A pocos días de la elección presidencial

Mientras Lula busca la reelección, el PSOL despunta como alternativa de izquierda



Pasado el corto período del Carnaval y del Mundial, la cabeza de los brasileños ya está puesta en las elecciones de octubre. Toda la situación del país está cruzada por el proceso electoral. Se votará para presidente, elegirán los gobernadores, diputados nacionales y provinciales y renovarán un tercio del Senado federal.
“Todo el mundo anda diciendo que Lula bebe mucho. Así como es mentira que yo estoy gordo, debe ser mentira que él bebe tanto”. Parece increíble, pero ni los escándalos de corrupción, ni el petardo disparado por Ronaldo (el camiseta 9 de la selección brasileña) ampliamente divulgado por los medios de comunicación, fueron capaces de alterar el cuadro de las encuestas, donde Lula continúa liderando las intenciones de voto, ganando inclusive en el primer turno.
Los medios de comunicación intentan fabricar una polarización electoral entre Lula y el candidato de Fernando Henrique Cardoso, llamado Gerado Alckmin. Pero además de ser una figura que poco entusiasma, la candidatura del PSDB no consigue levantar vuelo. Tal polarización no pasa de una falsificación, visto que ambos defienden el mismo modelo económico neoliberal de hambre y miseria. No sería exagerado afirmar que Alckmin fue elegido a dedo para no colocar ningún riesgo a la re elección de Lula. El actual presidente todavía es la figura capaz de controlar sectores significativos del movimiento de masas, y quien menos dificultades encontraría para seguir aplicando los planes del imperialismo.
Pese al buen desempeño de Lula en las encuestas, el PT hoy es la sombra de lo que era cuando ganó en el 2002. Aquel que acuñó la expresión “ética en la política” es hoy el partido del “mensalón” (mensualidad pagada por el partido de Lula para comprar votos de los diputados). La mayoría de los dirigentes de la victoria de 2002 se vio envuelta en numerosos escándalos de corrupción. José Genoino, ex presidente del PT, fue separado del cargo. Silvio Pereira, su secretario general y Delúbio Soares, el tesorero, están también separados del cargo (Delúbio expulsado del partido) y ambos respondiendo a procesos judiciales. José Dirceu, llamado por Lula como ‘‘el capitán del equipo” perdió el mandato como diputado federal. El ex todopoderoso ministro de Economía Palocci fue despedido del cargo y está respondiendo a procesos judiciales por actos de corrupción de cuando era alcalde de Riberão Preto. Con el partido del presidente enredado en estos casos y con los altos índices de desempleo, ¿cómo entender que Lula continúe favorito?
Diversos factores explican esta contradicción. Pese a haber importantes luchas en los estados (provincias), especialmente de empleados públicos, no existe aún un cuadro de luchas nacionales de suficiente fuerza e impacto. La dirección de las entidades y de los movimientos, en especial la CUT (Central Única de los Trabajadores) y la UNE (Unión Nacional de Estudiantes) así como sectores de la dirección del MST han jugado un papel de freno. El reciente IX Congreso de la CUT votó el apoyo a la reelección de Lula. El presidente de la UNE hace campaña abierta a favor de la propuesta de reforma universitaria del gobierno. El actual ministro de Trabajo fue presidente de la CUT y el actual ministro de Deportes fue presidente de la UNE... A pesar de no haber una declaración formal de la dirección del MST en apoyo a la reelección, uno de sus más expresivos líderes, João Pedro Stédile, ya declaró públicamente su apoyo: “Yo voy a votar a Lula” afirmó. “Hasta para tener condiciones de pelear con él para que cambie su política económica.” “El dijo creer que el presidente se mantiene como el candidato de los pobres, y que la mayoría de la población de menor poder adquisitivo volverá a darle un voto de confianza pero pidiendo cambios” (Folha de São Paulo, 28/03/06).
