Para Monseñor Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal, al ser entrevistado éste domingo por el periodista José Vicente Rangel en su programa "José Vicente Hoy" que trasmite Televen, fue enfático en sostener que definitivamente la iglesia es de Jesucristo, conducida por la guía del espíritu Santo quien estando en la tierra entregó su conducción a los hombres "… y a la iglesia pertenecemos todos los bautizados. Dentro de la iglesia por razones organizativas pero también por razones de la institución hay niveles como los ministerios y los servicios entre otros "
Para Moronta según las escrituras cualquier persona pueda hablar en nombre de Jesús. "Hay un hecho en el evangelio que dice que hay alguien que esta actuando en nombre tuyo y no es de los nuestros. Y le dice Jesús: déjalo." Incluso Ghandi sin ser cristiano utilizó el nombre del Cristo. Muchos,piensa el Obispo, hablan por Jesús desde la óptica religiosa, otros desde una dimensión de otro tipo. Lo lógico es que todo cristiano, sea católico o no católico, pueda trasparentar a Cristo a través de la fe. Allí –afirmó- radica la diferencia al momento de nombrarlo.
Consideró que no hay forma de excluir a nadie de la iglesia. La exclusión es un acto propio, solo en casos extremos por razones canónicas o heréticas. Cree que solo se trata de estar de acuerdo o en desacuerdo de criterios. "Pero uno no debe excluirse de la iglesia, una cosa es estar de acuerdo o en desacuerdo con algunos ministros o con algunos laicos también, porque la iglesia es para todos." Pidió evitar la exclusión, sino más bien dar los pasos para que el lenguaje de uno y de otros no nos separe.
Cree que dentro de la iglesia incluso hay diferencia de criterios tanto de carácter dogmático, de reflexiones, de oraciones y de pelear a veces con Dios. "Lo malo de pelear con Dios, es que él siempre va a ganar. Pero hay diversidad de opiniones, una de las cosas más importantes, de las características más resaltantes de la iglesia, es que a veces, por razones humanas, a veces por otros motivos, pero siempre por alguna debilidad humana de alguno de los miembros de la iglesia, es que esta permanece unida… Pero todos creemos en un mismo Dios, un solo bautismo una misma creencia".
Puede darse –afirmó- una dosis de fanatismo como también la presión de la circunstancia del momento a veces se siente, - no dice excluido de la iglesia – pero sí molesto porque alguien de la iglesia, no solo en el campo de lo político, sino en otros campos, haya cometido una falta o esté en desacuerdo con alguien. "No todos los de la iglesia estamos de acuerdo, lo importante es ver dos cosas: uno la fidelidad siempre a Dios de parte del creyente y la comunión que debe existir entre todos".
Para Moronta la comunión en la iglesia católica no significa uniformidad, ni servilismo, sino el acercamiento entre los hombres en el campo del diálogo. Igualmente la ética y la moral cristiana están fundadas en el principio del amor dado por Dios, que no significa pasión, sino fuerza.
"Este ha sido un poco el drama de la iglesia a través de la historia hacerle entender a la gente que la ética no es un principio abstracto, sino la aplicación de un principio existencial como es el amor como hecho contrario al odio…San Pablo nos dice que el odio hay que rechazarlo y que el amor todo lo puede y en eso nos dio el ejemplo el mismo Cristo de que hay que perdonar. Y perdonar es una de las cosas más difíciles por nuestra condición humana."
Cree que con el perdón se evitarían fanatismos, vehemencias, escisiones, odios, intimidaciones o discriminaciones tan odiosas en tantas partes del mundo
Vivimos en una democracia que amerita participación
Sobre el tema de la existencia de una dictadura en Venezuela, el Obispo de San Cristóbal instó a establecer dos distinciones: Lo que se puede pensar y lo que es en realidad y a demás las tentaciones que tenemos como seres humanos. "Aún el más santo de los santos, todos tenemos tentaciones de cualquier tipo".
"En este momento creo que estamos viviendo en una democracia con un proceso muy particular que amerita verdaderamente la reflexión de todos, la participación de todos en el diseño. (…) Tenemos la tentación todos de ir a cualquier situación. No solo este Gobierno sino cualquier Gobierno ha tenido la tentación de ser dictatoriales… cuando uno está en una situación como la que vivimos en la frontera donde hay secuestros y extorsión etc. Lo primero que uno pide es mano dura y mano dura sabemos que es el primer paso para una dictadura, lo que no significa que haya una mano firme y yo creo que en la medida en que se intensifique el diálogo entre todos, la participación de todos los factores no solamente políticos sino sociales, religiosos, las bases populares, las bases políticas y a todo nivel. En la medida que se intensifique el diálogo habrá menos tentaciones de una dictadura y de un Gobierno que pueda cercenar las libertades"
En momentos en que se plantea una reforma Constitucional, piensa que estamos en un momento de reafirmación de la democracia con cosas que tenemos que purificar, con aportes que tenemos que seguir dando y gestionar una visión del país que queremos.
"Una vez que recuperemos esa capacidad de mirar el país que todos queremos y sobre todo que todos participemos y que podamos de verdad, verdad, adelantar caminos, la tentación a la dictadura o a la tiranía como la queramos llamar es parte del reto (…) En estos momentos decir que no vivimos en una democracia, es iluso, ahora está la tentación y la tentación la tenemos todos incluyendo la oposición"
Está convencido que la iglesia ha dado su contribución, pero piensa que puede ir más lejos deslindando entre prejuicios y prevenciones tratando de llegar a la sintonía, cuando hay diálogo entre todos, no solo la iglesia sino todo los sectores del país. "Me va a disculpar la expresión – hay talibanes de uno y otro bando - sencillamente gente que busca sacar provecho. En río revuelto ganancia de pescadores. Estamos en un mundo de incomprensiones, de sectarismos, la única manera de derrotar, de mover ese muro, es a través del diálogo."
La palabra clave en estos momentos es "encuentro", es el aporte, sintonizarnos, que no significa abdicar uno frente al otro, sencillamente: escuchar – el que se encuentra se escucha – ver los puntos de acuerdo y analizar las prevenciones y caminar juntos. El diálogo significa construir la palabra a través de o junto con los demás. Escucharse e irse, eso no es diálogo, eso es audiencia. " La Conferencia Episcopal debe hacer el diálogo y puede hacerlo y tiene la capacidad para hacerlo. Y yo creo que si ha hecho el diálogo, con algunas dificultades y creo que tenemos la obligación de dar un paso más adelante, no solamente con el Gobierno, no solo con la oposición sino con todos los sectores".
Finalizó advirtiendo que la única parcela que no podemos excluir es el pueblo. "…yo no puedo dialogar en nombre del pueblo o a favor del pueblo si yo no me siento pueblo. No puedo hablar a favor del pueblo en la acera de enfrente. Es necesario y urgente abrir las puertas del encuentro".
