El carnaval brasilero y su intervención mediática

Me acuerdo que el periodista Eleazar Díaz Rangel por el medio del a ño evocaba, en sus líneas del periódico Últimas Noticias, palabras de Arturo Pietri Uslar quien, por los años 60 advierte sobre las intervenciones de que eran capaces las empresas privadas sobre la “opinión pública” de los que oían, veían o leían noticas, reportajes, informaciones, todo tipo de noticias que solo contribuía para moldear las personas-objecto de ese maneo tramposo (manipulación), de conformidad con los intereses, por supuesto, de las denominadas “libres empresas”. Pero, en Brasil de los 30 del nacionalista Getúlio Vargas, a través de su ministro Francisco Campos (también atendiendo por el nombre de “Chico Campos” o “Chico ciência”) ya se había visto el peligro del ascenso de ese fenómeno espoliativo general presentable en cada país nuestro, bien puesto por usted al tildarlo de “latifúndio mediático”, el cual penetra con fuerza anticipadora sobre las acorradas víctimas habitantes de la ciudad expulsadas del campo (donde se reventa el latifúndio impune y sin pecado). 

Traduzco las palabras del ministro en un período de Brasil que se encontraba en busca de su identidad: “Pues, la Pensa dominada económicamente por interés privado se pone fatalmente al servicio de esos intereses en función de influir sobre la opinión pública (también llamada por los venezolanos de “matriz mediática”), porque lo que aquellos intereses tienen en vista, por la via de la Pensa, es justamente su presentación bajo la forma ou la apariencia de interés público” -y decir además que es parte de su “naturaleza económica”, como empresa capitalista, el hecho de obrar así. “La verdad -continúa C. Campos- es que la Prensa es una agencia pública o un Poder Público controlado exclusivamente por el interés privado. Envés de estar sujeta a um control público, la Prensa controla no solamente el Gobierno pero también el público em general”. Permitan que siga citando a uno de los artífices del “Estado Nacional” o “Estado Novo” de 1937, que garantizó muchísimas victorias populares al país, a pesar de esse ministro ceder en su viejez a los dictámenes de la dictadura militar monopolista de 1964 (tal vez para mantener el “shampoo” de sus nietos). Pregunta C.C. por la acasión:” ¿ Qué es empero la opinión pública? ¿ Cómo se forma y se orienta? Por supuesto que la opinión pública no es hecha de generación espontânea, tampoco el resultado de libre actividad de la razón pura o la suma de opiniones de muchos espíritus racionales, funcionando en un medio neutral o indiferente” -cuando desentraña los elementos de esa armazón nada popular: “Detrás de la opinión pública están los ardides mecânicos que la fabrian en gran escala. Los poderosos instrumentos de propaganda, todos ellos de propiedad privada, pueden a todo momento soplar el viento de la opinión pública en el sentido de los intereses que controlan. La opinión pública tiende, cada vez más, a volverse la expresión de las opiniones o de los intereses de um peque ñ o número de personalidades, de agencias de publicidad o de grupos más o menos numerosos de empresas de industrias e de comercio”.

Como en Venezuela, Brasil enfrenta un despliegue de fuerzas no populares en sus modales intermédios difíciles de ser llavados en cuenta o de ser percibidos. Realmente, ellas actúan muy favorablemente en término de “reflexo condicionado”, como dijo Fidel, transferido al hombre de las calles brasileras desde las secciones religosas, del colonialismo português, inglês e yanque, para sancionarlo a más no poder.

Desde 1965, la empresa de televisón la “Globo” y sus demás representaciones de otros canales de radio y televisión, actúa con total complicidad para suministrar forma y regular la cabeza del hombre del país en su todo. En ese sentido, busca forjar números y verbos para donarlos al país; reconducir peque ñ os “reyes” a sus truenos ( es um país harto de reyes: “rey de la joven guardia”, “rey del fútbol”; sin embargo, no se encuentra un “rey del samba” puesto estar muy horizontalizada la gente fanática del samba del país (los negros y mulatos forman uma gran nación) o forjar la más grande desconfianza a un gobernante y tumbarlo ( como se revela la campa ña abierta y descarada contra Muammar al Kadafi, Chávez o a Cuba de Fidel).

Fue em este carnaval que una escuela de samba, la “Beija-flor”, salió con el respaldo al nombre de Roberto Carlos, “el rey”, como se dice: “...para la obediencia y felicidad de súbditos”, de conformidad con un locutor de la Globo.

(todo nuestro sentimiento por la desaparición de Lina Ron y Alberto Granado: dos gigantes de la revolución latinoamericana y mundial.)

Vitória (ES), 09 de marzo de 2011

jolivpw@yahoo.com.br



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