La legalidad internacional

La NASA podrá hacer muchos descubrimientos, como ver 11, de los 13 anillos al parecer conocidos del planeta Saturno. Los 115, más o menos, Centros de Investigación estadounidenses que he podido contar repartidos por todo el mundo, podrán hacer mil o millones de descubrimientos tan "importantes" como éste de los 11 anillos. Pero el cosmos humano de aquella nación sigue más cerca de la caverna que de los anillos de Saturno. Cada vez es más obtusa, más cazurra, y sus gobernantes, más todavía…

Cuando al término de la segunda gran guerra y luego la de Vietnam, creíamos ingenuamente que el mundo caminaba ya, por fin, hacia la concordia planetaria y reinaría en el futuro cercano, y la ancestral agresividad y hostilidad del ser humano consigo mismo, al menos en la relación entre naciones, estaban llegando a su fin tras el horror nuclear de la segunda guerra mundial, explosionan como un volcán una serie de barbaridades cometidas tras el cocinado de las Torres Gemelas preparado a su vez, sin duda, por la Administración "americana". La invasión de Afganistán, con el pretexto de que allí se escondía de un ex agente afgano de la Cía, un tal Ben Laden, del que decían era autor intelectual del atentado; luego la invasión de Irak, bajo la excusa de que su dirigente Hussein tenía armas de destrucción masiva, cuando son los "americanos" los que las tenían ya mucho antes de iniciarse la segunda gran guerra guerra y las usaron en Nagasaki e Hiroshima; luego la invasión de Libia para saquear los pozos petrolíferos, después de haber provocado el derrocamiento y linchamiento de su dirigente Gadaffi por sus propios connacionales; y actualmente las maniobras que hace muchos años viene urdiendo la nación "americana" para no perder su hegemonía mundial. Ésta última, la de provocar a Rusia, rompiendo el Tratado de Minsk en cuya virtud no avanzaría la OTAN hasta las fronteras con Rusia y atizando al cómico dirigente de Ucrania desde 2014 para que hostigasen a Donbás, Donestk y Lugansk, territorios ruso parlantes… dejan en pañales los logros, que no sirven para nada, de esos mal contados 115 Centros de Investigación. La legalidad, pues a partir de 2003 y de 2014, es de nuevo, como siempre, un concepto vacío y prostituido.

Así como en el Derecho privado, los contratos suelen ser respetados por su incumplimiento tiene consecuencias, la ONU, que a fin de cuentas es un pacto entre 193 naciones, los Tratados, los Acuerdos, las Cumbres, los Tribunales, la Corte Penal Internacional… todo Derecho Internacional, son ordinariamente papel mojado o son manejados por las naciones más fuertes y con menos escrúpulos. La historia de los Acuerdos y la mucho más breve de los Tribunales Internacionales siempre va de lo mismo. Aquellos se firman para no cumplirse, estos para dictar resoluciones siguiendo instrucciones de la o de las naciones más poderosas...

Así es que si cada pedagogo, desde la escuela, luego el colegio y la universidad son honestos, difícilmente podrán transmitir veracidad en su enseñanza en materia de legalidad internacional, de lo qué es legal y de lo que no es legal, de lo que es legítimo y lo que no lo es. Si no dicen que la legalidad internacional está unida estrechamente a la fuerza bruta, a la fuerza de las armas más mortíferas, y a lo que Nietzsche llama "voluntad de poder" de quien las posee, y especialmente de la nación "americana", de sus dirigentes y sobre todo de su Pentágono… Si no les dicen que eso es así, mentirán a sus alumnos y pupilos. La ética, la civilización avanzan muy poco. Y aquí me veo precisado, una vez más, a recordar a Voltaire cuando dice que la civilización no ha corregido la barbarie, la ha perfeccionado. Eso era en su época, siglo XVIII, pero sigue siendo así en 2023…

Los Estados de cada nación se reservan el derecho a monopolizar el uso de la fuerza. Los códigos penales sirven para distinguir al delincuente de quien no lo es. Pero ¿cómo distinguir a una nación no delincuente, de otra delincuente que se erige en la máxima autoridad en el mundo, con derecho a la injerencia donde le place, a la invasión y al crimen para asentar allí la "pax americana", es decir, para encajarlo todo con sus innumerables intereses comerciales y de toda clase, incluidos los ideológicos?



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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