Libia y la guerra del caos

1.- Existen diferencias significativas en la izquierda, a escala mundial, respecto a lo que podemos llamar la cuestión libia.

Desde determinada posición y principios políticos, se apela a una estrategia de presentación de tales diferencias, de tan crucial disenso, en la figura de un absoluto parteaguas: defender o no Gadafi.

Desde esta posición reduccionista, se hace posible sostener que la propuesta de una “Comisión de Paz” que impida la continuidad de la guerra civil en Libia, es apoyar “al régimen” de Gadafi. Esto es, que Chávez apoya a un “dictador”. Para que no exista dudas al respecto: “En este sentido, la política del gobierno de Hugo Chávez no es aceptable”. Igualmente, los alertas de Fidel Castro sobre la posibilidad de que la OTAN invada a Libia son considerados como un espaldarazo a Gadafi

Tal reduccionismo, para nada, no es  “baladí”.

La izquierda que postula la caída, la derrota y el fin de Gadafi, sostiene que la prioridad de la verdadera y legitima izquierda es apoyar “seria y sistemáticamente a nuestros verdaderos aliados”. Se impone la pregunta:

Postular y defender una propuesta de Paz, luchar por impedir que la estrategia de la guerra del caos lacere la vida del pueblo libio, ¿no es apoyar “seria y sistemáticamente a nuestros verdaderos aliados”?

2.- En la cuestión libia está pesando, con fuerza y rigor, la estrategia de la guerra del caos, la doctrina del Shokc, como prefiere Naomi Klein. Todas las revoluciones o movimientos revolucionarios actuales contra el capital, pasan por derrotar la estrategia imperialista de la guerra del caos, la violencia fría de la elite imperial,  las expediciones militares organizadas por la OTAN y los ejércitos privados de los detritos de Davos.

3.- No estamos en el tiempo de la paz imperfecta: asistimos al mundo de la desregulación de la guerra, de la geopolítica del caos.

El capital se torna supremacista, de la mano de la segunda oleada neoliberal e intentando instalar su poder único, absoluto. Los señores matanzas han reemplazado la bipolaridad Este-Oeste, o de la Guerra Fría, por el mundo caótico regido por un régimen totalitario, guerrerista y antidemocrático.

En ese contexto los pueblos del mundo, las luchas populares y los gobiernos revolucionarios baten el cobre.

El mundo monopolar depredador de la naturaleza, productor en extremo de pobreza y miseria, generador de exclusiones sociales y políticas masivas, y de la guerra permanente, exige de los luchadores sociales, de la gente de izquierda o socialista, una estrategia revolucionaria-anticapitalista.

Esta estrategia apremia, es urgente.

4.-  Las rebeliones en África forman parte o están articuladas a ese malestar radical, a escala mundial, contra el capital: la crisis sistémica del capitalismo está vigente, y la dosis de barbarie que contiene la segunda oleada neoliberal, ha colocado en serio peligro la estrategia de sobrevivencia del sistema, cada vez más carente de credibilidad y legitimidad.

La estrategia de sobrevivencia del capital se basa en el miedo, miedo al que tiene otro color de piel, otra religión, otra cultura; miedo al desempleado, al inmigrante, al extranjero. En fin, miedo al diferente, al otro. Es la uniformización de la política, de la cultura, de todas las expresiones humanas y su reduccionismo  lo que representa la mentalidad del Tea Party, de las elites desafiliadas y neofascistas. Se trata de que los pueblos se sometan a la doctrina de seguridad. La seguridad es la prioridad. Ello conduce a la violencia, a la persecución política, a la justificación de la tortura y la violación de los derechos humanos. Esta es la oleada de terrorismo  que avanza en el mundo. Tenemos el deber de impedir que triunfe.

Estamos en, asistimos a una rebelión contra el capital. Y los sujetos del capital activan una política con un doble desempeño. En el caso de las rebeliones de los pueblos africanos, el primer desempeño es más que obvio: reconducir u orientar la lucha y las alternativas políticas por el carril de la democracia liberal y la economía de mercado. Tal como lo afirma Alain Badiou: a los pueblos africanos intentan seducirlos con la fantasía del horizonte político típico del modo de vida occidental,  con las normas y regulaciones del capital.

