Binóculo Nº 505

Ahí vienen los africanos

Hace como un año, conversaba con un amigo en torno al mundo, la vida y el devenir, y cuando nos tocó el tema África, coincidimos en que nos iríamos de este mundo sin ver al continente negro, al origen del hombre blanco, libres, y además reivindicados. Cuando revisamos la guerra de Ruanda de 1994 entre Utus y Tutsis que arrojó casi un millón de muertos en apenas tres meses; cuando vemos la división de Sudán del 2014, instigados por las trasnacionales del refresco, que no sólo dividió al país, sino que generó entre 50 y 100 mil muertos; cuando vemos la barbarie ocurrida en Somalia y manipulada y organizada por la ONU; cuando vemos la barbarie que aún se mantiene en Malí donde niños de seis años trabajan en las minas; cuando vemos que los portugueses se siguen apoderando del oro de Ghana, el mayor productor de oro del mundo, te entra la decepción y te parece que no hay salida para esas naciones. A nosotros nos ocurrió en aquel momento.

Pero desde hace un año hacia acá, estamos viendo movimientos y actuaciones en diferentes países de nuestros padres ancestrales, que indican que algo está pasando en esas gigantescas tierras con los mayores recursos naturales del mundo. Produce escozor y mucha ira saber que siete naciones de Europa: España, Italia, Francia, Reino Unido, Alemania, Portugal y Bélgica, se repartieron África en 1884, donde se vieron absurdos como que a Leopoldo II de Bélgica le tocó El Congo, un país 29 veces más grande que Bélgica, quien por cierto se comprometió a "abolir la esclavitud y cristianizar a los salvajes" en sus propias palabras. Hizo todo lo contrario. Se calcula que mataron 10 millones de congoleños, los castigos eran tan terrible para los productores de caucho que quienes no cumplían con la cuota diaria, le amputaron la mano.

Miles de hombres, mujeres y niños, entraron al siglo 20 sin manos o sin pies, o sin ambos. Hay miles de fotos que testimonian ese sadismo.

Desde que vi una foto de un abasto en Virginia en Estados Unidos con un letrero que decía "se venden esclavos", no me lo he podido borrar de mi mente. Alemania intentó exterminar a Hereros y Namaguas, ubicados en el suroeste de África. Cómo sería ese asesinato masivo, que en 1985 la ONU lo consideró como uno de los intentos de magnicidio, porque los alemanes mataron al 80% de los Hereros y 50% de los Namaguas entre 1904 y 1907, los mataron de hambre y envenenaron sus aguas.

Entre 1870 y 1930, se popularizaron los zoológicos en Europa que hizo ricos a varios empresarios, exhibiendo negros, sobre todo niños y niñas, junto a los animales en jaulas con rejas de hierro o concreto. La gente pagaba por verlos, como ver a un animal. También se puso de moda el traer niños negros que eran metidos en jaulas y puestos en el patio de la casa para que los hijos de los propietarios jugaran con ellos echándole basura y porquerías.

Apenas 30 años después de ver a los europeos metiendo niños en jaula, empezados los 60 y la fiebre comunista que se extendió por el mundo por saber qué estaba pasando en la Unión Soviética y en China, un muy pequeño movimiento se estaba gestando en África, de los primeros africanos que estudiaron e iban a la escuela y tenían formación política. Aunque ya a principios de los 20, trabajadores blancos sudafricanos, no solo traían las ideas del comunismo, sino que fundaron el primer partido Comunista africano. Entre los 20 y los 60, comenzaron a gestarse las primeras voces de protesta, materializadas en líderes que iban surgiendo al calor de las protestas y el aprendizaje de las cosas. El que más se oyó por estos lados del mundo, fue el líder congoleño Patricio Lumumba, quien incluso fue Primer Ministro de su país, al ganar las elecciones con una coalición de izquierda. Era un país recién abandonado por los belgas a condición de que el Congo pagara la deuda externa de Bélgica. Es decir, nacía una nación ya endeudada.

