cubana como elementos encaminados a establecer la unidad:
Pleno empleo,
facilitado por el concepto de que el estudio puede ser una ocupación
remunerada. En Cuba hoy el índice de desempleo es del 1,9 por ciento.
En una sociedad que se considere justa ningún ser humano debe sobrar.
Las personas menos favorecidas por razones sociales, congénitas o accidentales,
los niños desnutridos, los discapacitados, los ancianos que viven solos,
reciben y recibirán cada vez más atención especial y diferenciada.
Cuarenta y dos mil jóvenes graduados como trabajadores sociales se
suman hoy a los que realizan esta labor, para que ni un solo ser humano
quede abandonado a su propia suerte. La solidaridad no ha de ser un
acto aislado de generosidad, sino una obligación moral de
todos. (5)
Ambas constituciones, la cubana y la venezolana, poseen, en su articulado, fundamentos semejantes sobre los que se constituyen sus respectivos Estados y que expresan la proyección de estos. En el articulo 1ro. de La Constitución de la República de Cuba, se expresa:
Cuba es un estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana.(6)
A su vez, el primer artículo de la Constitución de Venezuela se manifiesta:
La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el libertador. Son derechos irrenunciables de la Nación: la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional. (7)
Cualquier estudioso del Derecho Constitucional puede apreciar que no existe mucha diferencia de lo expresado en otros textos constitucionales a pesar de aquellas peculiaridades que hacen diversos a los hombres. ¿Quién puede negar, después de recorrer la historia de América Latina, la unión de Cuba y Venezuela? La autodeterminación significa el derecho de los pueblos a organizarse y unirse en base a sus condiciones y circunstancias particulares, con total independencia y libertad; libertad que no debe circunscribirse al hecho político, sino que está obligada al trascender al hecho cultural: sin alfabetización no puede haber libertad posible ni para hombres ni para pueblos.
Cuba y Venezuela constituyen una combinación perfecta para enrumbar de forma pacifica hacia el desarrollo, incluso coexistir con otros modelos políticos y formar parte al propio tiempo de diversos socialismos hechos a la medida de cada país en el continente.
El poder de nuestros dos países no está solo en su riqueza natural, sino en los millones de recursos humanos; en el talento de profesionales capaces de trasmitir experiencias, dar salud, educar y forjar el alma al contribuir a elevar la condición humana de los pueblos. Ello resume el sentido social del proyecto de revolución planteado.
La unión política de nuestros estados depende, fundamentalmente, del intercambio y de la colaboración, como ya sucede con los médicos que han devuelto la vista a los ciegos del Continente, consecuencia directa de las desatenciones de un sistema arrebatador de vidas y culturas.
Urge un pensamiento
holístico, aglutinador, que escuche la tormenta de ideas que ya marcha
por Los Andes para el bien de todos. Hacen falta hombres de pensamientos
que provoquen un cambio, y al propio tiempo sean capaces de explicar
y comunicarse con las capas más bajas de la sociedad, porque muchas
veces -y es lamentable- el discurso científico revolucionario que se
concibe dentro de nuestras universidades y academias, no es asumido,
de manera coherente, por la comunidad, al no poder decodificar el mensaje
por la carencia de herramientas técnico conceptuales básicas. Urge
un cambio, por lo que es necesaria la voluntad política y el entusiasmo
de los líderes para propiciarlo, y ese comunicador social se necesita
desde los niveles inferiores e intermedios hasta la cima del liderazgo.
Venezuela y Cuba están forjando ese modelo de hombre de verbo
y actuar coherente que percuda y armonice las sociedades.
