Hoyos cayó en el hoyo que Obama ordenó hacer a Uribe

Si existe entre los venezolanos grandes riquezas, la mayor de ellas no es precisamente la petrolera, sino su gran capacidad para hacer de los momentos un chiste o simplemente para aplicar con gran acierto, la ironía sobre los actos realizados por otros.

Es así como los burros se juntan para rascarse y a todo cochino gordo le llega su cochinero. Los hermanos colombianos no se quedan detrás al respecto, el asunto es que, por irónico que parezca los mejores inventores de chistes verdes (colorados para los venezolanos) en Colombia, no son precisamente aquellos personajes que cada fin de semana aparecen en cualquiera de los programas televisivos tratando de ganar sus cinco minutos de fama como contadores de chistes. Antes de llegar al fin de esta semana un personajillo, contó su chiste verde al amparo del Insulso consejo de seguridad de la Insulza OEA; el embajador colombiano Luis Alfonso Hoyos, característico el personajillo, todo un héroe de la épica homérica, no confundan, la referencia es a Homero Simpson, o más bien por su  lenguaje de mafioso y de pícaro, un verdadero personaje de la picaresca de Bocaccio, allí lo verde o si quiere, llámelo colorado; con un aderezo  verbal propio de aquel ejemplar inventado por Goethe,  Reineke el zorro (Pícaro y mentiroso).

Se rasgó las vestiduras y “apeló a la ética y la moral, dicen algunos, para  montar el show de la OEA contra Venezuela, exhibiendo un ridículo montaje de fotos sin identificación y de campamentos guerrilleros ubicados por  
coordenadas de mapas Google,” propio, muy propio de Reineke el zorro, tan convincente fue ese zorro de Goethe, que al final logró llevar a las gallinas a la zorrera sin que ellas lo advirtieran (lean a Reineke, que no se los voy a contar), llevó este Reineke a la gallina Insulza, secretario de la todavía viva organización o secretaría de colonias americanas a convocar al consejo de seguridad de esa secretaría para ofender la dignidad del pueblo que vió nacer a Bolívar y a quien Bolívar creo como pueblo.

No contó este adefesio político con Roy, rey de la pulcritud diplomática, propulsor entre otras cosas de la desaparición de esa tambaleante secretaría de colonias que es la OEA, no contó con la tajante demostración de altura en la defensa de los intereses de un pueblo donde nacen día a día cientos de miles de Bolívar y Sucres y Urdanetas y pueblo y pueblo y pueblos. No contó el personajillo y no pudo contar ni podrá hacerlo porque no tiene nada que contar, porque solo es la cara visible de aquel que a vísperas de ser un ciudadano común y corriente, no podrá salir jamás del otro lado de las fronteras de su casa, porque ya no le protegerá la inmunidad con la cual hasta ahora es protegido. Es mucho para el penado 82, pero ahora es cuando se hace más peligroso a pocos días de salir de la Casa de Nariño. Con tal de mantenerse en calidad de intocable es capaz de demoler a palos a los demás Santos del cuento gubernamental colombiano, hay desesperación en el pájaro bobo de los dibujos animados de ayer y de hoy.  Pero esa desesperación es la que hace hervir su odio santanderiano en contra del pueblo venezolano y muy especialmente su odio pigmeico porque eso es lo que siempre ha sido desde que Hugo Rafael Chávez frías le quita el sueño, un pigmeo, un enano político, el gran eunuco colombiano por cuanto nunca las utilizó porque no las tiene, para hacer de Colombia una tierra de paz, de justicia, de felicidad.

Ese pigmeo envió a su payaso a hacer el ridículo, el mismo que Condolezza Clinton le ordenó hacer siempre bajo la amenaza de “o lo haces o eres carne de extradición por solicitud del gobierno de las barras y las estrellas”, en algún sitio del infierno Pablo Escobar le estará esperando, mientras tanto, fue Hoyos quien cayó en el hoyo. ¿Y Obama?, muerto de risa.       

ocrendon@yahoo.es



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