5.- El segundo desempeño es, desde la Thatcher y Reagan, tal como ya he puntualizado, la estrategia global de la guerra: Estados Unidos y la Unión Europea desarrollan, como un componente esencial de la barbarie neoliberal, un “polo productivo” fundamentado en la guerra a escala global: en el control militar de la vida en el planeta Tierra. Esta es la condición básica que exige la supervivencia del capital.

6.- La guerra del caos se desarrolla con fuerza en Eurasia, África y el Oriente Medio por el control del petróleo, agua y biodiversidad: los conflictos políticos, las luchas populares y obreras, a escala mundial, están articulados con la guerra permanente de la elite imperial.

Las luchas de los pueblos están confrontadas con las potencias capitalistas que “fabrican” guerras civiles, financian guerras religiosas y étnicas para consolidar su control militar y la geopolítica del caos

7.- En ese escenario, para los pueblos del mundo y los gobiernos revolucionarios, es insoslayable el ejercicio de una política de paz, el ejercicio de la soberanía que impida el tutelaje imperialista y colonial, así como la solución política, pacífica de sus conflictos internos.

8.- Las rebeliones populares, la “ola revolucionaria” del continente africano pretende ser cabalgada por el eje Estados Unidos/Unión Europea. A la causa endógena de los movimientos democráticos y revolucionarios, a las razones internas de los conflictos sociales políticos y militares (el caso de Libia, por ejemplo) es demasiado pertinente consolidar la gravitación de la intervención política de las potencias capitalistas, y particularmente de la OTAN y los ejércitos privados.

9.- La guerra civil en Libia, no demanda o exige de propuestas políticas o de “solidaridades” que la potencien; y menos aun que un gobierno revolucionario asuma la política de promoverla.

10.- A contrapelo de todo tutelaje, líderes de la rebelión libia rechazan toda intervención militar extranjera: mirándose en el espejo de Yugoslavia, Kosovo, Irak y Haiti, proclaman abiertamente “no deseamos seguir el mismo camino”

11.- En correspondencia con las potencias capitalistas, la guerra del caos y el agudizamiento de la guerra civil libia, sectores de la oposición libia han solicitado y solicitan al poder global: intervención militar,  suministros de armas, información de inteligencia y bombardeos aéreos. El poder global está listo para esta intervención, ya que  forma parte de su caos global, de su guerra sin normas (nada de regulaciones sobre los prisioneros, sobre el uso de armamento y menos aún responsabilidad, por las acciones de sus mandos militares y soldados)

12.- La guerra del caos propia del mundo neoliberal totalitario redefine la política del enemigo: basta con una ligera lectura de la “Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidas, para asimilar de que se trata: poder militar absoluto de USA; todo enemigo proclamado por el Pentágono o la Casa Blanca es antidemocrático, fundamentalista étnico y/o religioso o socialista pasado de moda; y el poder militar americano tiene el derecho autoasignado, a escala mundial, de actuar unilateralmente.

La ideología cínica del capitalismo tardío es exactamente: los pueblos del mundo sólo tienen la opción de optar por la barbarie liberal, por la democracia represiva y guerrerista que ya hizo su elección.

Para el mundo del capital, para la lógica del capital, ya no hay límites éticos o políticos: partidos neofacistas participan y son claves en diferentes gobiernos de Estados Unidos Europa Occidental, el Tie Party es un registro en ese mismo sentido:

¿Desde Sarajevo que puede extrañar?

Desde 1992 a 1995 esa pequeña ciudad fue sitiada, bombardeada y atacada sistemáticamente, cotidianamente. El estado de sitio, sin justificación alguna desde el punto de vista militar, comenzó de la mano de una ilusión: una operación militar de corto alcance y poca duración.