Por otro lado, existe un verdadero pacto en defensa del régimen, que es lo que explica la absolución hasta de los que confesaron participar del esquema del “mensalón”. El pacto significó entregar algunas cabezas, quitando el mandato de algunos pocos diputados, entre ellos Roberto Jeferson y José Dirceu, para dar alguna satisfacción a la opinión pública, pero no ir a fondo en la investigación y el castigo de los responsables. Esto es así porque cualquier investigación mínimamente seria no golpearía sólo al PT y los partidos aliados, sino también al PSDB, al PFL y al PMDB, y sería un golpe muy fuerte contra todo el régimen, ya que todos están comprometidos con los esquemas de corrupción, íntimamente vinculados a la aplicación de los planes neoliberales. Es ilustrativa la declaración que se le escapó al ex presidente Fernando Henrique Cardoso y que fue publicada en la prensa: “Precisamos investigar todo pero sin perder el foco que la crisis es la de ahora. Lo que pasó en el pasado, en mi gobierno, pertenece a la historia”.
El pacto se expresó también en el llamado hecho en noviembre de 2005 por el mismo ex presidente, cuando dio la línea de no luchar por derribar a Lula, pero sí para desgastarlo e intentar derrotarlo en las elecciones de octubre de 2006.
Otro elemento es el cambio de base social y electoral de Lula y del PT. Abandonado por los empleados públicos que lo enfrentaron en la reforma neoliberal de las jubilaciones y por los sectores más organizados y politizados de la clase trabajadora y de la clase media baja, hoy el gobierno utiliza fundamentalmente su política asistencialista, otorgando la llamada “bolsa familia”, un pequeño subsidio que llega para 11 millones de familias muy pobres, lo que le garantiza una base de millones de votos. Así, mientras pierde apoyo en los grandes centros urbanos, compensa y crece en el interior del país y de los estados. A esto hay que sumar que el gobierno postergó para un posible segundo mandato algunas medidas de impacto contra los trabajadores y el pueblo pobre, como la tercera fase de la reforma jubilatoria y las reformas sindical y de flexibilización laboral. También que, en cierta medida, está haciendo algunas concesiones, como un pequeño aumento para empleados públicos, liberación de enmiendas hechas por los diputados en el presupuesto nacional, operativos de reparaciones en las rutas, etcétera.
De cualquier forma, si Lula conquista su segundo mandato, cosa que no podemos descartar, no dudamos que será un gobierno de más choques con los trabajadores. El sistema financiero y el imperialismo exigen más y más ajustes, lo que abre la perspectiva de enfrentamientos más directos con el movimiento de masas.
Este hipotético cuadro puede ser todavía mas complejo en función del aumento de la tasa de interés en los Estados Unidos, de las señales de turbulencia en la economía mundial y de la fuga de capitales que ya se registró en las últimas semanas. “Desde el 10 de mayo, el mercado financiero global atraviesa un período marcado por fuertes turbulencias. Las Bolsas cayeron en diferentes partes del mundo. Ni el mercado de acciones de los Estados Unidos consiguió escapar. Un ejemplo es el Nasdaq, que reúne a las empresas de alta tecnología, que perdió 4,26% este mes… […] El balance de los negocios hechos con capital extranjero en la Bolsa de San Pablo este mes, hasta el viernes, fue negativo en R$ 1,127 mil millones. En todo mayo el saldo negativo fue de 1,515 mil millones.” (FSP 15/06/06).
Al no existir todavía un fuerte ascenso nacional, el proceso de ruptura con Lula y el PT se hizo menos explosivo, pero no se detuvo y está lejos de acabar. Sectores importantes de vanguardia rompen y buscan alternativas. En el terreno sindical los casi 3 mil delegados que participaron del Congreso Nacional de los Trabajadores, realizado al comienzo de mayo convocado por la Coordinación Nacional de Luchas (Conlutas) fue una expresión de este proceso, pese a ser parcial y limitada al terreno sindical. La política sectaria y autoproclamatoria del PSTU impide inclusive que unifique importantes sectores de la vanguardia luchadora. Ya en el terreno político – que es el más dinámico hoy – la expresión del proceso de ruptura es la construcción del PSOL (Partido Socialismo y Libertad) y su principal expresión electoral es la candidatura presidencial de la senadora Heloísa Helena.

