Quien piense que Guyana está sola en su postura actual contra la República Bolivariana de Venezuela, está muy equivocado e ignora el contexto internacional en que se está produciendo la presente controversia, que tiene como nota distintiva, la negativa del presidente guyanés, Mohamed Irfaan, de conversar con su homólogo, Nicolás Maduro, quien públicamente ante medios nacionales e internacionales ha solicitado conversar, dialogar, para llegar a los Acuerdos, de acuerdo a lo contemplado por el Acuerdo de Ginebra.
Diáfano ha sido el Presidente de Venezuela, cuando se ha referido a la controversia. En su programa semanal afirmó:
"listo para reunirme con usted muy pronto en el lugar del Caribe que elijamos, para dialogar en el marco del Acuerdo de Ginebra, retomar las negociaciones de paz y que cesen estas amenazas, y que cesen estas ilegalidades. A través del diálogo resolverlo, a través de la diplomacia".
Una manifestación muy clara de lo que ha sido tradicionalmente la política exterior de Venezuela, signada por la solidaridad, la cooperación y el diálogo para resolver problemas que les son comunes con otras naciones.
Venezuela, nunca hay sido un país agresor y a las pruebas me remito. Cuando sus tropas salieron de nuestras fronteras lo hicieron con el propósito de liberar, no de conquistar y este es un mérito que se le reconoce tanto a nuestro Libertador Simón Bolívar, como a los próceres que lo acompañaron en tan magno emprendimiento.
Pero paralelo a esta realidad histórica, hay otra inobjetable, alguna países de vocación imperialista así como, otros, cercanos al nuestro, tan cercanos, que incluso los llamamos hermanos, por tener una historia común, han tratado en forma oportunista, de aprovechar episodios donde nuestro país se ha debilitado, bien por guerras intestinas, por situaciones económicas-sociales delicadas y ahora por el bloqueo a que está sometido, para de alguna manera intentar apoderarse de parte de su territorio.
Ya en su oportunidad lo advirtió el poeta y político venezolano Andrés Eloy Blanco: "el país ha perdido la quinta parte de su territorio, como bien lo señalara en 1941 el escritor Andrés Eloy Blanco".
Es decir, que hemos puesto la otra mejilla, y el territorio venezolano se ha venido reduciendo sin echar un tiro. Más hubiésemos perdido si, el General Marcos Pérez Jiménez, no hubiese tomado una actitud firme contra Colombia a propósito de la invasión de ese país, al archipiélago de los Monjes y no ha sido el único incidente recordemos por ejemplo, también, en 1987, incidente con la Corbeta "Caldas". En ambos casos hubo intencionalidad de los gobiernos oligarcas de perjudicar a Venezuela, de eso no deben caber dudas.
Valga sólo estos dos ejemplos, en los cuales pudiéramos extendernos en su explicación, pero que la brevedad nos obliga, por ser estas reflexiones insertadas en un artículo de opinión de pocas cuartillas, para alertar a todos los venezolanos, sobre los riesgos a futuro que corremos si no mantenemos una política integral de defensa de nuestras fronteras y nuestro territorio. La población venezolana, debe mantenerse informada permanentemente sobre el desarrollo de los acontecimientos en desarrollo, única manera de cohesionarla frente a las amenazas que nos vienen a futuro.
En la actitud actual del gobierno de Guyana, frente a la República de Venezuela, hay toda una estrategia imperial que hay que denunciar ante el mundo. Venezuela está siendo acosada y en la práctica bloqueada para debilitarla y colocara en un estado de indefensión, para luego defenestrara, utilizando estos potenciales conflictos fronterizos.
No estamos frente a situaciones hipotéticas, sino, frente a realidades muy concretas. Los imperios y particularmente los Estados Unidos, busca afianzarse en lo que siempre han considerado su patio trasero, más aún, en la búsqueda desesperada en la actualidad por riquezas y recursos.
No es por mera casualidad que militarmente están asentándose en la región. En Colombia tienen siete bases militares y sobre este grave problema, Petro, por ejemplo, ni siquiera se ha pronunciado; en Perú, con el consentimiento de la dictadora Boluarte, violadora de los Derechos Humanos, con el apoyo de los Estados Unidos, ya hay tropas norteamericanas, bajo la fachada de supuestos ejercicios militares y se desconoce hasta cuando van a estar allí acantonadas y ahora, con lo de Guyana, bajo el pretexto de defender los interés norteamericanos, porque la Exxon Mobil, allí, los representa, tienen presencia militar con probabilidades de que las transformen en bases permanentes.
Ven entonces, a que me refiero. Guerra avisada no mata soldado, dice un refrán muy popular en Venezuela, por lo tanto a todos los niveles debemos estar en estado de alerta y desarrollar verdaderas campañas a nivel nacional e internacional para denunciar estos atropellos y eventuales incursiones contra nuestro territorio.
Para cualquier nación es de suma importancia que se respete la soberanía, y es vital, porque delimita lo que otros países no pueden hacer en ese territorio, en el cual el gobierno es quien ejerce el poder y la custodia del mismo. No es concebible un país sin territorio, sólo en ficciones jurídicas, por lo que constituye una obligación de todo gobierno y del propio pueblo defender hasta con los dientes su integridad territorial.
"La soberanía no se discute, se defiende con las armas en la mano".