Fútbol y política: intra camarines...

Para los amantes del futbol y de la política, es bien conocido el histórico caso de la "Democracia Corinthiana", liderada entre otros, por el eterno Sócrates, donde en medio de una dictadura represiva y hostil, estos jugadores decidieron que si en la calle no podían ejercer la democracia, pues en los camerinos sí podrían hacerlo. Para los no tan conocedores, hablo del equipo de futbol Corinthians y el jugador estrella brasileño Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira. Transcurrían principios de los 80s y en la intimidad de una cancha se decidía entre todos: jugadores, cuerpo técnico y demás allegados, las acciones a tomar por el equipo, hasta las alineaciones se daban... Todo un ejemplo para un país que quería ser libre.

Este hito en la historia del futbol y la política no fue una simple coincidencia entre términos y nombres griegos, además, dónde sino en Brasil -que es la Grecia del Futbol. Simbolizó una bandera izada en el medio de la batalla en un país, políticamente oprimido, y de un mundo soñador, amante de este deporte. Más tarde y en otras latitudes, vendrían nuevos logros: los sindicatos de jugadores y la Ley Bosman - entre otros. Ejemplos de organización y acción.

En el futbol , así como en todos los deportes de competición por equipo existe un código de honor interno, más allá del orden perpetuado -y perpetrado - por la FIFA y sus Confederaciones. Este código tácito establece que lo que pasa y se dice dentro de los camerinos, queda en los camerinos. Que no importan las diferencias personales de ningún índole: religiosas, partidistas, sexuales o las que fueren; no importan ni siquiera las desavenencias personales entre caracteres opuestos, ni los modos ni las formas en que se establezcan las relaciones interpersonales o las de ascendencia entre directiva, cuerpo técnico y jugadores, o la de los líderes naturales. Todo se dirime dentro de los camerinos y mejor aun, todo se resuelve ahí, porque al salir al ruedo, a la cancha, o sale un sólo equipo, cohesionado y fundido en un sólo metal, o se pierde, no se trasciende y se viene la debacle.

Al final, los espectadores, los hinchas, los reporteros, los aficionados y hasta los desentendidos podrán comentar y especular finalizado el juego, intuir los intríngulis tras bastidores, pero si el equipo gana y es uno, sólo quedan aplausos, alegrías y ganas de más victorias.

No cabe acaso en el futbol nuestra máxima: Unidad, Lucha, Batalla y Victoria??

PD: para más información al respecto buscar democracia corinthiana, cuyo lema era “liberdade com responsabilidade” y Ley Bosman.

ALARCONGA@cys.pdvsa.com


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