El dedo en la llaga

Yacuiba Avanza

Es el slogan que machaconamente se publica en las diversas iniciativas de propaganda del Gobierno Municipal, que se difunde en espacios mediáticos contratados, pero un análisis ligero y leve demuestra que la propaganda no coincide mínimamente con la realidad.

Aunque el verbo avanzar significa mover hacia adelante, progresar, mejorar en la acción, pero en nuestro caso hay algunos “avances” que en realidad significan retrocesos. Perdón por el oxímoron.

Veamos. Yacuiba (no el Gran Chaco), haciendo un cálculo redondo y rápido, ha recibido/absorbido casi 2.500 millones de Bolivianos de recursos de regalías y coparticipación tributaria y otros (Gobierno Municipal y Subgobernación) desde hace 10 años.

Si comparamos la realidad de hace 10 años con la actual, los cambios son fútiles y ligeros. Tantos recursos. ¿Dónde fueron a parar? No hay inversión en proyectos de impacto económico, social, etc. Pero si hay nuevos ricos. Políticos convertidos en nuevos ricos que sacaron su riqueza al exterior para preservar de los brazos de la justicia.

Las regalías se han convertido en cantera de nuevos ricos que fracasaron en su vida personal y en algunos casos, profesional. Pero tuvieron éxito en la política.

Desde que estuve en la Universidad, me dijeron que los alcaldes tienen ojos de cemento. Es verdad, pero añadiría que tienen adicción por lo superfluo, lo vistoso, lo encantador, no lo importante. Por eso se explica que gustan hacer pavimento, construcción y ahora la moda es hacer placitas.

Yacuiba y el Chaco no tienen visión de futuro, de desarrollo, de progreso. No tiene perspectiva, no tienen un derrotero que indique hacia donde esta os yendo, hacia donde nos movemos. Todo se hace de manera improvisada. Por eso estamos así. Si saber dónde vamos.

Hay un viejo ejemplo que uso siempre en mis clases o conferencias. Cuando Alicia (De Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carroll) estaba extraviada en el bosque, le pregunta al conejo si estaba yendo en el camino correcto, éste le pregunta ¿hacia dónde vas Alicia? Ella sin dudar dice: No sé. Cuando uno no sabe dónde va, cualquier camino es bueno o cuando uno no sabe a dónde va, no sabe a dónde llega.

Así esta desgraciadamente Yacuiba. No sabe a dónde va. Las autoridades son muy eficientes en el gasto, pero no en la inversión, no en el desarrollo. Son muy eficientes para maquillar, barnizar la ciudad, pero no para resolver sus grandes y postergados problemas.

Hoy el alcalde ha destacado que es muy diligente en el gasto público revelando cifras porcentuales de la ejecución de del 2010. La pregunta es, si la millonaria cantidad de recursos gastado responden a políticas públicas y ha causado efecto positivo y favorable en la vida de la gente.

Si comparamos los odiosos números/cifras sobre algunas informaciones que se oculta deliberadamente nos damos cuenta que la realidad es otra a la publicitada. Informes del PNUD, INE, CEDLA demuestran que los cambios en desarrollo humano (educación, salud, servicios básicos), económico, agropecuario, pecuario, empleo, seguridad ciudadana, empleo, no tuvieron evolución importante.

Hoy (04/03/11) el alcalde descargó munición pesada contra los médicos y trabajadores que aprobaron un voto resolutivo exigiendo que las autoridades (incluyendo a él) atiendan algunos proyectos paralizados de salud. Llego de La Paz de muy mal humor. Destiló veneno puro contra los médicos, que cometieron el atrevimiento de pedir que “todas” las autoridades atiendan los asuntos de salud.

Cuestionó duramente a los médicos que derivan los pacientes a otros nosocomios transportando en las ambulancias que en los últimos días sufrieron accidentes. Dijo que en algunos días hicieron cinco viajes, lo que causa la preocupación del alcalde.

Refiriéndose a las declaraciones de algunos médicos, dijo “Siempre hay profesionales que cuestionan y dicen barbaridades”. No gusta de los cuestionadores. Nunca le gustó de los críticos, es poco afectivo a la disidencia. Siempre reacciona visceralmente y con encono.

A mi juicio nuestro ilustre alcalde siempre expresa opiniones deleznables. Somos testigos de expresiones desafortunadas. Carlitos atraviesa una profunda crisis de sentido común. Sospechaba, pero ahora estoy convencido.

Los médicos cometieron el pecado de reclamar atención de las autoridades un poquito de atención a tema de salud. Hay muchas obras paralizadas y gestiones bloqueadas para resolver asuntos de salud, pero son eficientes, y logran consensos y unanimidad para aumentarse salarios en tiempo record.

