Historia viva

Colombia: no a la paz de los sepulcros

I.-A lo largo del Siglo XX y XXI en Colombia han ocurrido cambios de gobierno caracterizados por una confrontación de intereses grupales minoritarios deL poder económico que han incrementado las desigualdades sociales en ese país, tal y como lo señala la filósofa colombiana Mónica Delgado: "Esa oligarquía después del Frente Nacional que es el Pacto de Punto de Fijo aquí, ha aparecido más o menos cohesionada hasta ahora, la fractura de los sectores de la oligarquía de Santos y Uribe surgen a partir del Acuerdo de Paz". Al mismo tiempo Venezuela ha experimentado una continuidad política administrativa de estabilidad, primero con Hugo Chávez y luego con Nicolás Maduro, no obstante las sombras de golpes de Estado, atentados, magnicidios, bloqueo financiero y económico y los focos de violencia provocada desde la oposición extrema que fue neutralizada por una gestión progresiva y proporcionada en la administración de la fuerza y en la promoción del diálogo entre factores del gobierno y los adversos al Chavismo.

Las relaciones entre ambos países se han visto expuestas a las condicionantes que desde Colombia y por mampuesto Estados Unidos, impuso con una estrategia discursiva agresiva por parte de Uribe, y luego una distensión con Santos, y posteriormente el presidente Ivan Duque volvió a la narrativa agresiva. Sin embargo los mandatarios venezolanos han sostenido la doctrina de la diplomacia bolivariana de paz expresada a través del tendido de puentes dialogantes, a pesar de las provocaciones alentadas por la diplomacia de Estados Unidos para inducir mecanismos políticos de estridencia y división entre ambos países.

II.- Entre Venezuela y Colombia distan más de dos mil kilómetros de frontera caracterizada por una diversidad cultural que es común en ambos países, la amazonia regada por mismo río Orinoco, los llanos de planicies inconmensurables, los andes de montañas de pueblos trashumantes, los catatumbos alumbrados por el mismo rayo y la Guajira que mezcla en sus orillas las mismas aguas del Caribe, constituyen geografías e historias de humanidades comunes. No son fronteras diferentes, son espacios de movilidad familiar separadas por una línea imaginaria que impusieron por delegación de intereses económicos las minorías que controlaron el poder político y militar en ambos países, a pesar de haber nacido como una gran republica continental a la luz del pensamiento del Libertador Simón Bolívar.

El conflicto armado y la plaga del paramilitarismo criminal como escudo del tráfico de narcóticos, la presencia oscura de las imposiciones militares foráneas en Colombia no solo han traído tragedias a ese pueblo sino que rebotan del lado venezolano y ecuatoriano. A pesar del dinero que inyectó el Plan Patriota tomado al calco de los modelos estadounidenses o los planes Colombia y otros subplanes, ninguno ha dado resultados. El presidente Santos acordó establecer canales de diálogo con la FARC que concluyó en la firma del Acuerdo de Paz en 2016, en los que Venezuela, Cuba y otros países acompañaron, precisa Delgado que "el gobierno de Duque tirotea el Acuerdo porque va apareciendo no la verdad de las víctimas sino de los victimarios. Más de 2500 uniformados se han acogido a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Muchos de esos militares de alto rango. Eso significa 2500 militares hablando de: ¿Qué hicieron?, ¿Quién les dio la orden? ¿Dónde los enterraron? ¿A quién beneficiaba? Por eso ellos han intentado derogar la JEP; la han saboteado y han amenazado a sus magistrados. Algunos de esos militares son subordinados directos de Uribe".

