La globalización como camelo

La globalización es otro camelo. Cómo las 25 Cumbres del Clima. Con la exaltación de la globalización se desdibujan los nacionalismos. Se desdibujan excepto los que predominan y todavía rigen, dirigen y condicionan el mundo occidental. Pero no sólo eso, excepto los que son temidos por su prepotencia y por su belicismo. Los nacionales yanquis y británicos son los que expanden por el mundo la idea de la globalización para mejor encubrir y enmascarar su permanente injerencia más o menos ostensible o solapada. Según Wikipedia la globalización es entendida como "un proceso que ha acercado y conectado los mercados, las sociedades y las culturas de todo el planeta.

La crisis de la covid-19 es un claro ejemplo: un virus que apareció en China dio paso a una pandemia porque el mundo está interconectado". Esta es la definición de Wikipedia, otro instrumento afín a los intereses de todo tipo de las naciones occidentales hegemónicas. Pues en esa maniobra del virus supuestamente natural que supuestamente apareció en China se basa también la explicación de un ensayo en el Foro de Davos en Nueva York en 2018, en el que se simuló la pandemia que, de haber sido real, hubiesen muerto 63 millones de personas. ¿Qué sentido tuvo esa simulación? Todo lo que Estados Unidos intenta es mantener su cada vez más frágil hegemonía. Y no hay más que oír a Borrell hablar de que la jungla, la selva y el primitivismo están más allá de Europa y, dada su subordinación a USA a través de la OTAN, más allá de esta nación. La interconexión es lo que se busca a través del lavado de cerebro al mundo con ese concepto de globalización. Pero no hay tal ¿se ha contado, se cuenta con esas otras culturas, con los mercados y las sociedades que no son occidentales, y aun parte de estas? Porque tengo noticias contrarias al deseo de esa interconexión. Tengo referencias de las respuestas de mandatarios africanos y latinoamericanos a sus homólogos europeos y yanquis, en el sentido de que no están dispuestas las naciones que representan a seguir "interconectados" en los términos que acostumbran las naciones yanqui y europeas que no dejan vivir en paz a quienes no toleran ya acuerdos, pactos y contratos que no sean ventajosos para ellas.

Lo que sí interconecta es lo que trata de intervenirse también: Internet. Es lo único que de uno u otro modo, interconecta al mundo. Pero para ello es preciso sortear censuras como la impuesta a la información procedente de Rusia que contradice las falsedades de occidente en el conflicto entre la Confederación y Ucrania. En este caso, podríamos hablar de "globalización a la fuerza". En lo demás, seguimos estando en otro más de los engaños en los que son maestros los países de occidente que llevan la batuta en el concierto del planeta en el que por todos los medios tratan de introducir el máximo desconcierto.

La globalización, en fin, es otro invento más del sistema occidental del teórico mercado libre en manos de oligopolios y monopolios occidentales. Los nacionalismos son los que se están potenciando cada día que pasa, como única defensa reforzada por la aproximación a los dos potencias emergentes: China y Rusia…



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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