México: Dado que no creo en dios, santos o milagros, tampoco creo que sin dinero y compra de votos se pueda ganar elecciones

1. Nunca he votado porque siguiendo a Marx y a Bakunin, aprendí que mis luchas deben ser contra el capitalismo y todos sus aparatos de poder; que en tanto exista este sistema al servicio de los empresarios, sus gobiernos, ejército, aparatos ideológicos (iglesias, escuelas, medios de información) toda la política electoral es búsqueda de poder y dinero. Lo que he visto es que el partido y el político que gasta miles de millones de pesos en campañas, pagando a cientos de miles activistas que visitan hogares, entregan regalos y empujan los votos, siempre han sido los ganadores. Quienes no invierten dinero, hacen el ridículo.

2. En tanto la candidata de AMLO ha fijado alrededor de 100 mil pesos al mes para cada activista importante y por lo menos 20 mil pesos al mes a cien mil jóvenes estudiantes que visitan hogares, los candidatos que no reciben dinero del gobierno en turno, tampoco lo suficiente de los empresarios, dan pena por el papel de "oposición" que realizan. Xóchitl, quizá espera un milagro. Es muy grave porque los viejos y muy corruptos partidos que la apoyan, la han dejado muy sola; se han dedicado exclusivamente a seleccionar sus candidatos al poder legislativo con el fin de fortalecerse como partido y así lograr poder de negociación.

3. No se sabe en México la respuesta general de la población en caso de que surgiera un candidato hombre, tal como pretende el llamado partido Movimiento Ciudadano (MC) del cacique Dante Delgado. Éste ha sido gobernador, embajador y apoyador de López Obrador en sus candidaturas presidenciales. Siempre ha sido muy claro que este caciquillo expriísta lo único que busca es –con buena negociación política y económica con AMLO- situar en segundo lugar a su partido y ganar la Presidencia en 2030. Le encantaría ser el candidato presidencial hoy del MC, pero si no es seleccionado por aclamación podría aparecer como un oportunista irredento.

4. Si AMLO, al dejar la Presidencia se convierte en el Jefe Máximo (el poder tras el trono), como lo fue Calles, así como ha hecho de Morena el nuevo PRI, puede dominar dos o tres sexenios más aliado a los ricos más poderosos. Lo que se vislumbra es que los políticos oportunistas –que son todos- ingresen a ese partido o por lo menos, logren una "militancia secreta. Entre tanto la inmensa mayoría seguirá siendo la explotada y pobre. Yo, aunque sigo esperanzado en que algo importe, imprevisto, ocurra para que la población despierte y luche por sus derechos, ¿Será que haya que esperar 80 años más para que se vislumbre la igualdad política, económica y social?



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Pedro Echeverría


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