“Abramos bien los ojos, compañeros desheredados. No confiemos a ningún gobierno la solución de nuestros problemas. Los gobiernos son los representantes del capital, y por eso mismo, tienen que oprimir al proletariado”
- Ricardo Flores Magón
“Instrúyanse, porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia. Agítense, porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo. Organícense, porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza”
- Antonio Gramsci
¿Qué hacer ante la guerra que ha hundido al país en sangre, con más de ochenta mil muertos, decenas de miles de desapariciones forzadas por motivos políticos y sociales y más de un millón de desplazados forzados?
¿Qué hacer ante la súper-explotación del proletariado en las industrias maquiladoras de exportación, en las agroindustrias, en las “outsourcing” donde ya no existen ni siquiera los mínimos derechos laborales?
¿Qué
hacer ante el saqueo y la destrucción de la naturaleza a través de las
industrias contaminantes, la minería, la urbanización y los
mega-proyectos?
¿Qué hacer, en suma, ante las agresiones del
imperialismo en crisis, que está dispuesto a llevarse en su decadencia a
la humanidad entera?
Ante
tales interrogantes, de cuya respuesta depende la vida de decenas de
millones de mujeres y hombres, solo podemos responder de una forma:
Organizarnos y luchar.
Tal respuesta puede significar todo… o nada.
Pues es preciso preguntar ahora ¿Cómo nos organizamos, con quién, para
qué? ¿Cómo luchamos, contra quién?
De un lado, escuchamos que la salida es sumarnos a las filas de “lo posible”, de quién – dicen, “Sí tiene una oportunidad de cambiar las cosas, aunque no implique un cambio de fondo”. De estas voces escuchamos invitaciones, propuestas, quejas y hasta amenazas, llamando a que nos sumemos a un proyecto dentro de las vías de la institucionalidad y de las leyes. Hoy son estos quienes impulsan la candidatura de AMLO a la presidencia. Ayer fueron los mismos que dijeron “Avila Camacho o el fascismo”, “Echeverría o el fascismo” y otra vez “Cárdenas (Cuauhtémoc) o el fascismo”. Son los mismos que llamaron al voto útil por V. Fox, los mismos que culparon a La Otra Campaña de la “derrota” (fraude electoral) del 2006. Los mismos pues.
Del otro lado, estamos los que confiamos en nuestras propias fuerzas y no en las del enemigo con la “cara más amable”. Los que luchamos junto con ferrocarrileros, maestros, médicos, estudiantes y campesinos durante los cuarentas y cincuentas. Los que asaltamos el cuartel Madera en 1965 y protagonizamos la lucha armada socialista durante los sesentas y setentas. Los obreros y colonos que luchamos por vivienda digna y por libertad sindical durante la década de los setentas y ochentas. Los que no nos fuimos con el menos peor con la fundación del PRD. Los que hoy nos encontramos y reconocemos en el Encuentro de Resistencias Autónomas Anticapitalistas en Cherán. Los que buscamos alternativas propias a la urbanización capitalista en el Foro Permanente contra la Privatización y el Despojo, convocado por los pueblos, barrios y colonias en defensa de Atzcapotzalco. Los mismos también, solo que los de abajo.
Para
los primeros, los que están atados a los tiempos coyunturales de las
agendas nacionales e internacionales de las clases dominantes, la
respuesta es sencilla. Votar y luego ya veremos. El camino del menos
peor, de la participación pasiva, de la confianza en las políticas “del
capitalismo con rostro humano” de los de arriba, que nos juran y
perjuran, que gobernarán “para todos los mexicanos”.
Para los
segundos, para los de abajo, el camino es largo, sinuoso, difícil y
ninguna respuesta es sencilla. Para los que se enfrentan a la muerte, a
la explotación, al despojo, las soluciones electoreras que vienen de
arriba simple y sencillamente no son una opción: No solo no están
representados, sino que está más que demostrado que el sistema
político-electoral de los capitalistas está hecho para que la voz y las
alternativas de abajo nunca sean escuchadas. Gane quien gane los
comicios, los de arriba ganan, lxs de abajo pierden.
Hoy,
quienes confían en las instituciones del estado capitalista mexicano,
recorrerán el sendero ya muchas veces transitado de la farsa de la
“democracia” burguesa. Pese a las contundentes pruebas de las
condiciones antidemocráticas en las que se realizarán las elecciones, la
apuesta es al todo por el todo para el primero de julio. Comprendemos
sus ilusiones, más no las compartimos.
Pues hoy, como ayer, para
quienes confiamos únicamente en nuestras propias fuerzas, en las fuerzas
populares, democráticas y revolucionarias, la tarea sigue siendo la
misma: construir, contra la corriente, desde abajo y a la izquierda, de
forma autónoma e independiente, las herramientas y las relaciones que
nos sirvan para avanzar en la liberación, que nos sirvan para acercarnos
a la revolución social.
En este sentido, cinco organizaciones políticas y revolucionarias, el Grupo de Acción Revolucionaria (GAR), la Liga de Unidad Socialista (LUS), el Periódico Clandestino Madera, el Partido Obrero Socialista – Movimiento al Socialismo (POS-MAS) y Feministas Comunistas, Grupo de Trabajadores del SITUAM, han decidido empezar a dar pasos concretos y firmes en aras de cumplir con la tarea histórica de construir un instrumento de lucha, el Frente de Izquierda Socialista (FIS) y con él, agrupar en un proyecto de unidad a las organizaciones, colectivos e individuos que levantan una política anticapitalista.