Pero hubo otros líderes de no menos valor, todos miembros de la Conferencia Panafricana de ACRA de 1958: el argelino Frantz Fanon, filósofo, poeta, revolucionario, psiquiatra, escritor. Escribió uno de los libros que devoró mi generación: Los condenados de la tierra, que narra el enfrentamiento de las masas rurales al sistema colonial; el ghanés Kwame Nkrumah y el camerunés Felix-Roland Moumié, quien como Lumumba fue asesinado antes de los 40. Todos murieron jóvenes y todos tenían en común que destacaban los efectos nocivos del regionalismo, el etnismo y el tribalismo, que, a su juicio, socavaban la unidad nacional y facilitaban la penetración del neocolonialismo. Al final de la conferencia, Lumumba, quien era periodista, fue nombrado miembro permanente del Comité de Coordinación.

Y aunque esa generación de líderes fue asesinada toda, dejaron la semilla en la generación siguiente, cuyo líder más prominente, Thomas Sankara fue un capitán militar, revolucionario comunista y teórico panafricanista que presidió Burkina Faso de 1983 a 1987. Era una figura reluciente y querida, no solo por su pueblo, sino por todo el continente. Era un ícono de la África Revolucionaria. De hecho, se le conocía como el "Che Guevara africano". Fue asesinado a la corta edad de 38 años.

Y cuando pensaron que todo había acabado para África, surgen los movimientos del 2015, que comienzan a hablar de tú a tú con los europeos, hombres formados en universidades africanas, rusas y europeas, nacionalistas que conocen la historia de sus países y que llevan el camino a construir una África que administre sus propias riquezas. Hablan del desarrollo de sus industrias y de la necesidad de crear escuelas en todas partes. Tienen una diferencia, que es a la vez una ventaja: la mayoría son Jefes de Estado y tienen poder dentro de las Fuerzas Armadas de sus naciones, como el caso del capitán burkinés Ibrahin Traoré, quien tiene una ascendencia determinante en las Fuerzas Armadas de su país y es visto con beneplácito por otros líderes africanos. Su discurso es panafricano, aunque habla de la paz y de la necesidad del desarrollo del pueblo africano, pero bajo el manto protector de Rusia, país que viene trabajando muy duro en África desde bien entrados los 70.

Lo cierto es que, en los últimos 18 meses, como si fuera una película con escenas repetidas, líderes militares han derrocado a los gobiernos de Malí, Chad, Guinea, Sudán y Burkina Faso. El viernes, los líderes de África Occidental convocaron una cumbre de emergencia sobre la situación en Burkina Faso, en la que el nuevo líder militar, el teniente coronel Paul-Henri Damiba, dijo al pueblo en su primer discurso público el jueves por la noche que devolvería el país al orden constitucional "cuando las condiciones sean las adecuadas".

Circula en las redes un video donde se ve al ex ministro de Finanzas de Sudán, llorando a moco tendido, quien está amenazado de ejecución, si no explica qué hizo con cientos de millones de dólares, destinados para inversiones y que desaparecieron bajo su cargo.

Las naciones europeas, sobretodo Francia, a quien todavía 31 países africanos les pagan impuestos, acaban de pegar el grito al cielo. No va a gritar, si no tiene una sola mina de oro en su territorio y es la cuarta nación con acumulación de oro, el oro que le han robado a Mali, que tiene 821 minas de oro, pero que no tiene oro en sus reservas ni en sus bancos. Una cifra me dejó con la boca abierta: el 90% de los habitantes de ese país, no tiene luz eléctrica.

En el 2019, hace apenas cuatro años, según cifras del Banco Mundial, 759 millones de africanos no tenían luz eléctrica. Es decir, que ellos no tienen acceso a la -ahora tan de moda- inteligencia artificial.

Caminito de hormigas…

La oposición está tan empantanada que están armando un frente para contrarrestar la embestida de María Corina. "No sé qué carajo hace esta tipa hermano, porque ella sabe que está inhabilitada. Será que quiere prender otro peo", me comentó un dirigente de Primero Justicia… Insólito. A propósito del cumpleaños de Chávez, los reconocimientos fueron para los escuálidos. "Todos los escuálidos fueron reconocidos, Olmos, que arrechera teníamos. Y, además, reconocieron a un montón de carajitos que no nacieron con este proceso. Dime qué conciencia pueden tener. A los verdaderos camaradas nadie les paró bolas. No sé qué estaba pensando el Movimiento 4F.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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