Humanismo engañabobos de la religión desde hace cientos de años, del PRI en 1929, el PAN en 1939 y Morena desde 2023

1. En México la palabra "humanismo" está unificando a los partidos que dicen estar en competencia electoral. Todos los partidos se autocalifican de humanistas mientras engañan, saquean el presupuesto público y se burlan todos de la población. ¿Es que jamás se darán cuenta los 130 millones de habitantes que sexenio tras sexenio es esquilmado y engañado con los mismos discursos? Fuera de los pleitos entre políticos por obtener dinero y poder, con esto de la unidad alrededor del llamado "humanismo", se ve claramente que la ideología de políticos y religiosos en competencia electoral, son lo mismo. Por ello cuando repite el presidente que "no somos lo mismo", yo me río sabiendo que son "la misma gata revolcada".

2. La definición de "humanismo", en cualquier diccionario, es lo contrario del comportamiento de todas las religiones, gobiernos, partidos y políticos, por ello las grandes mayorías de cualquier población, aunque por engaños, presiones y miedo, acude masivamente a sus actos, no puede expresar menos que desprecio e insultos al final. El humanismo real apoya a los seres humanos con acciones; al contrario, sus enemigos, los religiosos y políticos, los que siempre han ocupado el poder y se han hecho millonarios con la complacencia de quienes mandan. De esas palabritas engañatontos, como humanismo, democracia, libertad, hay que burlarse porque sólo han servido para escalar el poder, obtener privilegios.

3. Sólo han sido palabras de discurso que ya la revolución francesa usó en 1789 ("Libertad, igualdad y fraternidad") y nada importante ha cambiado; la población mexicana las ha escuchado como un fastidioso sonsonete que sale como vómito de la boca de cualquier político. ¿Por qué en vez de esas palabras que nada dicen no se habla con fuerza, no se lucha, por la igualdad económica, política y social de todos los seres humanos? La palabra igualdad sí cala, sí compromete, pero también puede ser incluida en la basura política, si sólo es de palabra y no se batalla por la igualdad en las calles, los campos, fábricas y escuelas.

4. Poseo la convicción de que las próximas elecciones, más que todas las anteriores, será una gigantesca farsa. Me atrevo a pensar –por lo que veo y pienso de la campaña de Xóchitl, que ésta puede ser una farsa porque no denuncia con la fuerza necesaria y a fondo al presidente AMLO que le está metiendo todo el dinero a su candidata y de manera abierta dirige su campaña. Hay por lo menos 20 grandes problemas más otros 100 que pueden ser secundarios. ¿Y sus asesores y equipos de trabajo en dónde están? ¿No será Xóchitl un entretenimiento que deja sola a la candidata de AMLO? A mí esto de lo electoral me ha valido un carajo desde hace 64 años. Hablo de ello para quitar un poco la venda de los votantes. Nada más.



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Pedro Echeverría


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