La cura para el neoliberalismo

Lo que está pasando en Argentina, Brasil y Venezuela, así como en otros países donde se está restaurando el neoliberalismo, demanda que pensemos mucho, mucho sobre el marco constitucional que queremos donde los retrocesos de este tipo se minimicen.

Por ejemplo, después del descubrimiento de la penicilina en 1928 por Fleming se inaugura la era de los antibióticos y del tratamiento de infecciones bacteriales que hizo no solo imposible sino que ridículo regresar a Vicks Vaporub como cura efectiva para infecciones como los neumococos, los estreptococos, los gonococos, los meningococos, el clostridium tetani y la espiroqueta (ver https://goo.gl/zeDGH4). Solo ese descubrimiento transformó no solo el discurso y la ciencia de la medicina sino también sus instituciones y sus prácticas. Lo mismo se puede decir del descubrimiento de infecciones virales. «Louis Pasteur y Edward Jenner fueron los primeros en desarrollar vacunas para protección contra las infecciones virales. La naturaleza de los virus no se conocía hasta la invención del microscopio electrónico en la década de 1930, fue entonces cuando la ciencia de la virología cobró un gran impulso. En el siglo XX se descubrió que muchas enfermedades antiguas y nuevas eran causadas por virus. Había epidemias de poliomielitis que sólo pudieron ser controladas gracias al desarrollo de una vacuna en la década de 1950» (ver https://goo.gl/kAtDgv). Estos descubrimientos van a permitir el tratamiento de la rabia, la viruela, el sarampión, la polio y más recientemente el SIDA, el zika o el dengue en forma tal que ninguno de nuestros/as ancestros pudo soñar pero que hubieran querido tratar con tes de hierbas y sales de baño.

Pues bien, algo similar puede decirse sobre los avances teóricos en política y economía que se han hecho desde Marx pasando por Keynes (políticas de empleo completo), Prebisch (políticas contra el intercambio desigual), Schumpeter (políticas de mercado libre pero controlado), Polanyi (el capitalismo no es inevitable sino contingente) y Furtado y los/as dependentistas (el «desarrollo» del capitalismo tanto en el centro como en la periferia produce subdesarrollo y el «crecimiento» no elimina la pobreza sino que la acentúa de manera desigual) así como, más recientemente, Piketty (la gente rica se enriquece más y mejor cuando el crecimiento es negativo!). Esto es solo para mencionar algunas contribuciones.

Una vez se descubre cómo funciona la acumulación de capital y cómo la misma infecta y destruye tejidos sociales y ecológicos no tiene ningún sentido regresar al individualismo posesivo y al discursito del «mercado libre» como lo proponen neoliberales desde Macri en Argentina hasta Temer en Brasil y Leopoldo López en Venezuela.

Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University. Su libro más reciente se titula «Gramsci’s Critique of Civil Society. Towards a New Concept of Hegemony» (https://goo.gl/Oeh4dG).



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