“¡Es para luchar, es de verdad, es el Partido Socialismo y Libertad!”

Esta es la gran novedad del escenario político brasileño: el PSOL, especialmente su candidata a las elecciones presidenciales, Heloísa Helena. Posee un fuerte atractivo en amplios sectores de la población, especialmente entre los empleados públicos. En la cabeza de millones su marca y su mayor patrimonio es sin duda su coherencia. El PSOL es visto como el fruto de la resistencia al gobierno de Lula, a su traición por haber abrazado y aplicado el modelo neoliberal contra los trabajadores y el pueblo.
La fundación del PSOL fue encabezada por los llamados parlamentarios radicales: la senadora Heloísa Helena y los diputados nacionales Babá y Luciana Genro, los tres expulsados del PT por votar contra la reforma de las jubilaciones impuesta por el gobierno de Lula. Esta reforma fue aprobada por el bloque del gobierno, buena parte comprado gracias al “mensalón”. Para aprobarla el gobierno contó también con los votos de la meretriz de la política brasileña, el PMDB, y también con los votos de la falsa oposición de la derecha tradicional, el PSDB y el PFL.
Completamente desvinculados de los escándalos de corrupción que sacudieron el país en los últimos meses, los parlamentarios del PSOL estuvieron en primera fila en la lucha contra los esquemas corruptos que envolvieron sobre todo a los miembros del Congreso Nacional. Los propios articulistas de los medios de comunicación reconocieron que los discursos en el plenario de la Cámara de Diputados de Babá y Luciana fueron decisivos para que José Dirceu, el otrora todopoderoso casi primer ministro de Lula, perdiera el mandato. No es casual que los periodistas que cubren el Congreso Nacional eligieron entre los mejores diputados a cuatro del PSOL, entre ellos Babá, ¡entre más de 500! Y eso que el PSOL posee apenas siete diputados.
Así, antes de completar dos años de existencia, el PSOL ya aparece como el elemento que puede desestabilizar los planes electorales del PT, del gobierno, del imperialismo y también de la falsa oposición de derecha. Ya antes de comenzar oficialmente la campaña electoral Heloísa Helena aparecía en las encuestas de intención de voto con índices que varían entre 6 a 10%. En las capitales sus índices varían entre 15 y 19%, como es el caso de Río de Janeiro. Este nuevo hecho en el escenario político puede romper la falsa polarización y obligar a la realización de una segunda vuelta, que es lo que Lula quiere evitar.
Pese a que la lucha de clases todavía no alcanza en Brasil al ritmo que tiene en el resto de América latina, no dudamos que el cuadro continental puede influenciar y favorecer una excelente votación para la candidata del PSOL. El desgaste y el rechazo a los partidos que aplican los planes neoliberales y la busca de cambios por parte de la población son factores que juegan a favor del PSOL y de Heloísa Helena.
Así, la batalla electoral en curso coloca al PSOL como el tercer partido, con la perspectiva de salir del proceso electoral habiendo alcanzado una considerable influencia electoral entre las masas. Estará planteado convertir esta conquista en una efectiva influencia política y organizativa, haciendo que el partido eche raíces entre los trabajadores y los sectores populares; sea parte de sus luchas cotidianas y de la formación de nuevos dirigentes y referencias combativas que dinamicen la construcción de una nueva dirección sindical y política para los trabajadores y el pueblo brasileño.

Gobierno de Lula: ¿adversario,
mal menor, o enemigo?