III.- Siendo una frontera tan extensa y compleja por el arrinconamiento de factores violentos criminales asociados del tráfico de narcóticos especialmente destinados a Estados Unidos por vía aérea o marítima, igual que por la presencia de guerrillas; los gobiernos de ambos países en la responsabilidad de sus autoridades policiales y militares deben hacer esfuerzos para atacar a un enemigo común. La presencia de cuerpos militares venezolanos en el límite fronterizo muchas veces es atacada desde la mediática política derechista en Colombia y en las agencias internacionales de noticias, para desprestigiar al Gobierno venezolano e introducir distorsiones informativas como la supuesta trasgresión fronteriza, la corrupción de agentes o la asociación con grupos irregulares colombianos. Nos preguntamos ¿Dónde están ubicados los focos del conflicto armado? ¿Dónde están las fuentes del tráfico de narcóticos? ¿Por qué hubo un incremento en la producción de cocaína en los últimos años?

La ausencia del Estado colombiano en la frontera es histórica, sin embargo en zonas donde hay presencia de insurgentes y paramilitares tanto el ejército como la policía de Colombia "atienden a una nueva doctrina que plantea que el ejército colombiano responda defensiva u ofensivamente a un conflicto regional. Obviamente están hablando de Venezuela" señala Mónica Delgado en su análisis. Sin dudas son recomendaciones del Comando Sur de los Estados Unidos en el interés de atacar a Venezuela. El testimonio de Delgado es crítico tanto para colombianos como venezolanos que viven allá: "No hay servicios consulares, no podemos sacar pasaporte, no podemos registrar los hijos, no podemos recibir apoyos e indemnizaciones como víctimas del conflicto; no podemos enterrar a nuestros muertos donde queremos; no podemos viajar legalmente a visitar a nuestras familias; no podemos participar en procesos electorales; tenemos mermados nuestros derechos ciudadanos"

IV.-La permeabilidad de los grupos alzados en armas y su mimetización con los pobladores de frontera, el paramilitarismo criminal aplica tácticas persuasivas a las comunidades bajo la garantía de protección y seguridad que no resultan del todo confiable, ni garantizan el resguardo de la población civil, la responsabilidad de la administración de la violencia que corresponde al Estado no existe o no es permanente. El paramilitarismo de manera recurrente ha exportado esas técnicas persuasivas en territorio venezolano, y las bandas criminales comunes se han hecho portadores de esos mismos comportamientos en algunas grandes ciudades como Maracaibo y otras ciudades fronterizas venezolanas con Colombia.

Las distintas visiones del proceso de paz en Colombia que tienen las partes involucradas tanto en la FARC disidente y el ELN así como las del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria de Común en la legalidad, no obstante el esfuerzo por sostener lo acordado en 2016, hacen más compleja las relaciones de esas organizaciones con factores acompañantes del proceso de paz como Cuba y Venezuela. Nos inclinamos a pensar que tales fracturas y disputas le hace un favor a la política de estridencia promovida por la diplomacia estadounidense que necesita no solo el debilitamiento de esos factores sino también la neutralización de la gestión de apoyo a la paz que hacen los países acompañantes.

V.- Es necesario precisar la verdad y la verificación científica las situaciones de violaciones al Derecho Internacional Humanitarios o a los DD.HH cometidos por fuerzas venezolanas en el lado colombiano de la frontera, porque la desinformación ya es parte de la rutina en la diatriba política aplicada por oposicionistas venezolanos que han instalado laboratorios y "observatorios" en Colombia financiados por el gobierno de EE.UU para detonar la opinión pública nacional e internacional contra el Gobierno venezolano,

VI.- Igualmente podemos precisar sobre las situaciones de violaciones al DIH o a los DD.HH cometidos por fuerzas colombianas en el lado venezolano de la frontera, quizás uno de los ejemplos más patéticos fue el conflicto de los puentes en 2019 cuando el dirigente oposicionista venezolano Juan Guaido confió su seguridad a criminales de frontera, los paramilitares colombianos conocidos como Los Rastrojos que para ingresar al mencionado dirigente a Colombia fue trasladado clandestinamente por trochas y fue recibido por las autoridades colombianas sin los protocolos respectivos, incluso por el mismo presidente Iván Duque en Cúcuta.

En Colombia hoy se decide una ruta por la tranquilidad del continente como zona de paz y la esperanza de una vía distinta posible a la paz del sepulcro.



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Aldemaro Barrios


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