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Elite norteamericana y mundial, que pretende liderizar moralmente el orbe, embarrada hasta la médula de la corrupción.
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Es tal el escándalo que se corre el riesgo de paralizar la investigación, tachar de la lista figuras celebres por vergüenza y dar por concluido el escándalo
Jesús Sotillo Bolívar. Profesor de la UCV.
Al estilo de las operaciones mafiosas donde desapareciendo a los testigos pretenden ocultar los crímenes, pensaron que con la dudosa muerte por suicidio de pedófilo Josep Epstein, ocultarían las verdaderas entrañas de la corrupción, que carcome a la sociedad norteamericana.
Luego de sus servicios prestados a la larga lista de corruptos de la sociedad norteamericana que va desde los escenarios hollywoodenses, pasando por sectores empresariales, la realeza, para aterrizar en la fauna política, no podía quedar vivo, su muerte estaba anunciada y acudieron al viejo expediente del suicidio para pretender sepultar las huellas de la corruptela.
Así sucedió con Jimmy Hoffa, dirigente sindical mafioso que se involucró con el crimen organizado desde los primeros años de su trabajo de camionero, y esta conexión continuó hasta su desaparición en 1975. Se convirtió en uno de los hombres más poderosos en Estados Unidos durante los años 50’s y 60’s.
Sabía tanto de la corrupción y de los involucrados en ella en los Estados Unidos, que su muerte estaba también anunciada. Todavía no se sabe cómo murió, ni dónde están sus restos. Con su desaparición sepultaron las huellas de una inmensa cloaca de corrupción.
Así es el estilo norteamericano para ocultar cualquier proceso de corrupción, tapar los crímenes y desaparecer testigos claves, para mantener un silencio que ampare la corruptela generalizada que allí existe y que nos presenta hoy, en carne viva, una sociedad putrefacta, cuyo posicionamiento como imagen impoluta, ante el mundo, solo es virtual, apoyada en sus poderosos medios de comunicación.
Pero en el caso objeto de este comentario, la famosa lista Epsteniana, no ha podido ocultar la caca del escándalo y los documentos que se están descubriendo, revelan cada vez más, los procesos de corrupción pedófila, el reclutamiento de cientos de jóvenes para inducirlas a la prostitución y el desfile de connotados políticos, empresarios y encopetados de la "puritana" sociedad norteamericana que acudían con invitaciones exclusivas a la Isla de la Fantasía Epsteniana, para satisfacer sus oscuros deseos.
Hoy revelan los medios, las relaciones de un expresidente que escandalizó a la nación en una época, Bill Clinton, con el caso de sus relaciones sexuales con una pasante de la Casa Blanca, Mónica Lewinsky, y sus vínculos con el empresario pedófilo. Al parecer, Clinton, no solamente fue invitado especial, que por sus antecedentes, no nos parece extraño, sino, que incluso, llegó a amenazar personalmente a una afamada revista norteamericana, 'Vanity Fair ’ para que no publicara las intimidades de affaire, donde estaba involucrado su amigo personal el empresario pedófilo.
Así, resaltan algunos medios de comunicación internos el escenario del escándalo:
"Los nervios se apoderan de la élite, no sólo estadounidense, con la próxima publicación de los documentos judiciales relacionados con Jeffrey Epstein, el fallecido magnate financiero acusado de abusos sexuales y pedofilia. Y no es para menos, ya que con la divulgación de la llamada "Lista Epstein", gente muy conocida y poderosa entre figuras políticas, empresariales, celebridades de Hollywood, de la realeza y más tiemblan con el sólo hecho de pensar que sus nombres se verán manchados con la red de tráfico sexual de menores".
La divulgación de las identidades del resto de personajes vinculadas al caso Jeffrey Epstein se están haciendo públicas por orden de una jueza
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Fue la jueza Loretta Preska, de un tribunal federal de Manhattan, quien ordenó la divulgación de los nombres
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En la temida lista hay gente famosa y poderosa, pero no todos formaban parte de la red
Si esto se profundiza, hasta la vida de esta Juez está en peligro o se buscará, caso que no resultaría nada de extraño, ocultar a como dé lugar el escándalo. A lo mejor aducen razones de seguridad nacional, que es el argumento que tienen de moda en la actualidad, para justificar las intervenciones y robos contra otros pises. Todo es posible en la dimensión desconocida de los Estados Unidos.