Grandes aportes de Irán al desarrollo industrial en Venezuela

Con el nacimiento de la República Bolivariana de Venezuela en 1999 y su nueva Constitución inspirada en los valores independentistas del Libertador de América Latina, Simón Bolívar, las relaciones internacionales de este país latinoamericano apuntaron hacia nuevas alianzas. Desde entonces acontece un acercamiento importante con Irán mediante la firma de importantes convenios.

La cooperación industrial de Irán se ha ido incrementando sostenidamente en áreas como cemento, viviendas y automóviles, entre otras. Por ejemplo en el estado Anzoátegui pudimos presenciar recientemente el buen desempeño de los expertos iraníes trabajando en la fábrica de cemento conocida como Cerro Azul, la cual es reconocida como una de las que posee mayor capacidad productiva en toda América Latina. No menos significativo ha sido visitar la empresa de vehículos Venirauto cuya sede principal está ubicada en la ciudad de Maracay, allí fuimos testigos del ensamblaje de miles de carros a bajo precio y alta calidad, nuevamente gracias a la tecnología de Irán.

Asimismo, días atrás al efectuar un recorrido por Ciudad Ojeda en el estado Zulia, constatamos un pujante desarrollo en la construcción de miles viviendas con tecnología iraní. Cabe destacar que se trata de obras habitacionales destinadas a sectores humildes de la población venezolana. En este caso se ha dado cumplimiento a las metas trazadas con miles de apartamentos y casas culminadas en aporte al plan estratégico del Estado venezolano conocido como Misión Vivienda, el cual promueve hogares dignos para personas de bajos recursos.

En el pasado reciente, Venezuela y América Latina estuvieron dominadas por la influencia política, y económica de EEUU. Mientras que escasos movimientos antiimperialistas fueron barridos por el norte y sus aliados, sólo en Cuba perduró un bastión del socialismo en esta parte del mundo hasta que apareció Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana de Venezuela. Por tal motivo la alianza de Caracas y Terán representa una manifestación del antiimperialismo del siglo XXI que rompe con la tradición de una región latinoamericana que era vista como patio trasero de EEUU. Es así que en el presente tanto Venezuela como Irán en alianza multidisciplinaria desarrollan una política internacional independiente frente a potencias extranjeras.

Dicha alianza se ha articulado para el beneficio económico mutuo de venezolanos e iraníes, conjuntamente con el apoyo político recíproco entre ambos gobiernos. Esa reciprocidad se fundamenta en preceptos ideológicos de soberanía, democracia y paz que identifican a ambos pueblos. En este escenario político favorable, se generan bienes y servicios para favorecer a los segmentos más necesitados de la población venezolana, se fijan precios razonables y muchas veces, como sucede con las viviendas, estas son adjudicadas gratuitamente a personas en situación de extrema necesidad como madres solteras o gente que ha estado en situación de calle o sufrido la destrucción de su casa por desastres naturales.

Ciertamente con la entrada del siglo XXI, la Venezuela Bolivariana se distancia del hegemonismo estadounidense que sólo sirvió para retrasar su economía nacional, en efecto, por décadas se mantuvo un perverso esquema empobrecedor según el cual el petróleo venezolano era vorazmente succionado por EEUU y sus empresas transnacionales para finalmente ser pagado a precios groseramente bajos como 7 dólares por barril. Ha sido en tiempos de la Venezuela chavista que la riqueza petrolera pasó a ser invertida en múltiples misiones sociales como salud, educación, vivienda y alimentación. En ese contexto, el apoyo de Irán ha sido significativo pues sus productos fabricados en tierra venezolana están especialmente dirigidos a esas exitosas misiones implementadas por el gobierno socialista de Hugo Chávez y ahora Nicolás Maduro.