Para
las organizaciones e individuos que integramos el FIS, hoy la lucha es
en la vida cotidiana, en las calles, en los centros de trabajo, no en
las urnas, por eso el llamado para el primero de julio es claro: rechazo
al proceso electoral, a través del medio que mejor les parezca, el
abstencionismo activo, la anulación del voto con consignas o el voto a
Jesús Torres Nuño, candidato obrero sin registro. Sin embargo, del mismo
modo también es claro que la lucha debe de ir más allá.
Para el FIS,
la solución a los grandes problemas del país pasa requiere luchar por
la destrucción del estado capitalista en México (y, en última instancia,
en el mundo entero) y por la construcción de una sociedad sin clases,
donde seamos lxs trabajadorxs quienes decidamos sobre nuestros cuerpos,
sobre nuestras vidas, y sobre el producto de nuestro propio trabajo, en
armonía con los bienes comunes de la naturaleza. Socialismo, es el
nombre que le damos a nuestro horizonte de emancipación, y que nada
tiene que ver con los regímenes burocráticos del este de Europa y de
Asia (como la Unión Soviética, China y Corea del Norte, entre otros),
que demostraron ser tan crueles y opresivos como los estados
capitalistas de occidente.
Como decíamos, nuestra tarea es todo menos sencilla. Creemos que para cumplirla, hemos de organizarnos de forma democrática y horizontal, con autonomía e independencia del estado, sus instituciones, su ideología y sus partidos, para la lucha feminista, ecologista, antiimperialista y anticapitalista. Por lo tanto, desde el FIS acogemos todas las propuestas de debates políticos que sirvan para la clarificación de posiciones y, sobre todo, al desarrollo de un programa. Por nuestra parte, ofreceremos nuestra perspectiva al debate de todas las organizaciones, agrupamientos, militantes e individuos.
En
lo inmediato, proponemos impulsar lo siguiente, en el contexto del
descontento juvenil y popular que está marcando los últimos dos meses
previos a las elecciones:
1. Las actuales elecciones no se están
realizando bajo condiciones democráticas, por lo cual es necesario
convocar a una Asamblea Constituyente, libre y soberana, que redacte una
nueva Constitución realmente democrática. El pueblo trabajador podrá
expresar ahí sus demandas más sentidas, a través de la elección de
representantes a dicha Asamblea, como sucediera en 1914.
2. No más
abusos a empleados y trabajadores: respeto a los derechos básicos y a la
dignidad del pueblo trabajador. Logremos el respeto a la jornada de 8
horas de trabajo como máximo, y avancemos hacia una semana laboral de 35
horas. Por un aumento salarial de emergencia.
3. No más impunidad:
investigación de los culpables y juicio a las autoridades cómplices de
tortura, asesinato, desaparición de personas. Llamamos a la solidaridad
con los familiares de las víctimas de la Guardería ABC de Hermosillo,
Sonora, quienes claman por justicia.
4. Libertad a todos los presos políticos. Presentación con vida de los detenidos desaparecidos.
5.
El Ejército y la Armada deben regresar a sus cuarteles. No más
mentiras, no más abusos; no más asesinatos en nombre de una guerra que
sólo ha dejado muerte, desolación y sangre.
6. Solidaridad con
Cherán, con Atenco y con todas las comunidades que se están defendiendo
de las atrocidades y de los asesinatos cometidos por las mafias que
actúan al amparo (o incluso con la participación directa) de diversas
autoridades, de militares, de policías y de empresarios ávidos de
ganancias a cualquier precio, y que han pisoteado de manera tan
sanguinaria la dignidad del pueblo.
7. Por el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.
8.
Alto al feminicidio: basta de farsas en el proceso de investigación, y
basta de mentiras y de intentos por menospreciar la cantidad y la
gravedad de los crímenes cometidos contra las mujeres.
9. Por la
defensa de nuestros ecosistemas y recursos naturales. Solidaridad con el
pueblo Wixárica en la defensa de Wirikuta, y con los demás pueblos que
defienden los ecosistemas y recursos naturales. Detengamos a las
transnacionales y al propio gobierno mexicano en el daño que pretenden
realizar al ambiente con la minería a cielo abierto.
10. Solidaridad
con la lucha del magisterio democrático en defensa de la educación
pública, gratuita y de calidad. Por la defensa de las normales rurales.
11. Aumento del presupuesto para las preparatorias y universidades públicas.
12. No a las privatizaciones.
13. Democracia e independencia sindical.
14. Por un gobierno obrero, campesino, indígena y popular.
El sábado 23 de junio, a las 11 horas, en el auditorio del edificio sindical del SITUAM fue proclamado el Frente de Izquierda Socialista, con la presencia de una veintena de organizaciones. Con esto, hemos dado un paso adelante, en el largo camino que nos depara la lucha autónoma y anticapitalista, no es momento de detenernos, sino de seguir avanzando en la construcción del instrumento organizativo que será urgentemente necesario en las jornadas que se abren ya y que después del 1° de julio serán más necesarias que nunca.