México

Lydia Cacho, Anabel Hernández y Julio Astillero son mis candidatos únicos a la Presidencia


1. Son poquísimas las gentes honestas e inteligentes que hay en México para ocupar altos cargos de gobierno. Todos en algún momento fueron embarrados en lodo apestoso y contagioso y nunca han estado interesados en lavarlo para no contaminar. Por ello, aunque nunca he votado en mis 60 años de activista político, porque siempre me han parecido los comicios “pan y circo, maroma y teatro” que nunca han resuelto nada, dado que toda la política son acuerdos que se hacen en recámaras entre las clases dominante; en esas seis décadas nunca he dejado de ser crítico, de participar, agitar y opinar.

2. Exactamente igual que el PRI, en Morena se empieza a hablar y preparar candidaturas de personas que están en el gobierno que en su puta vida han tenido ideas de una trasformación radical de la situación del país demostrando acciones. Hasta el ladrón y asesino fascista Gilberto Lozano, dirigente de Frena, los supera saliendo a la calle. Los Sheinbaum, Ebrard, Monreal, son políticos burócratas que viven haciendo acuerdos en las oficinas gubernamentales; en vez de preparar o apoyar los movimientos sociales de protesta de los trabajadores, declaran contra ellos porque “desestabilizan al país y son provocadores”.

3. ¿Puede algún político burócrata comparar su trabajo y honestidad con la gigantesca labor de Lydia Cacho hecho en México y el extranjero contra los asesinos y corruptores de niños, adolescentes, mujeres; personajes que como Kamel Nacif, Sucar Kuri, Mario Marín, auténticos asesinos y secuestradores de Lydia, que incluso se ha declarado que serán puestos en libertad? ¿Puede un político compararse con el enorme trabajo de Anabel Hernández que lleva unos 15 años investigando y denunciando el narcotráfico y a los funcionarios ligados con ellos? ¿Y al periodista Julio Astillero –que aunque estuvo muchos años en el PRI- es hoy el más destacado y honesto periodista y ser humano?

4. El presidente López Obrador, que tanto ha denunciado, “con pelos y señales”, demostrando que miles de millones de pesos o dólares han sido robados por la clase política y empresarial, por el “neoliberalismo”, al pueblo mexicano, ha sido calificado de “un maestro de la demagogia” porque teniendo una lista de 300 grandes delincuentes –encabezados por la expresidentes de México- no los toca ni con el pétalo de una rosa. Por miedo y cobardía actúa como corderito frente a los jueces o magistrados –que en nombre de una Constitución que cada quien interpreta a su modo- hacen lo que les venga en gana sabiendo de la blandenguería del presidente.

5. Hablo favorablemente de Lydia, Anabel y Julio, no porque ilusamente crea que un presidente o un gobierno va a hacer algo importante que transforma el país. Tengo la convicción que la destrucción de la economía capitalista tiene que ser mundial y debe ser obra de la población en lucha radical en las calles, fábricas, escuelas, campos. Pero la población sin conciencia de clase vale un carajo porque seguirá pensando como capitalista y así seguirán manipulando. Que vuelvan las escuelas a clases presenciales o no, me vale un carajo porque la escuela capitalista nunca ha servido al pueblo. Otra cosa sería si tuviéramos maestros revolucionarios anticapitalistas que enseñen a luchar. (31/VII/21)



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Pedro Echeverría


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