Binóculo Nº 347

El asesinato de Trump

La ignominiosa jefe del terrorífico Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, encendió las alarmas de los organismos mundiales de la economía, debido a la alocada y agresiva política económica desplegada por el presidente Donald Trump.

Y no debería pasarse por alto tal declaración, puesto que la hace no solo la jefe de uno de los más macabros organismos multilaterales del crédito, sino, porque obviamente está expresando la preocupación de todo el mundo económico. De manera tácita, o subrepticia, Lagarde es el vocero de la angustia de los devenires de las medidas de Trump.

Y es que la encarnizada guerra del inquilino de la Casa Blanca, tiene de cabeza no solo al FMI, sino también a la Organización Mundial de Comercio, a Wall Street, a China, a la Comunidad Europea, a México, a Japón a Irán; todo debido a las torpes políticas económicas internas del Big Brother, que hace un esfuerzo por mantener a flote las finanzas públicas de Estados Unidos. El déficit de este año se ubicará en 4,2% del PIB y estará por encima del 4% en el medio plazo. La deuda federal subirá y llegará al 80% del PIB del 2020, según fuentes de la economía gringa.

Ese déficit comercial de Estados Unidos, Trump pretende que lo pague el mundo a través de una absurda guerra arancelaria, fundamentalmente con China e Irán, pero que, en esta oportunidad, no parece fácil que gane, toda vez que el gigante asiático, ha desplegado un poderío económico, al que nadie en su sano juicio se le ha ocurrido enfrentar. Sin contar que, con la culminación del Canal de Nicaragua calculado en dos años, estaría también concluida la poderosa Ruta de la Seda, que daría a China el máximo poder económico en el mundo, el cual estaría soportado con músculo propio, es decir, la fuerza de las armas, para lo cual trabaja aceleradamente en la fabricación de un tercer portaaviones nuclear y unos diez barcos más de combate, según expertos militares.

Y de manera sarcástica diríamos que, en sus casi diez millones de kilómetros cuadrados (diez veces el tamaño de Venezuela) y 1.400 millones de habitantes, debe haber marinos y pilotos suficientes para desplegar en el mundo entero, cubrir sus necesidades y las de los demás. Además, conociendo un poco de la formación y la disciplina asiática, los vicios occidentales no están presentes, sumados a los castigos implacables por la violación de cualquier norma.

La realidad es que el comportamiento belicista de los zamuros del Pentágono, los ha llevado a hacer inversiones brutales en armamentismo y de inteligencia, pero ha dejado a ese país en la cola del desarrollo industrial, científico y comercial. Un comportamiento errático, que, sumado a la brutal política arancelaria, llevan a Lagarde a encender las alarmas, toda vez que, si bien el Big Brother acaba de poner de rodillas a México, no es lo mismo con potencias como China, Rusia y la India. Eso para no hablar de la derrota militar que le asestara Irán en donde no se disparó ni un tiro, pero el Big Brother entendió que perdería una batalla por el Estrecho de Ormuz y que sería la debacle mundial, porque además caerían el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán.

Las dos conflagraciones más importantes que ha visto la humanidad, tuvieron un origen económico, como todas las guerras, pero librada por políticos y militares. La Primera Guerra Mundial fue la muerte de la aristocracia como manejadora del mundo, que perdía frente a una burguesía ya poderosa cuya arma era la expansión a través del desarrollo industrial. Era el reacomodo de los imperios, y Estados Unidos aparecía como el nuevo reinado en crecimiento. La Segunda Guerra Mundial, fue el reacomodo de la burguesía con la división del mundo, la aparición de los organismos multilaterales para controlar jurídica y militarmente a las naciones y la batalla por acabar con la Unión Soviética y sus prédicas peligrosas.

Hay un elemento importante por determinar: ¿Qué está pensando la burguesía estadounidense? ¿O si se siente realmente atrapada? No olvidemos que es quien decidirá el sino de ese país. Allí es donde entra la cultura magnicida de los estadounidenses, en donde se han ejecutado varios presidentes en el ejercicio del poder. Cabe preguntarse si el lenguaje bravucón y esta guerra arancelaria, será suficiente para que se tome una decisión con respecto al destino de Trump, antes de que se produzcan los comicios en donde al parecer será el candidato seguro del Partido Republicano, pero por primera vez, no con posibilidades reales de ganar, toda vez que tiene a propios y extraños de enemigos.

A la sazón, es un hecho que Estados Unidos ha perdido todas las batallas que ha cazado en los últimos cuatro años, que sumado a la debacle económica y a su reconocimiento de solo tener el 1% de sus reservas de petróleo, lo convierten en el más peligroso de los adversarios, sobre todo para la humanidad, porque está claro que esta vez está jugando con candela. La razón por la que ejecutaron a los presidentes anteriores, fue económica, quizás el más notorio fue Kennedy, quien se opuso abiertamente a que la banca privada controlara la emisión de la moneda, considerada por Kennedy como una atribución del Estado.

Esta coyuntura es infinitamente más compleja, pues, aunque el origen es económico, tiene demasiadas aristas nada fáciles de enfrentar, que, además, se entrelazan con los conflictos bélicos o con amenazas de enfrentamientos. Es la razón por la que los mares del mundo están atestados de barcos de guerra de diferentes banderas, en ocasiones, tan cerca uno del otro, a punto de colisionar, algo que jamás se había visto.

Hoy la humanidad se encuentra como cuando en la escuela alguien le ponía una pajita a uno en el hombro. Eso era coñaza segura. Así está la humanidad, al primero que se le salga un tiro producto de la misma tensión, encenderá la pradera, como dijera Mao.

Creo que Trump comienza a ser incomodo a propios y extraños y es por ello que termina resultando más fácil asesinarlo que dejarlo lanzarse a unas nuevas elecciones para terminar de acabar con lo poco de salud mental que le queda al planeta.

Ya sabemos cómo será la Cuarta Guerra mundial: lo dijo Einstein, "con palos y piedras". Pero no sabemos cómo será la tercera. A decir por el armamentismo, habrá muchos muertos y más contaminación.

Caminito de hormigas…

En verdad que uno termina sorprendiéndose de tanta retórica. Cuánta paja se ha hablado de los Claps, pero la corrupción sigue campante, más bien, creo que aumento. Conozco Clap a los que les quedan hasta 25 cajas, que ellos negocian motus propio y a sus anchas. Hasta en cien dólares están vendiendo una caja.

 



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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