No es secreto para nadie que ha dejado de existir aquella época con altos precios del crudo que oscilaban entre ochenta y cien dólares por barril. Ahora dichos precios han caído a la mitad en detrimento de la economía venezolana, cuyo ingreso es mayormente proveniente de la exportación petrolera. No obstante esta adversa situación, ha dado más aliento a los esfuerzos del Estado venezolano en función de la industrialización nacional. En el logro de ese objetivo, el aporte iraní sigue siendo primordial, habida cuenta de su exitosa experiencia en esta esfera de la economía y la internacionalización de sus fabricaciones.

Un nefasto rentismo petrolero fue fomentado por gobernantes criollos subordinados a EEUU, ocasionando un despilfarro atroz que impidió invertir en la productividad de Venezuela hacia el futuro. De hecho, años antes de que Chávez fuera presidente, gobiernos antinacionales detuvieron la inversión de la renta petrolera en el crecimiento de industrias venezolanas productivas como la petroquímica, la cual es capaz de generar productos manufacturados que poseen alto valor agregado.

En este sentido, países que se han liberado del negativo esquema importador lo han hecho mediante el acuerdo con nuevos aliados que de alguna manera han transitado exitosamente el camino de la industrialización, teniendo en consideración que dicho proceso constituye la indispensable base material de la soberanía económica. Irán se ubica en ese selecto grupo de países que pueden producir internamente para su pueblo lo necesario para alimentarse, tener vivienda y transportarse de un sitio a otro.

En este mismo orden de ideas, el gobierno encabezado por Maduro ha planteado la necesidad de resolver el "Cadivismo", lo que significa una práctica económica perversa, según la cual las empresas privadas no operan con capital propio sino que permanentemente chupan los dólares subsidiados del Estado a raíz de la industria petrolera. Tales empresas no son productivas sino parasitarias y le dan un uso indebido a los petrodólares estatales (mercado negro o reventa ilegal. A paso firme, el gobierno venezolano ha ido erradicando la entrega de dólares para fines no esenciales (alimentos o medicinas) pues en el pasado, empresas corruptas los compraban a precio simbólico y muy inferior al valor del mercado internacional. Todo ello causó grandes pérdidas a las finanzas de Venezuela.

Como revolucionarios venezolanos celebramos la decisión del gobierno al profundizar alianzas con empresas de países amigos que están dispuestas a invertir capital propio y que no viven de la manera parasitaria que lo han hecho organizaciones criollas como Fedecamaras, Consecomercio, entre otras que agrupan a los burgueses especuladores del dólar en Venezuela. Demás está decir que cada dólar que se va a las manos de un empresario criollo deshonesto, es un dólar menos para comprar medicinas al enfermo o un kilo de comida menos para quien tiene hambre. Por consiguiente, los socialistas de este país vemos en las empresas iraníes una evidencia de que el socialismo venezolano puede convivir con empresas extranjeras siempre que se fijen reglas claras y beneficios para todos los involucrados.

Para que Venezuela logre la ansiada industrialización, se trabaja arduamente con los hermanos iraníes en diferentes frentes. Esto es un primer paso para abandonar la venta de materia prima petrolera como principal fuente de ingreso económico nacional, el otro paso impostergable es generar productos procesados cuya venta origine ganancias más elevadas. A todas luces, concretar el crecimiento económico nacional, lo que técnicamente se vincula al incremento del producto interno bruto o "gross domestic product" ha sido desde tiempos de Hugo Chávez un enorme reto histórico que la Venezuela Bolivariana se impuso a sí misma.

El "desarrollo endógeno" ideado por Chávez, es la aplicación moderna del socialismo del siglo XXI, de allí que la industrialización sea la clave para derrotar el subdesarrollo y la dependencia provocada por las constantes importaciones de productos. Venezuela está hoy determinada a garantizar bienes esenciales para nuestro pueblo en vez de comprarlos a través de países extranjeros en moneda estadounidense. Hoy más que nunca los venezolanos estamos empeñados en lograr estos objetivos, gracias a la invaluable cooperación industrial de Irán.



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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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