Luis Almagro, Secretario General de la OEA y máximo líder de la oposición venezolana, sufrió una nueva derrota en la reciente sesión extraordinaria de este desprestigiado organismo hemisférico, celebrada en la propia cueva del imperialismo: Washington; quien estuvo acompañado in situ por tres venezolanos subordinados: Luis Florido, Carlos Vecchio y Francisco Márquez.
Derrota que igualmente se la endilgamos a toda la diligencia de Voluntad Popular donde militan estos lacayos, sin dejar por fuera a los demás partidos de oposición; todos ahora erigiendo al golpista, difamador y arrastrado de Almagro, como su máximo líder. Pero mención especial resulta la Asamblea Nacional (AN); cuyos diputados violaron flagrantemente la Constitución al solicitar a su jefe mayor Almagro, mediante varios acuerdos, una burda intervención foránea en nuestro país.
De nuevo nos imaginamos a los seguidores de estos partidos de oposición, más frustrados que nunca por no concretarse la aplicación de la fulana Carta Democrática de la OEA; y ver como la revolución bolivariana y chavista alcanza otra victoria, por lo demás acompañada en las calles por multitudinarias manifestaciones que respaldan al presidente Nicolás Maduro, enfrentando las continuas arremetidas del imperialismo.
Ahora bien, mi humilde opinión sobre el debate que convoca el presidente Maduro, acerca de esta situación; es que tanto la OEA, como la AN y los partidos de oposición con Almagro al frente, se cocinen a fuego lento en sus reiterados fracasos y derrotas; dejándolos tranquilos y esperarlos en la bajadita, cansados, desprestigiados, desmotivados y totalmente frustrados.
Es decir, seamos excelsos estrategas políticos y continuemos concentrados en la revolución; derrotando la guerra económica, mejorando al máximo las misiones bolivarianas, fortaleciendo al PSUV y trabajando más que nunca. De tal manera que estos arrastrados con su jefe mayor Almagro, no nos distraigan de la histórica tarea que estamos desarrollando. Eso sí, por un lado hagamos grandes esfuerzos para no permitir que los lazos latinoamericanos y caribeños se desunan; y por el otro, no bajar la guardia antimperialista porque el Departamento de Estado de EEUU nunca cejará en sus intenciones de adueñarse de nuestros recursos, así como empecinarse en acabar con nuestra V República, derrocar al presidente Maduro, aplastar al chavismo y finiquitar la revolución socialista de Venezuela, referente emancipador, sociopolítico y cultural, para el mundo entero en el presente siglo XXI.