El bombardeo de la OTAN a Yugoslavia, violación de la soberanía estatal de por medio, es un lacerante y repudiable suceso: una fuerte intervención militar para asegurar los intereses estratégicos de Occidente, del capital: así es el mundo impresentable del capital internacional y del poder global.

Gaza, Irak, Afganistan y Pakistan: ¿qué puede extrañar?

13.- La izquierda, los gobiernos revolucionarios están obligados a pensar como confrontar y derrotar la guerra del caos y la Doctrina del Shock: al capitalismo del desastre. Ubicados allí, hay que desmarcarse de su chantaje intimidatorio y persuasivo.

El dilema no es, ciertamente, que el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Tampoco es  el chantaje, de que si estamos contra la intervención militar imperialista,  entonces se apoya al dictador (cualquier dictador) que encarna el mal.

Ni falso dilema, ni chantaje.

14.- Está demostrado hasta la saciedad, está suficientemente documentado que los gobiernos totalitarios y dictatoriales, no están confrontados con la guerra del caos: están articulados al poder global del Capital que tiene asiento en el mundo de los ricos y señores matanzas de Davos. Los gobiernos totalitarios y dictatoriales, y sus crisis, son  síntomas que ponen de  manifiesto los intereses estratégicos del poder global.

15.- La izquierda, los movimientos y gobiernos revolucionarios, no se pueden mimetizar en la lucha de Occidente, del capital, contra los dictadores y déspotas de siempre. Tiene que estar claro que las potencias capitalistas, el mundo occidental no combaten militar y políticamente, por ejemplo contra Murabak o Bin Landen. Todos sabemos el contenido de esa ideología cínica: la lucha del poder global es contra el pueblo griego, venezolano, francés, palestino, libio, irlandés, tunecino, hondureño, griego, egipcio…

16.- La resuelta posición de luchar contra las invasiones y la guerra del caos significa construir movimientos políticos fuertes que derroten táctica y estratégicamente al poder global e ilimitado del capital.

La guerra del caos tiene por efecto inmediato la victimización segura de las naciones y pueblos invadidos: ayudar a Libia, Afganistan, Haiti, Iran, Pakistan, Honduras, Kosovo, Yogoslavia (nunca a Palestina), contra los malos; y significa siempre la figura de protectorados de la OTAN (nunca pueblos libres y soberanos) La víctima de “los malos” es (seguro, sin margen de error) el pueblo martirizado por la OTAN y los ejércitos privados.

Hay que salir de ese circuito.

Hay que afirmar una política anticapitalista, la esperanza radical de izquierda que confronte y derrote el racismo, la xenofobia, la exclusión y explotación, la militarización de la política y la actual oleada neoliberal.

Hay que combatir con coherencia revolucionaria para que la crisis sistémica del capitalismo no redunde en la consolidación de la ideología del capitalismo tardío: el Tea Party, el avance del proyecto de Le Pen en Francia y del Partido Popular en España, y los gobiernos de Santos y Piñera, vislumbran de que se trata

Existe el peligro real de que la crisis sistémica del capitalismo sea reconducida por el poder global. Efectivamente, como ha puesto en evidencia (al detalle, con registro exhaustivo), por Naomi Klein: el libre mercado, la democracia liberal, durante las últimas cuatro décadas, no es más que la historia de la política terrorista que allana el camino al Consenso de Washington y la barbarie capitalista. El capitalismo global impone su agenda mediante “La doctrina del Shock y la guerra del caos.

Ya lo sabemos. Desde hace tiempo lo padecemos y desde entonces luchamos y resistimos: el libre mercado, el capitalismo tardío, funcionan sobre la base de altas dosis de violencia, y estas altas dosis de violencia de todo tipo, dimensión y escala. Wisconsin, en el propio corazón del imperio: esto es la Tatcher y Reagan, Bush, Soros, Davos, no cabe la duda.

