Con la firma
de un convenio entre el Gobierno Plurinacional y la dirección
de los indígenas marchistas que llegaron a la ciudad de la Paz, después
de más de 60 días de caminata, reclamando en principio la no ejecución
de un tramo de la carretera que debería pasar por la reserva del Parque
Isiboro Sécure, y que luego de difíciles negociaciones sin ningún
resultado, entre la que hubo el secuestro y vejamen del Canciller
de la República, por parte de los marchistas y una represión policial
a la misma. Teóricamente el conflicto ha sido solucionado, habrá la
carretera, (exigencia de amplios sectores del país indígenas
y no indígenas) pero no deberá pasar por el parque en cuestión, con
lo que todos estamos de pleno acuerdo.
Esta marcha,
que comenzó sólo con la reivindicación de un punto en su justo
reclamo, terminó exigiendo en el transcurso de la misma 16 reivindicaciones,
se apoyo en la derecha que no desperdicia la ocasión para desestabilizar
al gobierno y algunos sectores de resentidos, y en el oportunismo de
alguna dirigencia comprometida con intereses políticos personales,
y cuando creyeron que esta reclamación justa, podría haber desencadenado
una ola de desestabilización en vista a las cuestionadas elecciones
judiciales, por parte de la derecha boliviana, aumentaron sus exigencias.
La marcha llegó
a su destino la ciudad de La Paz sede del Gobierno central, después
de que el pueblo en elecciones limpias y democráticas ya
había dado su palabra en las urnas rechazando una vez más las pretensiones
derechistas de sabotear dichas elecciones para elegir al poder electoral.
El principal
argumento de la dirigencia de la marcha y sus “asesores” era
el daño ecológico en el tramo que ocuparía esa carretera al pasar
por el parque. Argumentación totalmente valida.
Sin embargo
el gobierno no tuvo la capacidad de información de dar a conocer
lo que significaba esa carretera para los mismos habitantes de la zona
totalmente abandonados a su suerte, este desconocimiento de lo que significa
el potencial no solamente ecológico, sino económico del Parque Isiboro
Sécure (TIPNIS), para la mayoría del pueblo boliviano, sirvió para
que los interesados en que esa carretera no pase por sus territorios,
a difundir utilizando todo el aparto mediático de la empresa privada,
que en forma totalmente sospechosa, ahora defendían no sólo el territorio,
sino a los indígenas con la argumentación política de que lo que
“Evo quiere esa carretera, para que haya una vía expedita
y los cocaleros del Chapare, vayan a sembrar más coca”, argumento
cobarde y sensible para el pueblo boliviano, ya que esa consigna es
típicamente norteamericana, para insistir de que el gobierno boliviano,
no colabora en la lucha contra el cultivo indiscriminado de la hoja
de coca y contra el narcotráfico.
Cuando los
marchistas llegaron a la Ciudad de La Paz, recibieron una cálida bienvenida
y solidaridad de gente que aplaudió su sacrificio, la dirigencia
y sus “asesores” leyeron e interpretaron mal ese apoyo y de forma
petulante, se dieron el lujo de rechazar reuniones inmediatas, para
discutir el problema, inclusive, negándose a asistir a la Vicepresidencia
de la Republica con la asistencia del Primer Mandatario, ellos querían
(los dirigentes) dialogar en el Palacio de Gobierno, inclusive en ese
ínterin, algún dirigente pidió la renuncia de Evo Morales, y algún
barullo en la plaza murillo, haciendo apología de un delito, evocaba
el echo del colgamiento del Presidente Villarroel, quien en el año
1945, fue elegido Presidente Constitucional por un periodo de 6 años,
y en su mandato dicto decretos y leyes, como reconocimiento a
los sindicatos, la abolición permanente del ponguaje y mitaje y otras
a favor de los indígenas.