No bien consiguió la legalidad, para lo cual fue necesario recoger centenares de miles de firmas de apoyo en todo el país, el joven PSOL despertó furibundos ataques de la derecha y de la “izquierda”. El más virulento y consciente, que busca bloquear la ruptura de masas con Lula y el PT, partió de Emir Sader, prestigiado sociólogo vinculado al MST (Movimiento de los Trabajadores rurales Sin Tierra) y militante del PT.
En una entrevista a la revista Forum disparó: “El PSOL fue oportunista. La idea original era hacer un foro socialista con los descontentos de adentro y de afuera del PT”. O sea, para Emir Sader la tarea era montar un club de discusión y no construir una alternativa política, un partido, frente a las traiciones de Lula y del PT. Pero él no se quedó apenas en esto. En un artículo publicado en el sitio de la agencia Carta Maior, presenta lo que sería la línea para los que, rompiendo con el PT en el último período, ingresaron al PSOL: “Fue hegemonizado [el PSOL] por varios grupos trotskistas que vieron allí la posibilidad de encontrar espacio propio, en los que el morenismo argentino tiene hegemonía. Si no cambia radicalmente- lo que significa, antes de todo, desalojar al grupo dirigente actual...” Grupo dirigente que en otros momentos menos elegantes es tratado por el sociólogo como “camarilla dirigente”. Pero además de pecar por ser poco elegante, el ilustre sociólogo todavía intenta confundir con su distorsionada visión de división del mundo entre derecha e izquierda y no entre clases sociales enfrentadas entre sí: “La polarización central del período actual, aquella que opone derecha a izquierda, cruza al gobierno y a partidos que pretenden estar en el campo de la izquierda…”. De esta forma, haciéndole el juego al Palacio de Planalto (Casa de Gobierno), Sader defiende al gobierno de Lula como de izquierda, ataca al PSOL y a Heloisa Helena por estar, supuestamente, haciéndole el juego a la derecha, y llama a derrotar la “camarilla” de radicales de Babá y de Luciana Genro.
Pero su visión tiene piernas cortas. La derecha brasileña es parte integrante del gobierno de Lula. Roberto Jefferson, el diputado que perdió el mandato por corrupto y fue de la “tropa de choque” del ex presidente Fernando Collor, era parte de la base de sustentación del gobierno de Lula. Fue con los votos del PT de Lula que otro viejo corrupto como Renan Calheiros (PMDB) se eligió presidente del Senado. En este gobierno están, o estuvieron, figuras archiconocidas de la derecha como Jader Barbalho, Orestes Quércia, Paulo Maluf, Severino Cavalcanti, el mismo ex presidente de la Cámara que cayó por exigir propinas para renovar la concesión de los restaurantes que funcionan en el Congreso Nacional.
Artífice de juego de palabras, este prestidigitador de ideas intenta vender la teoría de que el gobierno de Lula no es neoliberal: “Los objetivos centrales de la izquierda en el período actual son la lucha contra el poder del dinero y el poder de las armas, la lucha contra el modelo neoliberal y contra la política belicista del gobierno de los Estados Unidos. En estas luchas es que la frontera cruza al gobierno y no lo colocan globalmente como adversario...” Pero la realidad es un poco más dura de lo que imagina el ilustre sociólogo. Al convertirse en aplicador de los planes de ajuste, al seguir fielmente el modelo neoliberal, el gobierno es más que un adversario global. Se ha convertido en el enemigo número uno de los trabajadores y el pueblo, en el enemigo a ser enfrentado y derrotado. No existe neoliberalismo en abstracto; el modelo de ajuste neoliberal precisa de gobiernos, de hombres y mujeres de carne y hueso que lo apliquen y ellos son los enemigos que debemos enfrentar. La traición de Lula y del PT no fue apenas una traición a la esperanza de millones que depositaron su voto en él. Se trata de una traición de clase, visto que se pasaron con armas y bagajes para las filas del enemigo.
En Brasil la legislación exige un año de afiliación para poder presentarse a elecciones. Faltando pocos días para el cierre de este plazo legal, el PSOL amplió, en septiembre de 2005, su representación en el Parlamento, con la incorporación de 5 diputados que se desafiliaron del PT y entraron en el PSOL. Si bien esto dio mayor visibilidad al nuevo partido, también significó la incorporación de las contradicciones que estos sectores trajeron, y de una mayor disputa política al interior del PSOL. La razón fundamental es que estos compañeros, tanto los parlamentarios como los militantes y grupos que los acompañan, no tienen la misma definición sobre la naturaleza del gobierno de Lula y, por consiguiente, de la necesidad de enfrentarlo consecuentemente y derrotarlo. El perfil del PSOL, que nació como enemigo irreconciliable del gobierno neoliberal del PT, su coherencia y su claridad de la traición de clase cometida por Lula, fueron y son base fundacional. Esta es la razón fundamental por la cual el PSOL despertó y despierta tanta simpatía y admiración. Ya desde el año 2004 el PSOL sostenía que “[...] el gobierno Lula mantiene, con la radicalización de la política y las prácticas autoritarias de FHC, las bases del sistema capitalista dependiente brasileño, intensificando la aplicación sistemática de políticas que contrarían los intereses del pueblo y de la clase trabajadora”.
La definición categórica del gobierno y el llamado a derrotarlo, son un patrimonio del PSOL. El 26 de junio de 2005 el PSOL afirmó que “el gobierno Lula, en sus treinta meses de mandato, demostró inequívocamente su esencia neoliberal. Se trata de un gobierno que nunca vaciló en defender las reformas neoliberales, las privatizaciones, el agronegocio, la política económica de altos intereses y superávit primarios más altos que los exigidos por el FMI; congelamiento salarial de los empleados públicos y mayor explotación al conjunto de los trabajadores […] Sumado a la lucha contra la corrupción, llamamos a la movilización de la población, de los trabajadores y de la juventud por sus reivindicaciones para derrotar a Lula y su plan económico”.
Estas diferencias y lucha política, que llevaron a una cierta parálisis del PSOL durante el último período, también se expresaron en la definición de la política electoral. El programa del PSOL defiende la independencia política de la clase trabajadora de forma explícita: “Nuestra base programática no puede dejar de pautarse por un principio: el rescate de la independencia política de los trabajadores y de los excluidos. No estamos formando un nuevo partido para estimular la conciliación de clases […] Por eso, nuestro partido rechaza los gobiernos en común con la clase dominante”.
A pesar de esto, no faltaron sectores del partido, y sobre todo de los que ingresaron en septiembre que forman la corriente APS, que defendieron una política de alianzas con el PDT, política que fue rápidamente derrotada por la mayoría del partido. Este proceso incipiente de conformación del PSOL y el grado de falta de unidad política llevaron a que el partido adoptase una forma de funcionamiento más parecido con un frente de tendencias, de negociación y de busca de puntos de acuerdo, dejando para más adelante explorar hasta qué punto podremos avanzar en la estructuración de instancias deliberativas y unidad real en torno del programa y de los estatutos.

