Obama no haya a quien lanzarle la papa caliente

Es dramático y peligroso ver a un grandulón en apuros y peor cuando se sabe que acostumbra malas artes. En esas circunstancias pierde todas las referencias con la realidad y comienzan los artificios del mundo del absurdo. En estas eventualidades es difícil mantener la sindéresis porque, la fiera, más allá de todos los controles, anula la remota posibilidad de aproximación a la ética y se embadurna de inmoralidad y bajeza.

El mundo no repuesto aun del estupor, de la rabia y del dolor por la trapisonda cometida por los Estados Unidos de Norteamérica en Irak, está presenciando cómo los mismos pillos van tejiendo una urdimbre de falacias para implicar a Irán por la supuesta fabricación de armas nucleares.

Ante la irracionalidad son inútiles los argumentos racionales. Ilusos quienes han creído que los informes técnicos de la AIE, sobre la inexistencia de evidencias que orienten el uso de materiales radiactivos para la fabricación de armas por parte del gobierno iraní, sean suficientes para disuadir al necio que pretende gobernar el mundo. Inventen lo que inventen es imposible disimular que las razones de inculpar a Irán en cualquier ficción morbosa son las mismas que han llenado de miseria al pueblo de Irak, las mismas que hacen sangrar al pueblo Libio y las mismas que apuntan hacia Venezuela cuando nos llegue el turno.

Para el pueblo norteamericano debe ser vergonzoso que en muchas partes del planeta se pisotee su bandera, se les grite “gringo go home”, se les llene de improperios y desprecios cargados de rencor y se les augure el peor de los destinos. Funcionan en la actualidad dos realidades en ese país. Por un lado la morbosidad monstruosa de los dirigentes del gobierno y por otro la conciencia del pueblo que reclama justicia, trabajo, vivienda, detener el armamentismo y controlar la corrupción. El estatus imperante que masacró al pueblo irakí con la mentira de que en este país se fabricaban armas de destrucción masiva que amenazaban la seguridad estadounidense, no titubeó mediante George Bush hijo en justificar el adefesio con el asesinato de más de dos mil ciudadanos norteamericanos en el macabro derribamiento de las torres gemelas. Por el mismo absurdo asesina en Afganistán al pueblo inerme buscando a los terroristas cuando se sabe que se encuentran incrustados en el propio gobierno gringo, y les ha alcanzado la falacia para ir a buscarlos en Libia.

Absurdo superlativo es la nueva ficción llena de culebreos incoherentes sobre el complot para asesinar al Embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos por parte del gobierno de Irán. El vicio insaciable de justificar con sangre sus torpezas traslada los parapetos para alterar aún más el equilibrio precario de la región del Medio Oriente. La cándida mentira burda, no se la tragan ni ellos mismos. Hacen uso de la OTAN, de la ONU y de cuanta instancia internacional exista para imponer la verdad de sus mentiras. Obama, con los colmillos aún ensangrentados con el sacrificio impuesto al pueblo libio pretende hincarlos esta vez en la nación iraní. La verdad es que en su desespero, es impotente para enfrentar la grave crisis energética que los aniquila, la crisis mundial del capitalismo financiero, el pantano de las guerras en Irak, Afganistán y Libia y el inesperado levantamiento del propio pueblo norteamericano cuyo descontento llegó a límites intolerables. Pretende el equilibrista de la casa blanca, casa de asesinos, lavar con la sangre del pueblo de Irán la sangre que tendrá que derramar el propio pueblo estadounidense en defensa de unos derechos mínimos que permitan padecer el sueño americano. Tapar un absurdo con otro, secuencia diabólica interminable, es propio de malhechores en la peor de las encrucijadas de sus patrañas.

No demoran en instaurar sanciones a los países que negocien con Irán porque esto atenta contra la seguridad de Estados Unidos. Advertidos, sabemos perfectamente lo que esto significará. En Venezuela debemos continuar preparándonos para la defensa de la soberanía nacional con las armas de la patria, eventualidad que pudiera sobrevenir mucho más temprano de lo que nos imaginamos.

mavet456@cantv.net


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