En el año
1946 fue asesinado por una turba en el Palacio de gobierno y luego junto
a sus colaboradores y a uno de sus edecanes, Waldo Ballivian, (padre
del estimado amigo don Jerjes Ballivian) fueron colgados en los faroles
que se encuentran al frente del Palacio de Gobierno. ¿Lo mismo quería
alguna dirigencia e infiltrados en los marchistas, para Evo Morales?,
tiraron mal su taba, como dicen en mi pueblo, los paceños no apoyarían
esa clase de barbaridad y menos si no es un vende patria como no lo
fue tampoco el Presidente mártir Gualberto Villarroel.
Antes de iniciarse
el dialogo, el Presidente Morales, vetó una ley corta sobre el
TIPNIS, donde se estipulaba que previo debería haber una consulta,
sobre la construcción de esa carretera por el tipnis. El veto consistía
en prohibir decididamente la construcción de la mencionada carretera
por el territorio indígena, y declarando al Parque Isiboro Sécure,
como reserva intangible, y el rechazó a cualquier avasallamiento o
invasiones, extrañas en ese territorio indígena (esto era lo que los
marchistas exigieron desde el principio). Esta actitud del Presidente
obligó a la dirección de los marchistas acudir al dialogó pues así
se daba punto final a la controversia que hasta ese momento estaba sirviendo
para todo, menos para tratar de buscar una solución al conflicto.
Cuando en la
Asamblea Legislativa Plurinacional se debatía el veto del Presidente
y sus respectivas observaciones, diputados de los indígenas marchistas,
sorpresivamente solicitaron cambiar el término de “intangible”,
pues era muy determinante, a que nadie toque ese territorio, aduciendo
de que hay algunos proyectos sustentables, además los vecinos deben
aprovechar, para su sobrevivencia todas las bondades de su territorio,
etc. indiscutiblemente correcta la posición. El gobierno a través
de sus representante en la Asamblea, respondió que de acuerdo a la
ley, un veto Presidencial o se rechaza o sea aprueba no se puede modificar,
lo que si debe contemplar el pedido de los vecinos del Tipnis, será
reflejado en los reglamentos de dicha ley en forma consensuada con los
interesados.
Sobre este
mismo debate, El Vicepresidente de la Republica, que es el Presidente
nato de la Asamblea Legislativa Plurinacional, antes de la votación
de dicha ley, denunció que en el TIPNIS, hay empresas
privadas que cada una de ellas tiene una concesión de explotación
maderera de 35 mil a cuarenta mil hectáreas cada una, otorgada en gobiernos
anteriores y además algún proyecto turístico a empresarios extranjeros.
El Vicepresidente, dijo no conocer antes lo que allí estaba denunciando,
y no dio más detalles y luego procedió a la votación cuyo resultado
fue por más del dos tercio de los votos de los Asambleístas.
¿Los Habitantes
del TIPNIS, o sus dirigentes conocían esta barbaridad?, esta depredación
maderera, de miles de hectáreas, superior con mucho más a las hectáreas
que debería ocasionar la construcción de esa carretera.
¿Acaso detrás
de los marchistas se ocultaban los intereses de los empresarios madereros?
Surgen muchas preguntas. Esperamos que el gobierno tenga la suficiente
seriedad y el deber de dar a conocer todo esto al país y al mundo,
para así conocer más de nuestras reservas forestales y sus depredadores,
sus cómplices y los tontos útiles por conveniencia o por omisión,
que con el pretexto de defender sus intereses, defienden intereses,
de una burguesía saqueadora de los recursos naturales y sin ni
siquiera pagar los tributos al Estado.
El gobierno
debe revertir esas concesiones madereras en el TIPNIS de inmediato,
así como revisar cualquier otro proyecto que pretenda favorecer
intereses foráneos en desmedro de sus habitantes.
En el TIPNIS,
no debe ni sembrarse coca, ni que atraviesen carreteras, pero
tampoco, ningún tipo de depredación de la naturaleza, ni animal, vegetal
o mineral, tendrá que seguir siendo una reserva del pueblo boliviano
todo. Es responsabilidad de sus custodios principales sus habitantes
y de las autoridades.
(*)Ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)
josejustinianol@hotmail.com