Del Capitalismo de Estado al Socialismo del Siglo XXI

La política económica de Venezuela desarrollada a partir del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007, ha tenido como objetivo central el fortalecimiento de la estructura productiva del país con miras a la construcción de una economía integrada y diversificada. En función de ello se identificaron sectores estratégicos en el diseño de la misma: energético, agroalimentario, industrias básicas y financiero. Las premisas de acción en lo económico propuestas en el Plan, contemplaron la articulación entre el sector público y el sector privado, considerando una coexistencia característica de las economías mixtas en las que el objetivo común del desarrollo nacional hace coincidir los esfuerzos de ambos sectores. Sin embargo, las razones políticas prevalecieron en la relación entre lo público y lo privado, haciendo mayores las diferencias de propósitos entre un Estado dispuesto al logro de la mayor satisfacción de las necesidades de sus ciudadanos y un sector privado incapaz de reconocer la responsabilidad social que le corresponde. Después de muchos esfuerzos de concertación, amplitud en las decisiones de política económica, estimulo a la inversión y a la producción con fuentes de financiamiento oportunas y rentables, las respuestas siempre han sido presiones de diversa índole que tienden a privilegiar los beneficios del capital sobre los de la responsabilidad social. Así llegaron las nacionalizaciones, y para descalificarlas se les ubica en el contexto del Capitalismo de Estado. Quienes adversan al gobierno venezolano argumentan que en Venezuela no se avanza en la construcción del Socialismo del Siglo XXI, sino que se intensifica el Capitalismo de Estado heredado de la Cuarta República, cuya máxima expresión fue el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez.

Debemos entonces explicar que el Capitalismo de Estado es la transformación de las empresas capitalistas privadas en empresas estatales para acelerar el proceso de reproducción capitalista. En la época del Imperialismo, el Capitalismo de Estado se transforma en Capitalismo Monopolista de Estado y se caracteriza por unir los monopolios más grandes con el aparato del Estado burgués, por subordinar al Estado a los monopolios con el fin de despojar en grado máximo a los trabajadores y obtener altos beneficios monopolistas. Fue esta la forma de Capitalismo de Estado instaurada en Venezuela a partir de la adopción del modelo de sustitución de importaciones de finales de los años 50 del siglo XX. El Estado venezolano en asociación con el capital nacional y transnacional, se hizo dueño o socio mayoritario de empresas o actividades económicas, pero no con la finalidad de contribuir con la equidad en la distribución del producto social, sino para fortalecer la acumulación y la apropiación privada del excedente económico de los grupos que sustentados en su poder económico accedieron al control del poder político. El mejor ejemplo de Capitalismo de Estado lo constituyó la PDVSA meritocrática surgida de la nacionalización de 1975, considerada como una trasnacional del petróleo de similares características a Exxon Mobil, y cuya misión era exclusivamente producir petróleo y ser competitiva en el mercado internacional. Razones suficientes para liderar un sabotaje petrolero dirigido a terminar con un gobierno cuyo propósito es saldar una enorme deuda social acumulada por décadas de Capitalismo de Estado. Es ese el Capitalismo de Estado que heredamos.

Las nacionalizaciones de hoy pretenden socializar la propiedad y generar plusvalía social, que las empresas nacionalizadas aún persiguiendo el objetivo de la rentabilidad económica, sean el núcleo integrador de la generación de riqueza como producto social, articulen en torno a ellas la formación de sus trabajadores, la protección social de sus familias y el compromiso social con sus comunidades y el país. En palabras del Presidente Chávez se expresó claramente el nuevo concepto de empresas públicas: “A las empresas Capitalistas del Estado hemos comenzado a transformarlas en compañías sociales, para que se conviertan en instrumentos de construcción del socialismo. Desde Pdvsa —la más grande— hasta las más pequeñas”. Las empresas nacionalizadas serán los instrumentos de construcción de la nueva estructura productiva que sustituya el Capitalismo de Estado, convertidas en empresas de producción social deberán conjugar esfuerzo productivo en el orden tecnológico, de innovación y productividad con la más equitativa distribución de la riqueza producida para la sociedad, solo así abrirán el camino en la construcción del socialismo.


macunas7@gmail.com


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