17.- La cuestión libia, la solución política del conflicto tiene que ser asumida con el sentido de: defensa irrestricta del derecho del pueblo libio a decidir, soberanamente, su destino; acciones políticas que aseguren impedir la invasión militar de la OTAN y los ejércitos privados; y postular propuestas de paz, tal como la presentada por el presidente Chávez y el ALBA, propuestas que garanticen el fin inmediato de la guerra civil y la no intervención de la OTAN

Es insoslayable detener, finalizar la guerra civil en Libia y establecer las condiciones de la paz inmediata, de la defensa del derecho a la vida e impedir la continuidad y prolongación de la guerra por expediciones militares organizadas por la elite imperial

¡Ni guerra civil ni intervención militar!

18.- Las rebeliones populares no pueden articularse con el plan imperial de recomponer su estructura de dominación en África,  el Medio Oriente y en el mundo.

La segunda oleada neoliberal avanza soslayando, destruyendo las soberanías nacionales, la autonomía de los pueblos y consolidando la pobreza y miseria en el mundo: violencia desbocada que no se oculta. La ideología cínica es, en la actualidad, un contenido básico del capitalismo tardío; cinismo y violencia que exige de más violencia y más cinismo: barbarie capitalista, esa espina en la garganta de los pueblos del mundo.

El crecimiento exponencial de los gastos militares en EEUU/UE y la privatización de la guerra es el registro incuestionable de la oleada totalitaria  que recorre el mundo. La OTAN es el brazo armado de la geopolítica neoliberal: barbarie capitalista,  militarización de la política y las relaciones internacionales.

La desestabilización, pautada desde los centros del poder global, de la Revolución Bolivariana, nos indica que debemos hacernos cargo del marco geoestratégico de nuestro proceso, y desde allí desplegar todas nuestra fuerzas y potenciar nuestras posibilidades

19.- La ultrapolítica, la desaparición total del ellos y nosotros propia de la política, no es más que la imposición de un orden prepolítico absolutamente violento y guerrero. El poder global, no es más que una organización jerárquica y extremadamente violenta, belicista. Guerra y “odio a la democracia”, de eso se trata.

20.- La propuesta del Presidente Chávez, la idea de una “Comisión Mediadora” para asegurar que el pueblo libio decida soberanamente, sin intervención extranjera, es postular la paz como una condición indispensable para asegurar la liberación de los pueblos y la derrota, por lo tanto, de  la militarización de la política y el odio a la democracia.

El imperio, la elite imperial, los mandos militares de la OTAN, efectivamente pueden ser confrontados por una estrategia orientada a consolidar posibilidades reales de la solución pacífica de los conflictos nacionales e internacionales.

El ataque militar israelí al buque “Mavi Marmara” es suficientemente demostrativo de que hablamos, ya que evidencia las debilidades de la ultrapolítica y el terrorismo del poder global.

Movimientos nacionales e internacionales por la paz, ciertamente, tienen la potencia revolucionaria para deslegitimar el poder global.

La guerra del pueblo de Vietnam, también demuestra, como la movilización política de los pueblos puede asegurar la derrota de los imperios y la intervención militar.

21.- En Libia puede producirse la destrucción, la devastación que aconteció en Yugoslavia. Peligro cada vez más real, si se hace efectiva la zona de “exclusión aérea” (exigida, también, por sectores opositores a Gadafi); y sobre todo si la OTAN interviene. El desarrollo de la guerra civil, con su carga de destrucción y muerte, corroe los lazos sociales, comunitarios y de vida del pueblo libio. La paz, la terca paz es la opción para la vida. Como dijo el Gabo: “Es la vida más que la muerte, la que no tiene límites.”

Ubicados ante  la tabla rasa de la guerra del caos, hay que asumir que la lucha contra la guerra es una práctica política revolucionaria: la guerra del poder global, la guerra del caos no es nuestra guerra. Desde Clausewits está claro que la guerra se desboca, adquiere autonomía destructiva, se transforma en guerra pura, si la política no la derrota. Avancemos pues en derrotar la disuasión de la guerra del caos a través del ejercicio de la política de los pueblos.


fclugo50@gmail.com


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Francisco Cedeño Lugo


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