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Ante las indecisiones del bisoño presidente de Chile y la falta de estrategia en su actuación presidencial, la ultra derecha, le da otro revés político y asume el control de la Comisión que presentará el proyecto de nueva constitución, que contrariamente al sentimiento de los que apoyaron a Boric, son los que defienden, precisamente, la constitución pinochetista. Es decir que despacharan y se darán el vuelto.
"La pulga en la oreja, con el diablo se aconseja", refrán popular al pelo para describir lo que está sucediendo en Chile, donde parece que el mismo diablo está aconsejado, a su presidente bisoño, Gabriel Boric y lo lleva derrota tras derrota, cuando en un principio, representó la esperanza de redención del pueblo chileno.
Pero si hay algo que se paga en política son los errores, y Boric los está pagando por su indecisión y por creer que haciéndole carantoñas a la derecha Chilena y al imperialismo estadounidense, gobernaría sin sobresaltos.
El ex dirigente estudiantil, ya en el poder, parece, que se le apagaron los fuegos. No actúo sobre la ola, para desarrollar lo que planteaba en su campaña a favor del pueblo chileno, sino, que se dedico a mirar de reojo a los otros gobiernos progresistas de la región, tratando de dar consejos, cuando él ni siquiera había calentado la silla presidencial.
Así que su postura desde el inicio de su presidencia, no fue acercarse al progresismo, sino, a diferenciarse, a hacerle carantoñas a la derecha chilena y pasarle la mano al imperialismo úsense, como una manera, muy ingenua para un político, de pensar que siendo dócil, le permitirían consolidar, las aspiraciones que estaban detrás de su figura, las ansias de independencia del pueblo chileno, burlado por todos los gobiernos que ha tenido, luego del derrocamiento del Presidente Constitucional Sallador Allende.
Allí tiene los resultados, frente al imperialismo no se puede tener actitudes dubitativas, indecisas, como si estuviera jugando al gato y el ratón. El golpe recibido con la derrota de su propuesta para modificar la Constitución, que como camisa de fuerza dejo el dictador y ladrón Augusto Pinochet, fue la punta del iceberg, de lo que venía.
El creyó, en su ingenuidad, pensemos todavía, dándole el beneficio de la duda, que es ingenuidad y no complicidad, que después de ese ¡Vara Palo!, que significó el rechazo mayoritario a su propuesta de reforma constitucional, asimilaría el golpe, rápido y nuevamente presentaría otro proyecto, como el que el pueblo que lo respaldó quería, distinto a la camisa de fuerza dejada por el dictador.
Y miren lo que pasó: La ultraderecha logró una histórica victoria y reforzó al ex candidato presidencial José Antonio Kast como líder de la oposición. Ahora, la misma ultra derecha, al que le hizo carantoñas, tiene mayoritariamente copada la Comisión que se encargará de de presentar en nuevo, proyecto de Constitución.
Valga decir, porque así lo ha recogido la prensa internacional y la interna en Chile, esa mayoría que hoy copa la Comisión de Reforma Constitucional, está de acuerdo con la Constitución dejada por el dictador y ladrón Pinochet, es decir, utilizando la frase gatopardiana " Todo cambiará, para que todo siga igual".
Para expresarlo, en palabras de nuestro pueblo: la derecha le agarró la oreja flaca y viene por lo suyo, porque con su conducta indecisa y complaciente frenó las luchas populares, no actuó para desarrollar las aspiraciones de cambio que en algún momento representó durante su campaña electoral, sino al contrario se dedicó a criticar otros gobiernos de la región, a fortalecer a los mercenarios que se agrupan en el cuerpo de Carabineros, a continuar reprimiendo al pueblo Mapuche; desatendiendo problemas delicados como la inflación, el tema de la explotación del cobre, para señalar sólo dos aspectos, no valorados por su política.
¿Que vemos ahora, desde nuestra óptica?
Un gobierno, sin rumbo, débil, sin accionar político y un gobernante, que si antes le hacía carantoñas a la derecha, tendrá ahora que hacerle concesiones, para poder mantenerse, porque ha perdido credibilidad entre la vanguardia que lo impulso para llegar al gobierno; porque metió en un frízer la combatividad de esa vanguardia; porque se alejo de los problemas reales del pueblo chileno; porque no integró un equipo de gobierno que reflejara la expresión de las organizaciones que impulsaron un cambio en la conducción del país; porque se dedicó a subestimar el progresismo en la región y acercarse a los gobiernos constituidos. Por todas esas cosas y otras más como dice una canción, vemos hoy un gobierno sin estrategia, que emulará en lo malo a sus predecesores Piñeira y la Bachelet, que se estarán frotando las manos frente al fracaso que se avecina. Esa oreja flaca, ya está en manos de la ultra derecha y le sacaran provecho hasta la médula. Frente a un gobierno débil, la izquierda se debilita y la derecha, se fortalece y retoma nuevamente su camino para llegar plenamente al poder. Sólo el pueblo chileno, retomando sus luchas, puede detener, esta nueva tragedia que se le avecina. Siguen vigentes las últimas frases de Allende, en su última alocución al pueblo chileno: «Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor»