Las recientes guerras y revueltas en el norte del África han significado una estrategia geopolítica para Washington y Tel Aviv. Cuando decidieron acabar con el “dictador” Gadhafi fue necesaria la intervención cobarde de la OTAN. Masacraron al pueblo libio para apoderarse del petróleo y del agua. Fue una enorme propaganda de terror en contra del régimen de Gadhafi para lograr sus perversos objetivos.
En esta era atómica y nuclear la vida de la especie humana está cada vez amenazada por los Estados Unidos y por el Estado sionista de Israel. Ahora estas dos potencias nucleares y guerreristas se han propuesto atacar a Siria para ir cercando poco a poco su objetivo geopolítico: Irán. La pregunta que surge es por qué no le caen como perros de presa de una sola vez a Irán y se acaba la frívola pantomima que están generando. El asunto es que los Estados Unidos e Israel conocen bien al pueblo iraní, un pueblo persa históricamente combativo. Saben perfectamente que no se están enfrentando a Iraq, Afganistán o a Libia; para ello han diseñado su política guerrerista a nivel geopolítico.
Primeramente quieren presentar al gobierno del presidente sirio Bashar Assad como un gobierno “genocida” que masacra a su propio pueblo. Ellos, los yanquis y los sionistas judíos saben manipular bien la opinión pública. Al Diablo lo hacen Dios y a Dios un Diablo. Son expertos en distraer la opinión de la gente. Damasco puede resistir un su par de meses, pero como ambos países terroristas nunca actúan solos, tendrán que coludirse con Al Qaeda y con la OTAN. Una vez que el régimen de Damasco se venga abajo, como efecto dominó Hezbolá caerá como fruta madura en manos del imperialismo y de su celestina en la región del Oriente Próximo.
Una vez ocurrida la derrota de Damasco y Hezbolá sí pueden intentar atacar a Irán, un pueblo al que le llevan ansias de destruirlo y conquistarlo para apoderarse en primer lugar de su riqueza natural; con ello debilitarían al Kremlin y a Pekín, quienes a pesar de tener influencias en el Consejo de Seguridad de la ONU, no serían capaces aún con sus vetos de evitar la catástrofe iraní. El Consejo de Seguridad y la misma ONU son unas rufianas al servicio de los Estados Unidos y del Estado sionista de Israel. Por supuesto que Tel Aviv quiere hacer un trabajo muy fino porque sabe perfectamente que lo primero que haría Teherán es mandarle un par de misiles que serían capaces de destruirle objetivos militares, por ello la urgente necesidad de acabar primeramente con Siria y Hezbolá para debilitar militar y moralmente al pueblo iraní.
¿Por qué sería letal acabar primero también con Hezbolá? Pues sencillamente porque Líbano ya tiene experiencia en guerras contra los sionistas y eso debilitaría a la alianza libanesa. Todo parece un plan de ciencia ficción, pero los autores del genocidio en Nagasaki e Hiroshima están dispuestos a usar armas convencionales y más letales en contra de Siria, Líbano e Irán.
Realmente no puedo aventurarme a afirmar la reacción de China y Rusia ante tal agresión. Creo que si uno de esos dos países interviene seriamente estaríamos encaminándosenos a una guerra nuclear que pondría en reserva la existencia humana. Pero a Washington y a Tel Aviv poco o nada le importa el futuro de la humanidad, en lo único que piensan es en mantener su hegemonía política, económica y guerrerista. ¿Por qué no atacar de una sola vez a Irán? Los imperialistas saben y os sionistas también que son más de 65 millones de iraníes, y tienen un ejército bien armado, por ello no se aventuran a atacarlo de una vez por todas y están recurriendo a una estrategia geopolítica casi de ciencia ficción.
Primeramente quieren derrocar a Siria y junto a ellos al Líbano para tener una mayor visión de cómo está el panorama geopolítico en Irán después de la caída de esos dos países. Se ha corrido el rumor también que los guerreristas imperialistas y sionistas han ocupado a Turquía para un incursión encubierta sobre el pueblo sirio. Por otra parte Qatar ha afirmado que ayudaría a los “rebeldes” sirios para luchar contra las fuerzas de Assad. Inglaterra por su parte jugará el mismo papel que desempeñó en Libia. Por ahí la ONU sacará otra risible resolución consistente en no permitir un ataque terrestre a las tropas sirias, pero después, sigilosamente ordenará el bombardeo aéreo y terrestre de la OTAN lo cual viene a darle “legitimidad” a la agresión sionista e imperialista.
¿A qué se deberán estas sistemáticas agresiones en contra de estos pueblos? Sencillamente esto tiene que ver con la crisis que vive el imperialismo en relación al petróleo. Los Estados Unidos están careciendo cada vez más de petróleo porque son una enorme sociedad de consumo, e Israel como su socio principal en el Oriente Próximo también tienen sus intereses territoriales expansionistas. Israel ha jurado acabar con el indefenso pueblo palestino, ellos quieren apoderarse de todos los territorios palestinos. La amenaza israelí en la zona es de poner a temblar a cualquier país vecino, porque es de acodarse que los sionistas tienen armas de destrucción masivas; pero con la única amenaza con la que se enfrenta Israel es con Irán, porque los iraníes tienen potentes misiles que llegarían hasta Tel Aviv, de ahí el interés de Israel de ser el satélite norteamericano en la zona, por ello su enorme interés de ir cercando a Irán mediante una invasión a Siria y al Líbano.
Recordemos que Beirut ya se enfrentó en años pasados a Israel y, aunque Líbano resultó perdedor ya conoce ciertas estrategias sionistas; por ello es de vital importancia para los israelíes acabar con el régimen Sirio y con Hezbolá, para ir suavizando al Teherán y que no preste tanta fuerza a la hora de la inminente invasión. Como hemos de repetir, es de estar pendiente a las reacciones que puedan presentar Rusia y China quienes están en contra de una invasión a Irán.
¿Qué futuro les espera a esos pueblos que ya ven caer misiles sobre sus viviendas? ¿Cuál será el próximo objetivo militar del imperialismo norteamericano? ¿Será Venezuela o Cuba? ¿Cuál será la reacción de Venezuela ante una invasión en contra de Irán? Estos interrogantes resultan oportunos en esta época, pero muchos de ellos son difíciles de contestar.
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