Los hechos de Ecuador solo vienen a ratificar que tanto Gustavo Petro como Lula Da Silva, están equivocados, tienen una interpretación desacertada de la realidad. No voy a hablar de Pepe Mujica, porque entiendo que entró en una etapa pueril y como reza el viejo refrán español “quien con infantes pernocta, excrementado alborea”. Pero sí es importante dedicarles unas líneas a estos dos líderes de dos de los países más importantes de la región. Colombia es demasiado estratégico para este lado del planeta. Situado al lado del Canal de Panamá, es una puerta de entrada desde el mar Caribe y miles de riquezas naturales, siempre ha sido apetecida por todos los imperios, al punto de manipular para incorporarla a la OTAN, que es el único país de la región integrado a ese organismo.
Brasil es la novena economía del mundo. También con una posición privilegiada en el sur de América, 8.5 millones de kilómetros cuadrados y 215 millones de habitantes, es la más desarrollada tecnológicamente de la región. Ambas naciones de paso son fronteras de Venezuela. Incluso Colombia formó parte de la Gran Colombia (1821-1831) junto con Venezuela, Ecuador y Panamá. Es decir, que por diez años fuimos un solo país hasta que nos dividieron los intereses tanto de adentro como de afuera.
Lo primero que deberíamos entender es que la geopolítica mundial está redefiniendo al mundo. No es el mundo maniqueísta al que estuvimos acostumbrados, y, a pesar de su poder, cada vez menor, el Big Brother se impone a rompe y rasga, tal como lo hacía diez años atrás. Y cuidado con apreciaciones subjetivas sin sentido, porque Estados Unidos sigue siendo la nación más poderosa del mundo. Solo que ese poder lo comienza a compartir con dos potencias emergentes que, para más señas, son aliadas: Rusia y China. Y el hecho de que ahora están en escena, con una cierta cuota de poder, incluyendo a otras naciones no menos importante en el mundo como Brasil, La India, Corea del Norte e Irán, obligan a los yanquis a rediseñar nuevas formas de cohesión y nuevos mecanismos de convencimiento con sus “Aliados”. En los últimos diez años cambiamos más que en los cien años anteriores. Y cambió todo, la economía, las relaciones sociales, las relaciones laborales, las relaciones diplomáticas, y, sobre todo, un nuevo actor que influyó sobre todos y, sobre todo: la tecnología se apropió de la humanidad, junto a su hermana menor, que a pesar de ser menor, es más poderosa que toda la tecnología en su conjunto: la inteligencia artificial.
Es decir, el concepto político sobre el mundo, no es el mismo que se manejaba 20 años atrás. La visión no es la misma y el enemigo está trazando nuevas formas de convencer a la gente, sobre todo al liderazgo de las naciones que más les interesa, con el más trillado de los discursos: una democracia que no existe y que ya no va a existir. Y sobre la base de esa mentira se sigue convenciendo a la gente.
En ese marco es que deben inscribirse las declaraciones de Lula y de Petro. Están razonando sobre la base de un concepto de democracia que ya no existe, pero que, además, siempre perteneció al enemigo. Nunca fue el gobierno del pueblo que definieron los griegos. Ya no es posible ni siquiera rescatar ese concepto, porque la readecuación de la política nos obliga a entender qué exactamente está pasando.
Estoy cansado de escuchar a esos nuevos líderes del chavismo decir que eso de Marx fue hace años y que debe entenderse otra realidad. Ignoran que justamente cayeron en la trampa del enemigo, porque la contradicción principal, explotadores y explotados, está hoy más vigente que nunca. Por eso la primera definición de un revolucionario es ser antiimperialista, que es el gen de todo lo malo, el punto de partida de toda la desgracia de la humanidad.
Por Qué los hechos de Ecuador evidencian que el concepto político mundial comienza a ser otro, porque es obvio que el gobierno ecuatoriano toma esa decisión autorizada por el imperio, que ya no tiene ningún prurito y que tampoco usa careta para ocultar sus barbaries, que en el fondo no es más que una muestra de debilidad, y de amenaza al mismo tiempo. Haz lo que digo para que sigas siendo amigo nuestro, sino te echamos a los leones.
Las consideraciones de Lula y de Petro sobre el tema de las elecciones en Venezuela, pasan por allí. Está claro que fueron engañados o mal asesorados, porque también está claro que asumieron posiciones sin conocer la profundidad de los hechos. Y allí, necesariamente debemos regresar al tema del enemigo principal. Salvando los errores y las equivocaciones que haya podido cometer el gobierno de Maduro, que sin duda las ha cometido, lo cierto es que es un país con más de mil sanciones, que no puede ni siquiera comprar los químicos para las diálisis de los pacientes renales, o los antirretrovirales para pacientes de VIH o medicamentos para pacientes de cáncer. Ya eso es en sí mismo un acto profundamente inhumano violatorio de los derechos humanos. Son sanciones pedidas, entre otras, por una mujer como María Corina Machado, que tuvo la desfachatez para asumir un cargo de diputada de Panamá para ir a la OEA a pedir intervención militar contra su país, que dice sin ningún tapujo que debe privatizarse todo. En realidad, Lula y Petro creen que a esa mujer se le debería dar una oportunidad para entrar en una contienda electoral. Pero no entienden que no hay nada de democrático en esto. En Estados Unidos, muy probablemente ella estaría esperando la pena de muerte.
Nunca hubo juego democrático, ni en el mundo ni en la realidad de los hechos, y ellos más que nadie lo saben. Y eso, al contrario de López Obrador que, sí entiende el problema, nos hace ver que ninguno de estos dos líderes leyó a Marx. Porque sin duda que, en una crisis mundial como esta, tenemos que ir, obligatoriamente, a la contradicción principal, y saber que no es problema de consideraciones democráticas, sino quién es el enemigo que debemos vencer.
Y desde el punto de vista de la ley, no debemos olvidar que ella está sancionada por la Contraloría General de la República, porque como buena burguesa, no le dio la gana de declarar.
Yo espero que ambos líderes hayan sido sorprendidos en su buena fe. Aunque no es la primera vez que la izquierda comete un desatino. Lo que queda de la izquierda más bien, porque siempre estuvo sin rumbo.
Caminito de hormigas…
"Parece que no le quieren dar recursos para la campaña, amigo Olmos. Yo creo que él va a tener que ponerse duro para que no lo dejen por fuera. Y va a tener que ir a Caracas a buscar sus propios aliados para que le den la mano. Sería muy malo, porque ha hecho una buena tarea. Pero lo quieren descoñetar desde hace rato. Ojalá y resista", me comentó una camarada de la batalla de todos los días.