Es cierto, la relación
de Cuba y Venezuela "va mucho más allá". El autentico y
agradable clima de Venezuela unido a sus riquezas naturales provenientes
de la tierra, de sus costas, ríos y mares hacen de la patria de Bolívar
un paraíso para los visitantes. Así mismo cualquier persona de otros
países del mundo disfrutaría las bondades de la isla del caribe al
saber que Cuba sextuplicó en el 2006 sus ingresos en el sector
de los servicios durante la última década, en lo que influyó una
acertada política de desarrollo del capital humano.(8)
A diferencia de la concepción burguesa, que lo considera fundamentalmente
como el conjunto de capacidades productivas adquiridas por un individuo
a través de la acumulación de habilidades y conocimientos, el Socialismo
del Siglo XXI lo identifica con el hombre nuevo, portador de una calificación
profesional unida a elevados principios éticos, instrumentados en una
praxis renovadora
En Carta enviada por el Che al periodista uruguayo Carlos Quijano,
director del semanario Marcha que fue publicada el 12 de
marzo de 1965 epístola que se conoce como “El Socialismo y el Hombre
en Cuba”, el guerrillero heroico realiza unas conclusiones muy notorias
que explican, de manera diáfana, por qué el socialismo supone
un modelo para enfrentar la globalización neoliberal del imperialismo
y el porque de unirnos:
Sabemos que hay
sacrificios delante nuestro y que debemos pagar un precio por el hecho
heroico de constituir una vanguardia como nación. (..) Todos y cada
uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio (…), conscientes
de avanzar con todos hacia el hombre nuevo…
(9)
La cohesión de las sociedades
latinoamericanas urge frente al hegemonismo neoliberal. Si unirse significa
educación gratuita a todos los niveles, salud sin costo alguno para
los pacientes, elevar la esperanza de vida a cerca de 80 años, y que
la mortalidad infantil ostente una cifra de lujo (5,3 fallecidos por
cada mil nacidos vivos) como lo exhibe Cuba bien vale la pena pensar
y actuar en comunidad de intereses y unirnos antes que permitir el hundimiento
de nuestras civilizaciones.
El proyecto de relanzar un modelo alternativo y opuesto a la hegemonía neoliberal desde una perspectiva socialista, hecho a la medida de cada país, es la fórmula de los pueblos del Sur como alternativa frente a la barbarie globalizadora, tal como lo considera Rafael Correa, presidente del Ecuador:
Para poder adelantar esa revolución ciudadana, necesitamos del Socialismo del Siglo XXI. Muchos nos decían que le pusiéramos « humanismo ». Dijimos que no, porque no le tenemos miedo a esa palabra. Es con el socialismo que vamos a buscar justicia, equidad, economía productiva y generadora de empleo. Nuestro proyecto se llama así porque tiene coincidencias con el socialismo científico de Marx y Engels. Por ejemplo, aquí es el pueblo quien debe mandar, no el mercado. El mercado debe ser un buen siervo y no el amo. El ser humano no puede seguir siendo tratado como un instrumento más de producción, en función de las necesidades de acumulación del gran capital.
En todos los tiempos las grandes potencias se han unido, países grandes y pequeños han construido alianzas. Europa esta regida por una comunidad de naciones perfectamente viable, entonces es hermoso y alentador escuchar las afirmaciones del canciller bolivariano Nicolás Maduro al elogiar la unidad de Cuba y Venezuela: “ Es una profunda hermandad histórica, estratégica, que nos ha convertido en términos prácticos en un solo pueblo y nos va convirtiendo (...) en una sola nación"
2 Alarcón Costta, César Augusto, Por nuestra Patria, Editorial Raíces, Quito, Ecuador, 2001, p. 103
3 http://emba.cubaminrex.cu/Default.aspx?tabid=13493
4 http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2004/esp/d141204e.html
5http://www.cubaminrex.cu/Actualidad/2007/XVII_Cumbre_Iberoamericana.html
6 http://www.cuba.cu/gobierno/cuba.htm
8 http://clovisjesus.blogspot.com/2006/08/capital-humano-nuestro-principal.html
9 http://cheguevara.cubasi.cu/content.aspx?menu_activo=3&estado=2&id=144