“¡Por todos lados, ya se siente, comités de Heloísa presidente!”

El teatro Dulcina, en Brasilia, palco de la Primera Conferencia Nacional del PSOL, realizada los días 26, 27 y 28 de mayo, quedó chico para contener el entusiasmo de los delegados y observadores que a pleno pulmón dieron la tónica del evento, aprobando el nombre de Heloísa Helena como candidata a la presidencia de Brasil, y del economista César Benjamín, como candidato a vice.
Aprobando la postergación del primer congreso para junio del 2007, la conferencia también votó los ejes fundamentales de la plataforma electoral, que pueden verse completos en www.psol.org.br, y de la cual reproducimos aquí algunos trechos fundamentales:
1) Por un nuevo poder y por instituciones realmente democráticas bajo control directo de la mayoría del pueblo. Contra la falsa democracia del poder económico y de la corrupción. Comprendido como […] la alteración radical de la representación popular y de sus mandatos, a través del financiamiento público exclusivo de campaña, de la democratización de los horarios para la propaganda electoral en los medios de comunicación, en la introducción de la revocabilidad de los mandatos, de la posibilidad de candidaturas sin necesidad de afiliarse a un partido, en el fin de la antidemocrática cláusula de barrera que impide la representación de los partidos o candidatos sin poder económico… Estas medidas tienen que atacar radicalmente la corrupción acabando con los foruns privilegiados, con el fin del secreto bancario y fiscal de los cargos públicos, que el salario de los diputados y gobernantes sea definido a través de plebiscito y vinculados al valor del salario mínimo, la lucha implacable para colocar a todos los corruptos en la cárcel [...] El PSOL, desde el inicio de la campaña electoral, deberá anunciar que en el gobierno de la compañera Heloísa Helena el pueblo brasileño será llamado, a través de una intensa jornada de movilizaciones, para decidir, dar la última palabra, sobre las relaciones con el imperialismo (FMI, etc.); las deudas externa e interna y la necesidad de una verdadera independencia nacional; la reforma agraria y urbana y un nuevo estatuto sobre la propiedad de la tierra; la nueva abolición de la esclavitud, el valor del salario mínimo y las prioridades presupuestarias....[...]

2) Conquistar la verdadera soberanía e independencia nacional y romper con el capital financiero. […] Suspender el pago de los intereses de la deuda externa y realizar auditoría son un presupuesto básico de soberanía nacional. En relación con la deuda interna defendemos auditoría,… y la discriminación de su perfil para identificar los grandes especuladores a los cuales defendemos suspender el pago. Grupos extranjeros se utilizan de áreas estratégicas para remitir suculentas ganancias a sus casas matrices. Las áreas estratégicas deberán estar bajo el control del pueblo brasileño, como petróleo, telecomunicaciones, energía, siderurgia […]
3) Es necesaria una nueva abolición para acabar con la moderna esclavitud. […] Una política radical de enfrentamiento a la superexplotación del trabajo en el Brasil, motor de desempleo crónico y de precarización del trabajo, debe ser una de las directrices del programa del PSOL. La principal medida estructural para enfrentar esta cuestión consiste en la reducción de la jornada de trabajo manteniendo el salario. Esa medida permite la generación de nuevos puestos de trabajo con la simultánea reducción de los índices de explotación […] aumento inmediato de salario, impuestos severos a las grandes fortunas, a los lucros de los bancos y de las grandes empresas, son todas medidas de emergencia. El control público (de los trabajadores y de los consumidores) sobre la producción de bienes esenciales es una necesidad para acabar con la enorme desigualdad... La defensa de las jubilaciones significa en primer lugar anular la reforma de la jubilación, así como las otras votadas a través de la compra de votos. En defensa de la mujer trabajadora defendemos la creación de guarderías y preescolares para los niños de hasta 6 años… Para garantizar la educación y la salud pública y de cualidad para toda la población, son fundamentales inversiones públicas en infraestructura, salud, educación, habitación... Los recursos deberán salir de la ruptura con el pago de las deudas...”
A estos ejes, la conferencia incorporó dos enmiendas propuestas por la CST, la necesidad de luchar por la reestatización de la mayor empresa minera del país, Vale do Rio Doce, privatizada durante el gobierno de Fernando Cardoso y por una Petrobrás 100% estatal.

*Dirigente de la Corriente Socialista de los Trabajadores, corriente del PSOL
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Tomado de Correspondecia Internacional, publicación de la Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (Corriente Mayoritaria)



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