Un periodista le hizo una entrevista anodina y trivial demostrando su reducción. Para mí es muy triste/amargo escuchar/ver/leer a periodistas amanuenses que no buscan la contraparte obligatoria/inexcusable de toda nota y se convierten en propagandistas de la autoridades. Esperar de algunos de nuestros periodistas cortesanos equilibrio en el tratamiento de la noticias es como extraer agua de las piedras.

Este tipo de acciones es la expresión del periodismo/periodista militante/amanuense/pasivo/insensible/ cómplice/ encubridor/ indiferente. Me desesperan los periodistas/periodismo genuflexo.

El periodismo oficialista, descaradamente oficialista. El periodismo no debería ser, ni oficialista ni de oposición. Es que hay periodistas que comparten la mesa del poder por sus vinculaciones contractuales y en la burocracia a través de consortes y parientes cercanos acomodados en puestos claves, por eso pierden el equilibrio y la equidad.

Toman coraje y elogian sin medias tintas a políticos mediocres, saltimbanquis, improvisados, producto de accidentes de la historia.

El periodista/periodismo por naturaleza es interpelador del poder, no propagandista, ni amanuense. Es el que busca sacar a la luz lo que está oculto, lo que el burócrata oculta deliberadamente. No el cómplice del funcionario publico.

Hay problemas muy serios que deben ser resueltos por las autoridades locales, pero que algunos de nuestros periodistas de manera cómplice no abordan los mismos, pero son muy prestos para hacer de cajas de resonancias de políticos mediocres.

La respuesta lógica al problema de la salud de Yacuiba es que no tenemos hospital de tercer nivel. El año 2009, el ex prefecto Mario Cossio en varias ocasiones de forma pública le ha pedido al alcalde actual que determine un terreno para la construcción de un hospital de Tercer Nivel para Yacuiba, incluso le envió una carta pero nunca hubo respuesta.

La salud es un tema que siempre fue manejada a la zaga. El programa Susat por razones políticas siempre ha sido objeto de boicot, cuando el beneficiado es el pobre, es el que no puede pagar atención en Salta o Santa Cruz como lo hacen nuestros nuevos ricos.

La respuesta es muy lógica y de sentido común. Para que no haya más traspaso de enfermos que no pueden ser atendidos en Yacuiba, se debe construir y equipar un Hospital de Tercer Nivel, como merece Yacuiba. Hay que dejar el maquillaje y el barniz y poner manos  a la obra a temas realmente importantes.

Yacuiba no tiene un centro de atención de salud mínimamente equipado para la cobertura de las múltiples necesidades de una ciudad que está a punto de pasar los 150.000 habitantes. Los pobres médicos tienen que hacer milagros para atender aunque sea en los pasillos a los enfermos. Hay que rezar de rodillas para que no se caiga el techo, porque hace poco la Alcaldía inauguró una ampliación del hospital, y a los pocos días se cayó el techo, y del quirófano.

Yacuiba no tiene un sistema de evacuación de las aguas de lluvia causando enorme perjuicios cuando llueve. Las calles se convierten en verdaderos ríos porque las misma no tienen sumideros. ¿Dónde se ha visto que se pavimentan (cemento) las calles y no se hacen las bocas de tormenta? Eso pasa en Yacuiba.

Nadie quiere poner mano a la obra al coronamiento del Aguaragüe. Todos sabemos cual es la solución a los problemas del anegamiento de Yacuiba cuando llueve, pero ninguna autoridad hace nada al respecto. ¿Será porque no es vistoso, o porque no esta en el centro de las calles?

Yacuiba no tiene un aparto productivo sólido que garantice movimiento económico después que pasen las regalías. Yacuiba tiene gran cantidad de potencialidades, pero que no son explotadas por falta de visión. Tiene la mala suerte de tener como autoridades a célebres mediocres.

Yacuiba no tiene un programa de seguridad ciudadana que encare este problema con seriedad y responsabilidad. Solo hay acciones dispersas cuando ocurre un hecho mediatizado que genera presión.

Yacuiba no tiene una visión de desarrollo que oriente su futuro y concentre inversiones, esfuerzos e ideas. Cada autoridad hace obras sólo para satisfacer su ego y para garantizar la próxima elección. No hay niveles de coordinación y planificación local.

Como dijo el alcalde hoy, lo importante es gastar el dinero. Yacuiba así avanza. (Yacuiba 04/03/11)

(*) Es un simple periodista.

 farfan2007@gmail.com



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